"El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó que la deuda global se
encuentra en máximos históricos, al alcanzar el 225% del PIB mundial,
superando incluso el pico registrado en 2009, por culpa en gran parte
del creciente endeudamiento de China.
“La mayoría de la deuda pertenece a economías avanzadas, pero China por sí sola ha contribuido al 43% del incremento desde 2007”, apuntó el director de Asuntos Fiscales del Fondo, el portugués Vitor Gaspar, en la presentación del informe fiscal en el marco del encuentro de primavera del organismo. China, Japón y Estados Unidos son responsables de más de la mitad de la deuda global, un dato significativamente mayor que su participación en la productividad global, según el informe divulgado este miércoles.
Comparado con el pico anterior en 2009, el mundo está ahora un 12% del PIB más endeudado, hasta los 164 billones de dólares, un incremento ocasionado por culpa de un repunte de la deuda pública y de la del sector privado no financiero. En este sentido, el FMI destacó en su análisis que la deuda pública se encuentra en máximos en economías avanzadas y emergentes, a un nivel “no visto desde la Segunda Guerra Mundial”, dijo Gaspar para poner en contexto el dato.
La deuda pública juega un papel importante en este aumento global, lo que refleja el colapso económico durante la crisis financiera mundial y la respuesta política, así como los efectos de la caída de 2014 en los precios de las materias primas y el rápido crecimiento del gasto en el caso de los mercados emergentes y los países en desarrollo de bajos ingresos. La media de deuda respecto al PIB de los países avanzados se sitúa en el 105%, mientras que en las economías emergentes, el pasivo está al 50% de su producto.
“En el pasado, estos datos se han asociado con crisis fiscales. El endeudamiento de los emergentes sólo era superior en la década de los ochenta, un periodo que se ganó el apodo de década perdida en Latinoamérica”, agregó el funcionario del Fondo. (...)" (Jaque al neoliberalismo, 19/04/18)
“La mayoría de la deuda pertenece a economías avanzadas, pero China por sí sola ha contribuido al 43% del incremento desde 2007”, apuntó el director de Asuntos Fiscales del Fondo, el portugués Vitor Gaspar, en la presentación del informe fiscal en el marco del encuentro de primavera del organismo. China, Japón y Estados Unidos son responsables de más de la mitad de la deuda global, un dato significativamente mayor que su participación en la productividad global, según el informe divulgado este miércoles.
Comparado con el pico anterior en 2009, el mundo está ahora un 12% del PIB más endeudado, hasta los 164 billones de dólares, un incremento ocasionado por culpa de un repunte de la deuda pública y de la del sector privado no financiero. En este sentido, el FMI destacó en su análisis que la deuda pública se encuentra en máximos en economías avanzadas y emergentes, a un nivel “no visto desde la Segunda Guerra Mundial”, dijo Gaspar para poner en contexto el dato.
La deuda pública juega un papel importante en este aumento global, lo que refleja el colapso económico durante la crisis financiera mundial y la respuesta política, así como los efectos de la caída de 2014 en los precios de las materias primas y el rápido crecimiento del gasto en el caso de los mercados emergentes y los países en desarrollo de bajos ingresos. La media de deuda respecto al PIB de los países avanzados se sitúa en el 105%, mientras que en las economías emergentes, el pasivo está al 50% de su producto.
“En el pasado, estos datos se han asociado con crisis fiscales. El endeudamiento de los emergentes sólo era superior en la década de los ochenta, un periodo que se ganó el apodo de década perdida en Latinoamérica”, agregó el funcionario del Fondo. (...)" (Jaque al neoliberalismo, 19/04/18)
"(...) Como señala el FMI, se da la circunstancia de que hay economías muy endeudadas que encima tienen un perfil de crecimiento menor que antes de la pasada crisis.
“Se está perfilando una dinámica más
propia del fin del ciclo crediticio”, reconocen los técnicos del
organismo, “reminiscente del periodo de gestación de la crisis”. Tobias
Adrian, principal consejero financiero del FMI, advierte que en el
escenario más adverso es posible que se produzca “un crecimiento
negativo” en un plazo de tres años. Es una posibilidad aún remota,
señala.
La deuda global asciende a 164
billones de dólares, según datos de 2016. Eso equivale al 225% del
producto interior bruto mundial. El planeta está un 12% del PIB más
endeudado que en el anterior máximo en 2009. China es una fuerza mayor,
con el 43% del incremento desde 2007. La deuda pública también desempeñó
un papel importante en esta escalada, por las medidas de respuesta a la
recesión.
El informe de estabilidad financiera
advierte que la persistencia de la laxitud monetaria está provocando que
crezcan las vulnerabilidades a medio plazo, por la acumulación de
activos de deuda vincula a las empresas. El FMI señala que la
volatilidad observa desde febrero en los mercados es reflejo de que los
riesgos se agudizaron ligeramente a corto plazo. A medio, añade, “son
elevados”. (...)
El hecho de que la tensión reciente en
Wall Street y otros parqués no provocara trastornos mayores, según
Adrian, “no debería servir de gran consuelo”. “Los inversores y las
autoridades deben estar atentas a los riesgos vinculados al alza de los
tipos de interés y al aumento de la volatilidad”, insiste. Las tensiones comerciales y un incremento del proteccionismo crean una incertidumbre adicional.
Las economías emergentes y en
desarrollo están especialmente expuestas a este riesgo derivado de un
eventual endurecimiento repentino de las condiciones financieras. China
es un punto principal de preocupación, por su tamaño. Aunque aplaude que
las autoridades estén adoptando medidas para hacer frente a este
riesgo, califica las vulnerabilidades de su sector financiero de
“agudas”.
Estas vulnerabilidades, alerta,
“podrían poner en peligro el crecimiento”. “Conforme los bancos
centrales continúen normalizando la política monetaria”, insiste, “las
vulnerabilidades financieras presagian un camino lleno de baches por
delante”. Este apalancamiento, explica, no hará más que amplificar el
impacto de los choques en el sistema financiero y en el conjunto de la
economía. (...)
El FMI insiste por tanto que la
economía global se enfrenta “a un momento de transición crítico”
conforme se normaliza la política monetaria. El reto es que esa
transición se haga de la manera más suave posible. Para disipar los
riesgos al máximo, el Fondo recomienda a los bancos centrales que el
avance en el proceso se haga de una forma gradual y se comunique la
estrategia con claridad.
En paralelo, pide a las autoridades aborden los
riesgos en el sector no bancario y que sigan adelante con las reformas
en marcha tras la crisis, refuercen los balances de los bancos más
débiles y resuelvan los problemas de liquidez de algunas instituciones
que operan a escala internacional. “Una turbulencia repentina podría
dejar expuestos esos desajustes y cristalizar problemas de
financiamiento”, advierte." (Sandro Pozzi, El País, 18/04/18)
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