"José Manuel Durão Barroso dejó la presidencia de la
Comisión Europea en julio de 2014. Año y medio después, fichó a bombo y
platillo por Goldman Sachs como presidente no ejecutivo para Europa.
Antes de tener relaciones con el banco, debía hacer una promesa a la CE:
que nunca haría uso de los contactos y los privilegios que el cargo le
había granjeado durante 10 años.
Y así se lo prometió a Jean-Claude
Juncker, su sucesor al frente de la CE: que jamás haría lobby por
Goldman ante organismo alguno de la Comisión. Este pacto entre
caballeros fue anunciado en octubre de 2016.
El Comité de Ética de la CE
dictaminó: “Barroso no ha mostrado el juicio considerado que se podría
esperar de alguien que ha ocupado durante tantos años un cargo tan alto”
al fichar por uno de los grupos financieros responsables de la última
crisis mundial.
¿Conclusión? A Barroso se le mantuvo la reputación, la
imagen y la pensión vitalicia de 7.500 euros al mes, después de que se
acogiera a la jubilación anticipada.
Justo un año después de esa promesa, Durão Barroso se
reunía, el pasado octubre de 2017, en el hotel NH Silken Berlaymont de
Bruselas, con el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable del
área de Empleo, Crecimiento, Inversión y Competitividad, Jyrki
Katainen.
Después de que Katainen registrara el encuentro en la lista
pública que cada comisario debe mantener actualizada, la ONG Corporate
Europe Observatory (CEO) envió una petición al vicepresidente para que
explicara la naturaleza y el motivo de la reunión. En su respuesta por carta, datada el 31 de enero, Katainen confirmó que la cita que se había realizado a petición de Barroso.
“Jean-Claude Juncker dijo que (Durão) Barroso había
perdido su derecho de entrada en la Comisión con alfombra roja, y que en
adelante sería tratado como un lobista”, relata a CTXT
Margarida Silva, la investigadora del CEO que recibió la confirmación
por carta de Katainen. “La verdad es que, si Barroso consigue
simplemente coger el teléfono y hablar o recibir información de un
excolega, eso es hacer lobby, pero se convertiría en un lobista con acceso privilegiado”. (...)
Ahora, Durão Barroso se defiende de las críticas por su
reunión con Katainen aduciendo que no fue una reunión para hacer
presión, sino un encuentro con un excolega para discutir cuestiones
políticas y “beber una cerveza”. Pero, como recuerda Margarida Silva,
fue el propio Juncker quien decidió que Barroso sería tratado como lobista, y no como excomisario. Un lobista más, uno entre tantos, pero no igual el resto.
“Estimamos que en Bruselas trabajan como lobistas entre 35.000 y 39.000 personas”, explica Silva. “El lobbying
es legal, pero cuando se tiene un acceso privilegiado o hay excesiva
proximidad entre los intereses públicos y privados se crean las
condiciones para una mayor corrupción”.
Puertas giratorias
Cuando los asesores de Barroso salieron a defender su
reunión con Jyrkin Katainen, usaron la clásica y eficaz táctica del
‘todo está podrido, ergo yo no lo estoy tanto’: “António Vitorino hizo lobby para el Santander ante comisarios europeos y nadie se quejó. ¿Por qué?”, alegaron al diario luso Observadorfuentes
próximas a Durão Barroso.
Se referían al ex juez del Tribunal
Constitucional portugués, ex ministro de Defensa y de Presidencia, ex
comisario europeo y actual administrador del Banco Santander Totta (la
marca portuguesa del Santander). Vitorino es además el actual candidato
del gobierno portugués a la presidencia de la Organización Internacional
para las Migraciones de la ONU.
Según Margarida Silva, “cada par de años encontramos uno
de estos escándalos” de posible corrupción. “Durante la etapa de Barroso
hubo un escándalo gigantesco que envolvió al (por entonces) comisario
de Sanidad (John Dalli) y a lobistas de la industria del
tabaco. El comisario fue despedido (obligado a renunciar), porque fue
acusado de recibir sobornos de la industria tabaquera”. Sin embargo, a
pesar de la renuncia de Dalli, éste no dejó de cobrar 9.000€ al mes
durante los 3 siguientes años, además de mantener su futura pensión
vitalicia de 2.300€ al mes. (...)
Al menos 6 de los 13 comisarios que trabajaron para Barroso en su primer
equipo saltaron directamente de la CE a empresas privadas, denuncia un
informe de CEO. En su último equipo, antes de salir en 2014, lo hicieron
9 de los 26 comisarios a su cargo. Si usar la política a nivel nacional
para enriquecerse siempre ha salido rentable, usar las instituciones de
la UE como peana para alcanzar la excelencia en el sector privado abre
las puertas de un mercado mucho más suculento.
“Según los Tratados
Europeos, el Artículo 245 obliga a los ex comisarios a actuar de forma
que garanticen la integridad y discreción de las instituciones, sobre
todo cuando aceptan nuevos cargos. Esta obligación es vitalicia”,
asegura Silva. (...)
CEO ha investigado al equipo de comisarios del segundo
mandato de Barroso (2009-2014), y el informe concluye que “la regulación
de las puertas giratorias continúa siendo inadecuada y se implementa a
duras penas. Los estrechos vínculos entre la administración de la UE y
las empresas que debería regular dejan la puerta abierta de par en par
al reclutamiento corporativo y a potenciales conflictos de intereses”.
En realidad, la UE tiene más capacidad de actuación de la
que utiliza. Según Margarida Silva, “si la CE decide que tener un puesto
en Goldman Sachs, y sobre todo un cargo que incluye actividades de
representación, viola sus normas, puede llevar el caso ante el Tribunal
Europeo de Justicia, y Barroso podría perder el derecho a recibir pagos
de la UE”.
Algo similar ocurrió ya con el ex comisario de Industria,
Martin Bangemann, cuando anunció que había aceptado un puesto en
Telefónica. La UE le inició un proceso ante el Tribunal Europeo, pero
acabó retirando la denuncia cuando Telefónica declaró que retrasaría la
incorporación de Bangemann 9 meses.
Finalmente, Bargemann fue contratado
por la empresa española con un sueldo estratosférico: unos 600.000€
anuales. De momento, en el caso de Barroso, las cosas van despacio. Se
ha abierto un proceso liderado por el responsable de Justicia de la UE,
cuyas conclusiones se conocerán “en las próximas semanas”. Y los
partidos de izquierda han pedido que el ejecutivo de Goldman Sachs
comparezca ante el Parlamento Europeo. " (Daniel Toledo, CTXT, 28/02/18)
No hay comentarios:
Publicar un comentario