14.3.18

El comisario de Vallecas el 11 de marzo: "Mientras viva, no olvidaré el daño que me causaron Losantos y Pedro J.". Después de que lo acusaran de que fué él quién puso la mochila encontrada en la comisaría. Su esposa se suicidó, su hija, en tratamiento siquiátrico...

"Era octubre de 2009, una tarde lluviosa en el barrio madrileño de Aravaca. Había quedado con Rodolfo Ruiz, el comisario de Vallecas en los atentados de 2004.

 Ese encuentro, que nunca olvidaré por la dureza del relato, se acabó transformando en una entrevista -la primera que Ruiz concedía a un medio de comunicación-,  de la que saqué dos conclusiones: el comisario era un hombre bueno,- que hizo todo lo que pudo y más el día de la masacre-, y que la ‘caverna’ le había destrozado la vida de una forma rastrera y vil, con el único objetivo de vender más periódicos. 

Por aquel entonces, el periodismo basura de este país estaba inmerso en la llamada ‘teoría de la conspiración’. Entre las tesis más absurdas de los ‘conspiranoicos’ destacaba aquella que decía que la mochila de explosivos hallada en la comisaría de Vallecas la había colocado el propio Ruiz para desviar la atención sobre ETA, a los que consideraban ‘los autores reales del atentado’. Una infamia que provocó que su esposa acabase suicidándose harta de tanta calumnia y su hija recibiese tratamiento psicológico.  (...)

¿Ha olvidado todo el sufrimiento que le provocó la ‘teoría de la conspiración’? ¿Ha podido pasar página y empezar de nuevo?
R.-No he olvidado ni olvidaré, mientras viva, el daño que nos causaron -en especial a mi familia-, los considerados autores de la ‘teoría de la conspiración’. Personajes que desde sus medios de prensa escrita y radiofónica -y otros del poder político-, vertieron todo tipo de calumnias e injurias contra mi persona para alimentar la duda a la opinión publica española sobre la autoría del atentado del 11-M.

Primero lanzaron el bulo de que fue ETA y después, ante las evidencias, orquestaron una campaña de desprestigio personal y profesional contra mi persona encaminada a crear una opinión determinada en la ciudadanía. Sirviendo a sus intereses intentaron que prevalecieran sus tesis de que detrás del atentado estaba yo.

 Para esa gente, el fin justifica los medios. ¡Dios mío, qué falta de humanidad! ¿Cómo pudieron hacer eso? Emocionado me lo pregunto muchas veces. Mi delito fue que, siendo padre de familia sin adscripción política, estaba de jefe de la Comisaria de Puente de Vallecas.
P.- De todas las barbaridades y mentiras que dijeron de usted, ¿recuerda alguna que le doliese especialmente a usted o a su familia?
R.-Todo lo que se dijo contra mi persona fue atroz y malvado, si bien significaría algunos cometarios del periodista Federico Jiménez Losantos por la saña y el odio que desprendía en sus manifestaciones. 
Y es que Losantos llegó a decir "que yo había colaborado con una masacre criminal e inundado de pruebas falsas el sumario del 11M". Se refería a mí como “el de la mochila" o como “el comisario que había salido de una Comisaria con una mochila al hombro”.
Pedro J. Ramírez, analizando en la radio ‘el caso Bono’, dijo que si yo "había hecho un cesto, haría un ciento". 


Después de mi paso por Vallecas, me nombraron jefe de la Brigada de Información. Un nombramiento que también lo presentaron de forma canalla como “un premio por la mochila”. Cualquier acontecimiento les servía para su fin, que no era otro que el de cambiar la realidad.
P.- ¿Es cierto que en alguna ocasión incluso le llegaron a gritar en la calle “asesino”? 
R.-Personal y directamente no sufrí insultos, si bien padecí aislamiento y desprecio por parte de alguna minoría.  Al margen, sí que es cierto que en una Unidad Policial escribieron en la pared "asesino".
P.- Ya desmontada la teoría de la conspiración, ¿le han pedido perdón periodistas como Pedro J. Ramírez o Federico Jiménez Losantos por todo el daño causado? 
R.-Ni perdón ni disculpas he recibido de toda esta gente, aunque nunca las esperé por la sencilla razón de que la farsa que orquestaron con la ‘teoría de la conspiración’ fue un plan preconcebido para que se produjera un ‘vuelco político’ que beneficiase sus intereses. 
En la memoria tengo el recuerdo de mi respuesta a la pregunta de un superior, en la mañana del 11 de marzo de 2004, en el Pozo, cuando le dije que el atentado era obra del terrorismo  islamista. 
Tampoco espero gesto de arrepentimiento o consideración alguna por parte del PP o del señor Rajoy, a pesar de que llegó a ilusionar a mi mujer y a mi hermana cuando coincidieron en un parque próximo al domicilio familiar.
P.- Me consta que todos estos años ha recibido el cariño y el agradecimiento de las víctimas del atentado del 11-M. ¿Supongo que su aliento le resultará vital para mantener las ganas de seguir luchando? 
R.- He rehecho mi vida en otra ciudad y con otra mujer, si bien, lo que pasó en esos años me marcará el resto de mi vida. Los recuerdos son, al mismo tiempo, de odio y de emoción por lo que hicieron."                 (Entrevista a Rodolfo Ruiz, El Plural, 03/06/17)

“El bulo del 11-M destrozó mi familia y mi esposa no pudo aguantarlo”. Rodolfo Ruiz era comisario de Vallecas cuando estalló la bomba y fue el chivo expiatorio del 11-M.

A Rodolfo Ruiz le destrozaron la vida. Es una de las grandes víctimas de las teorías conspiranóicas del 11M. Él y su familia. Su esposa acabó suicidándose. Y su hija también necesitó tratamiento psicológico. Las insultaban por la calle. Y todo porque los propagandistas de esas teorías decían que la mochila hallada en la comisaría de Vallecas la había colocado él allí para desviar la atención sobre los autores del atentado.

El 11 de marzo de 2004, el día en que trenes cargados con mochilas de dinamita fulminaron 191 vidas en Madrid, Ruiz era el comisario del madrileño barrio de Vallecas. Y resultó que uno de los trenes de la muerte estalló en su jurisdicción, la estación del Pozo del Tío Raimundo.

Durante su entrevista con EL PAÍS, en Zaragoza, en más de una ocasión la mirada de Ruiz se queda perdida en el vacío del recuerdo. Se resiste, pero no puede evitar las lágrimas (hace nueve años, compartiendo mantel con un fiscal y un alto cargo policial, ya entonces se le quebraba la voz a Ruiz mientras contaba los padecimientos de su familia cuando salían a la calle).

Del 11-M nunca olvidará lo que vio al bajarse del coche oficial en el Pozo del Tío Raimundo. Aquellas impactantes imágenes "de cadáveres retorcidos entre amasijos de hierros". Ni se le borrará el sonido de teléfonos móviles que nadie contestaba. Llamadas que salían de entre los hierros. Ya estaban allí los artificieros de la policía, los TEDAX y otros agentes policiales. 
 
"Esa misma mañana los TEDAX me avanzaron que los explosivos no eran de ETA. Di instrucciones de que se recogieran en bolsas, recuerdo que eran grandes y negras, los efectos personales de las víctimas, ropas, zapatos, y cualquier objeto que sirviera para la investigación. Llegó la juez de guardia, de los juzgados de la plaza de Castilla, y decretó que todas las bolsas fuesen depositadas en una dependencia adecuada de la comisaría. Pero sucedió que cuando los agentes iban con ellas hacia la comisaría, los TEDAX dijeron que no, que había orden de que tanto esas bolsas como las de los otros trenes que habían estallado fueran depositadas en uno de los pabellones del recinto ferial del Ifema [ese día, la morgue de la tragedia]. Y eso se hizo. Cuando volví a ver a la juez, se lo comuniqué y me dijo que no, que ella había redactado una resolución según la cual debían quedar a disposición judicial en la comisaria. Como las bolsas ya habían llegado al Ifema, ordené a los agentes que volvieran a recogerlas y las llevaran a comisaría, donde habilitamos una dependencia, y quedaron bajo llave, para no quebrar la cadena de custodia. Un grupo de policías se encargó de inventariarlo todo".
 
 "Sobre las once de la noche me fui a casa a dormir: estaba rendido...", apunta Ruiz. Poco duró el descanso. Hacia las una de la madrugada, sonó el teléfono en su casa, Ya estaba en la cama: "Jefe, hemos encontrado una bomba en una mochila que había dentro de una de las bolsas.

-¡¡¡Una bomba!!! El grito despertó a su hija.

-Pero tranquilo, jefe, no ha pasado nada. La hemos sacado al parque y ya están aquí los TEDAX

-Voy para allá -zanjó Rodolfo. "No vayas, papá, que te puede pasar algo", recuerda que le pidió su hija.

Cuando Ruiz llegó, la bomba ya estaba desactivada. Era la única de las colocadas en los trenes que no explotó. Y la que iba a dar pistas cruciales para atrapar a los islamistas que luego se inmolaron en un piso de Leganés acorralados por los GEO. Condujo hasta El Chino y los otros terroristas que, además, quisieron volar un AVE para agigantar la masacre de Atocha.

Pero aparte de las pistas, también propició su linchamiento mediático. Rodolfo Ruiz nunca fue de ideas socialista, aunque meses después de lo de la mochila dejó Vallecas y fue aupado a la jefatura de la Brigada de Información de Madrid, ya con el PSOE en el poder tras el atentado.

En Ruiz, los conspiranóicos hallaron el instrumento perfecto para su teoría: un policía con acceso directo a una de las pruebas, la mochila, y ascendido tras la llegada de Zapatero a La Moncloa).  Los insultos sobre él arrecieron poco después cuando fue procesado por la detención de dos ediles del PP del municipio de Las Rozas que intentaron agredir al exministro José Bono durante una manifestación de asociaciones de víctimas del terrorismo.

 El PP, que arropaba la manifestación, le puso una querella por detención ilegal, y logró sentarle en el banquillo. Le absolvió el Supremo. Fue lo que se llamó el caso Bono. Ruiz se convirtió así en la diana de los abanderados de la tesis según la cual ETA y fuerzas policiales afines al PSOE se habían compinchado para sacar al PP del poder y elevar a Zapatero.

"Hasta de asesino llegaron a tacharme en la radio. Decían que yo había manipulado la mochila. Todo un disparate. Los llevé a los tribunales por injurias y calumnias, pero nunca los condenaron. Muchas veces se olvida que entonces mis mandos eran del PP, y que el ministro era Ángel Acebes  y el presidente del Gobierno, Aznar. Yo estaba en mi casa cuando supe por primera vez de la mochila y de la bomba... Todo era absurdo, pero empezó a hacer mella en mi familia. A mi hijo le dijeron que su padre era un asesino; y las vecinas se acercaban a mi mujer para decirle que si la radio y los periódicos decían tal o cual cosa... Y luego lo del caso Bono, el proceso judicial...".

Su hija y su esposa cayeron en una depresión. La menor se recuperó, pero su mujer acabó quitándose la vida. "Ya no aguanto más", recuerda Rodolfo (otra vez afloran las lágrima) que le dijo el día antes de irse de este mundo, cuando fue a visitarla a la clínica. "Y eso que entonces el Supremo hacía un mes que me había absuelto del caso Bono". Y también era la época en que la teoría conspirativa se daba de bruces en los tribunales y sus seguidores, los llamados peones negros, se descolgaban viendo cómo se apagaba aquel tic tac, tic tac que espera a un Godot que nunca llega.

A él le daba igual lo que le dijeran, pero sucumbió a la congoja de ver cómo sufrían los suyos. Solo se sintió feliz aquel día en que su esposa y su cuñada llegaron encantadas a casa, entonces vivía en Aravaca, porque se habían encontrado con Mariano Rajoy en el parque y le habían rogado que el PP no hiciera daño a su marido (el PP se había querellado contra él por el caso Bono. "Eso es un tema del PP de Madrid, no os preocupéis que no pasará nada...", dice él que le dijeron ellas que les había dicho el hoy presidente del Gobierno y entonces aspirante. En los tribunales, el PP fue su látigo. Hasta que el Supremo le absolvió, Ruiz estuvo inhabilitado profesionalmente.

Quiso incorporarse, pero sus mandos, aquellos a los que siguiendo la teoría habría servido manipulando la mochila, no le dejaron. Le veían muy noqueado.

Al final, también él cayó en una gran depresión: sus compañeros le retiraron la pistola, temían que también quisiera irse de este mundo. En la entrevista con EL PAÍS, Ruiz se confiesa: "Llegué a pensar en pegarme un tiro".

40 días después de quedarse viudo, su hijo, para sacarle de casa, le llevó a la sierra (era un “fan de la sierra madrileña”). Pero las desgracias nunca vienen solas. "Iba andando, pensando en mi esposa, que le gustaba acompañarme en la sierra, pise un trozo de hielo, me resbalé y me fracturé el fémur en tres partes".

Un año convaleciente.

Rodolfo Ruiz puso tierra de por medio y se fue a vivir a Zaragoza, donde ha rehecho su vida. Ahora sí fluye en él la sonrisa. Está prejubilado. Y trata de borrar de su mente la fotografía de los móviles que no contestaban. Y, sobre todo, el día que, en la clínica, presintió que hablaba por última vez con su esposa. Pero esas pesadillas ya pertenecen al pasado, igual que aquellas teorías."     

(Entrevista a Rodolfo Ruiz , comisario de Vallecas cuando estalló la bomba, , El País, 10/03/14


"Eulogio Paz, víctima del terrorismo: “'El Mundo' nos debería pedir perdón”.
 
'El Mundo' nos debería pedir perdón a las víctimas del terrorismo”, afirma  el presidente de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, Eulogio Paz, en una entrevista concedida a ELPLURAL.COM en la que el padre de Daniel Paz Manjón habla del daño causado por las teorías de la conspiración que promovían Pedro J. Ramírez, Federico Jiménez Losantos o Luis del Pino.

“'El Mundo' nos debería pedir perdón a las víctimas del terrorismo”, afirma  el presidente de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, Eulogio Paz, en una entrevista concedida a ELPLURAL.COM en la que el padre de Daniel Paz Manjón habla del daño causado por las teorías de la conspiración que promovían Pedro J. Ramírez, Federico Jiménez Losantos o Luis del Pino.
 
P.- A raíz del atentado en Barcelona, el diario ‘El Mundo’ ya incluye al 11-M entre los atentados perpetrados por el yihadismo. Han pasado más de 13 de años… pero más vale tarde que nunca, ¿no cree? 
R.-Pues sí, más vale tarde que nunca. Y no creo que sea a raíz de los atentados de Barcelona y Cambrils. Hay algunos editoriales anteriores a los atentados de Barcelona y Cambrils que van reflejando un cambio de opinión. Lo que sucede es que más de diez años de teorías conspirativas propugnadas por Pedro J. Ramírez y Casimiro García-Abadillo no se cambian de un día para otro, pues quedan muchas reminiscencias.
P.- En su opinión, ¿debería pedir formalmente perdón el diario ‘El Mundo’ a víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004 por el daño causado en base a sus ‘teorías conspirativas’? 
R.-Por supuesto. Las teorías conspirativas han hecho mucho daño. Han provocado un doble victimización o revictimización, un dolor añadido al de por sí ya doloroso hecho de ser víctimas.

P.- Lo cierto es que algunos periodistas como Lucía Méndez se han atrevido a tachar de “discutible” la cobertura que su periódico realizó de la masacre en los trenes de cercanías de Madrid, pero en las páginas de ‘El Mundo’ siguen escribiendo periodistas como Federico Jiménez Losantos, ideólogo principal de la ‘teoría de la conspiración’. ¿Qué opinión le merece esta circunstancia? 
R.- No sólo Lucía Méndez (redactora jefa de la sección de Opinión) ha cuestionado la cobertura de su periódico sobre el 11-M. También lo ha hecho Alfonso de Salas, cofundador de ‘El Mundo’ y presidente-editor de Editorial Ecoprensa. 
Pero efectivamente, ahí está todavía Federico Jiménez Losantos, otro de los padres y predicadores de las teorías de la conspiración del 11-M, que tras los atentados del 11 de marzo de 2004 viene citando casi de continuo el 11-M, trate el tema que trate y por lo tanto muchas de las veces sin venir a cuento y de forma disparatada.
Y hay otro “pero” muy importante: Joaquín Manso, que antes era jefe de la sección de España y ahora es director adjunto. Con motivo de la publicación del número 10.000, el miércoles 10 de mayo de 2017 el periódico ‘El Mundo’ sacó un suplemento. En dicho suplemento era donde Lucía Méndez y Alfonso de Salas cuestionaban la cobertura que su periódico había hecho sobre el 11-M. 

Sin embargo, el nuevo director adjunto Joaquín Manso, en dicho suplemento, en el mismo artículo en el que reconoce el 11-M como el “zarpazo del terrorismo islamista” y los “errores cometidos a lo largo del trabajo periodístico”, dice que “este periódico siguió detrás de la noticia publicando, por ejemplo, los elementos objetivos que cuestionan la credibilidad de las testigos que provocaron la condena de Jamal Zougam”.

 Joaquín Manso da toda la sensación de tener un serio problema con este asunto de Zougam, y en algún momento tendrá que decir a qué se debe. Además, un gráfico de los atentados acompaña el artículo de Joaquín Manso. En el gráfico hay una frase que dice: “Tras la confusión inicial, comenzó una investigación que todavía sigue abierta”. 

Es mentira, es otra manipulación más de ¡El Mundo’ a través del nuevo director adjunto Joaquín Manso. No hay ninguna investigación abierta -cosa bien distinta es que puedan abrirse piezas separadas-, en la medida que los Hechos Probados en la Sentencia del 11-M son cosa juzgada y cerrada, a no ser que sea el propio Joaquín Manso el que esté “investigando”. Ya veremos por dónde sale Joaquín Manso.


Hay también un dato revelador: dos semanas después de la publicación del suplemento sobre “Los diez mil días de ‘El Mundo’” en el que en algún que otro artículo venía a reconocer el gran borrón que el 11-M ha supuesto en la andadura periodística del citado diario, un cuadro y un gráfico publicados el 24 de mayo a raíz del atentado en Manchester vinieron a constatar que, por mucho que digan, por más que algunas cabezas directivas importantes hayan rodado a causa de su gran fracaso periodístico con el 11-M, lo del periódico ‘El Mundo’ con respecto al 11-M no parece tener arreglo. 

¿Cómo pudo publicar un cuadro que se refiere a ‘Los últimos atentados en Europa’ en el que Madrid no está incluido? ¿Cómo pudo incluir un gráfico que, refiriéndose a‘Los últimos atentados en Europa’, comience por Londres 2005 omitiendo Madrid 2004? Revelador es también que unas semanas después de la publicación de dicho cuadro, el director en esas fechas de ‘El Mundo’, Pedro García Cuartango, también abandona la dirección de ‘El Mundo’.

P.- Lo cierto es que muchos de los ‘conspiranoicos’ siguen con sus tribunas públicas. Por ejemplo, pese al daño causado, Pedro J. Ramírez ya no está en ‘El Mundo’ pero dirige su propio periódico digital y contertulios como Luis del Pino incluso tienen su propio programa de radio.
R.- Lo cierto también es que Pedro J. Ramírez y Casimiro García-Abadillo ya no están en la dirección de ‘El Mundo’. Se han ido o los han echado, o cesado o lo que haya sido. Yo pienso que sus disparates sobre el 11-M algo han tenido que ver. El 11-M ha sido la gran apuesta de Pedro J. Ramírez y ha terminado siendo su gran fracaso. Y Casimiro García-Abadillo fue su mano derecha.
 Lo que hagan o digan ahora no me interesa en lo más mínimo. Ni les leo ni les escucho. Jamás he perdido el tiempo escuchando a Luis del Pino. Creo que en su día una fuente de ‘El Mundo’ reconoció que “en la redacción no se entiende que este señor sea el columnista que habla del 11-M”.
 Por su parte, Antonio Rubio, subdirector de ‘El Mundo’ en aquellas fechas, respondió categóricamente cuando le preguntaron por Del Pino. Rubio fue taxativo cuando se refirió al trabajo de Del Pino. 
“El cuerpo se me quedó muy mal cuando leí lo de los cadáveres congelados”, afirmó Rubio en referencia a una de las teorías más inverosímiles de los conspiracionistas según la cual las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado habrían engañado, drogado y asesinado a delincuentes comunes, los habrían congelado y les habrían hecho pasar como los terroristas de Leganés.
P.- Como víctima del terrorismo, ¿usted se llegó a plantear si tanta infamia respondía a una intentona para vender más periódicos (u obtener más notoriedad mediática), o simplemente era una conjuración para desgastar al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero? 
R.- Las dos cosas. El periódico ‘El Mundo’ se pasaba semanas y meses escribiendo sobre asuntos del 11-M y el Partido Popular hacía de altavoz en el Congreso de los Diputados, formulando cientos de preguntas sobre dichos asuntos en la medida que no reconocía al gobierno surgido tras las elecciones del 14 de marzo.
 Asuntos inciertos que iban cayendo como castillos de naipes, pero que, efectivamente, con grandes titulares contribuían a hacer caja para el periódico y munición para la política de acoso y derribo del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
P.- ¿Qué porcentaje de culpa tiene el Partido Popular de la creación y propagación de la teoría de la conspiración? 
R.-Mucha. Su mala gestión tras los atentados, su no reconocimiento de la autoría islamista tras los atentados y su simbiosis con medios de comunicación como ‘El Mundo’, la COPE y Telemadrid (por citar los más importantes), provocaron la propagación de las teorías conspirativas y la fractura de la sociedad española.
P.- ¿Alguien del Partido Popular les ha pedido perdón por alentar las disparatadas tesis de Losantos, Pedro J. Ramírez y compañía? 
R.- Que yo sepa, oficialmente no ha habido por parte del Partido Popular una petición de perdón a víctimas de 11-M."                   (Entrevista a Eulogio Paz, José María Garrido, El Plural, 25/08/17)

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