"Los poderes financieros en la sombra, la CEOE y el club Ibex 35, sus
medios de comunicación, su director del Banco de España y los partidos
que financian (PP y Cs) no cejan en proclamar la insostenibilidad del
sistema público de pensiones.
Para legitimar su discurso se han
financiado comisiones de expertos formadas por conspicuos representantes
de las puertas giratorias existentes entre las aseguradoras, los fondos
de inversión y la política.
El objetivo perseguido es evidente: la deconstrucción por demolición del
sistema público de pensiones para poner en mano de los mercados
privados el 45% del monto del gasto social total español. (...)
Para conseguirlo no han dudado en atacar con todo. Han falseado los
datos al ocultar por qué se ha saqueado el Fondo de Reserva. Han
“tapado” por qué han disminuido las aportaciones a la Seguridad Social a
causa de la drástica disminución de la masa salarial tras el aumento
del paro, la bajada de sueldos (selectiva pues policía y guardia civil
verán aumentar los suyos) y la precarización del trabajo, fruto todo
ello de las Reformas Laborales y las políticas de austeridad impuestas
desde la Unión Europea.
Los gobernantes del PP han eludido explicar la
dedicación del dinero público para rescatar locas y lucrativas
operaciones en infraestructuras o gestiones bancarias delictivas. Y, lo
que es más grave e irresponsable: han intentado meter miedo a la
sociedad –“el colapso es inminente”– y estimulado el individualismo para
afrontar el futuro –“ahorre usted y suscriba una pensión”– frente a la
búsqueda de soluciones reales y colectivas del conjunto de la comunidad
protegiendo a sus miembros.
(...) Desde el poder se oculta que el denominado “factor de
sostenibilidad” se calcula mediante fórmulas como las del Factor de
Revalorización Anual (FRA) que contiene el aumento de las pensiones por
debajo del IPC y el Factor de Equidad Generacional (FEI) que supone una
merma de la pensión media al asociarla a la esperanza de vida tras la
jubilación.
Esas fórmulas no tienen la misma naturaleza que las que
intentan explicar de forma científica el comportamiento del mundo físico
mediante una expresión matemática. Las fórmulas que calculan las
futuras pensiones son pócimas cuyos ingredientes los decide el brujo
(neo) liberal de turno; lejos de ser científicas están preñadas de
subjetividad y corresponden a un punto de vista, un a priori,
interesado.
El “factor de sostenibilidad” es un arma de la clase
dominante contra las clases trabajadoras. Ni más ni menos. Forma parte
del conflicto social. Forma parte de la disputa de las ideas en torno al
ingreso y la riqueza.
Si la Ley 23/2013 significó una merma programada del
monto de las pensiones al crecer menos que la inflación, la entrada en
vigor en 2019 del “factor de sostenibilidad” supondrá que en España va a
implantarse un “algoritmo” que penaliza el envejecimiento de forma más
dura que en la mayor parte de la Unión Europea y que supone un ajuste
automático sin mediar decisión política en el futuro y una aberración
técnica pues basa sus cálculos en un dato proyectado en un horizonte
temporal del que no disponemos conocimiento.
Y, lo más grave, crea una inseguridad total sobre la
cantidad a percibir pues podrá revisarse periódicamente… a la baja.
De
cumplirse los planes gubernamentales y patronales cuando culmine la
implantación de la reforma del sistema público de pensiones el recorte
de la pensión media de las pensiones alcanzará el 20%, lo que supondrá
un 3% del PIB menos de gasto en atención a la jubilación y otras causas
de percepción.
Todo ello redundará en una redistribución muy negativa de
las rentas con grave perjuicio para los mayores y otros colectivos
frágiles que verán que sus derechos vuelan en forma de empobrecimiento
agudo.
El discurso que ha mantenido el (neo) liberalismo ha sido un factor
performativo de la realidad, pero no por su coherencia y consistencia,
sino porque en paralelo se han puesto las bases materiales para que la
tesis se verificara. Y, a la vez, han construido un “sentido común” de
la derrota, del “no hay alternativa”.
Baste un ejemplo: se habla hasta
la saciedad del aumento del gasto por incremento del número de
pensionistas y de la mayor esperanza de vida, pero se hurta el debate
sobre los ingresos que permitan la sostenibilidad del sistema. La única
salida que los (neo) liberales dejan es prolongar la vida laboral, bajar
el monto de las pensiones, simultanear la jubilación con minijobs y suscribir fondos privados.
Conjurar los riesgos que pesan sobre el sistema público significa
superar los estrechos límites del Pacto de Toledo y atreverse a analizar
todos los factores que influyen en la sostenibilidad del sistema tanto
del lado de los gastos (número de pensionistas y cuantía de las
pensiones) como de los ingresos (número de cotizantes, cuantía de la
cotización y aportaciones públicas).
La oligarquía sólo quiere hablar
del gasto, queriendo hacer que olvidemos que este es el sustraendo, pero
que el resultado lo determina el minuendo de la operación aritmética.
Ello significa abrir el debate fundamental, el de las fuentes de
financiación, el de los ingresos, porque es la clave de la viabilidad y
sostenibilidad de las pensiones públicas." (Manuel Garí, CTXT, 27/03/18)
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