26.4.18

¿Qué hacer si el euro resulta insostenible?

"(...) Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, ahora han resuelto allanar sus diferencias y ofrecer en julio un plan de ruta conjunto para una reforma. Pero no pueden ignorar los cambios generados por la victoria arrolladora de los partidos antisistema de Italia. Hasta entonces, el populismo parecía contenido. Ahora forma parte de la corriente principal.
Para quienes tengan que delinear el plan franco-alemán, el mensaje de Italia es que el marco político que ha dominado Europa desde mediados de los años ochenta ya no cuenta con un amplio respaldo. 

(...) en los próximos años, el campo de juego de la eurozona puede convertirse verdaderamente en un campo de batalla.
La primera víctima seguramente sea el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE, con su plétora de reglas fiscales, procedimientos de control y eventuales sanciones por déficits excesivos. El Vademecum de 224 páginas sobre la implementación de la disciplina fiscal en la UE es absolutamente complejo, hasta tal punto que ningún ministro de Finanzas, y mucho menos un parlamentario, entiende plenamente a qué debe atenerse su país.

Para los populistas, sin embargo, las reglas indescifrables redactadas en Bruselas son un blanco político simple y directo. (...)

En un momento en que el populismo crece en casi todas partes en Europa, la realidad pronto puede superar a la ficción. Para los países grandes, la amenaza de sanciones siempre ha sido un tigre de papel. La diferencia ahora es que se le puede pedir a la UE que revele sus verdaderas intenciones.
A falta de sanciones, ¿qué garantizará que los participantes en la eurozona se comporten? Esto es lo que preocupa a Alemania, y con razón. (...)

En una conferencia reciente en Berlín, los economistas debatieron sobre qué hacer si el euro resulta insostenible. Prominentes académicos alemanes expresaron la visión de que, a falta de sanciones creíbles, sólo la amenaza de una salida forzada podría disciplinar a los miembros díscolos de la eurozona. En otras palabras, los gobiernos deberían enfrentar una opción clara: o se comportan o se van.
Técnicamente, esto no sería difícil de implementar. Para forzar la salida de un país moroso, el BCE simplemente podría desconectar su sistema bancario de la liquidez del euro. Eso estuvo a punto de suceder en 2015, cuando Grecia estaba al borde de la salida, y Wolfgang Schäuble, el ministro de Finanzas de Alemania en ese momento, consideró expulsar a Grecia. Hizo falta una larga y dramática noche de conversaciones para que los líderes de la eurozona acordaran no hacerlo.

Expulsar a un país, sin embargo, tendría consecuencias nefastas. La irreversibilidad del euro puede ser un mito -nada es irreversible- pero es un mito útil. Si las empresas y los ahorradores empezaran a especular sobre la próxima salida, la confianza en la moneda común pronto se desvanecería. 

La gente trasladaría sus ahorros para protegerlos de un riesgo de redenominación. 1 euro alemán valdría más que 1 euro francés, que a su vez valdría más que 1 euro italiano. Es por eso que Mario Draghi, presidente del BCE, dijo en 2012 que haría "lo que fuera necesario" para preservar la integridad del euro.
Ahora bien, ¿qué pasa si las sanciones no funcionan y la amenaza de una salida es una bomba de racimo que afectaría a todos?  

(...) los franceses deben enfrentar la nueva realidad. Si bien el euro sobrevivió a la disrupción financiera de 2010-2012, ahora se ve confrontado por una disrupción política que, potencialmente, implica un reto mayor. Hay que enfrentar esta amenaza.
A falta de un consenso compartido sobre la inviolabilidad de las reglas, no hay muchas posibilidades. 

Una es un euro sin un anclaje, algo a lo que el norte de Europa no querría seguir perteneciendo por mucho tiempo. 

Otra es un euro con una puerta de salida bien abierta, algo que rápidamente conduciría a otra crisis financiera. 

Y otra es un euro con mecanismos internos, definidos y predecibles, de resolución de deuda. 

Hay que reconocer que la última opción conlleva riesgos, pero efectivamente es más segura que la amenaza de la salida. Francia y Europa deberían elegir el mal menor."                       (Jean Pisani-Ferry, Project Syndicate , 27/03/18)

 
"Como alternativa a la salida del euro y para conseguir la soberanía financiera:  europeseta electrónica

Existe una descripción con mucho humor, de economía-ficción, sobre los beneficiosos efectos que se producirían si en Italia, el gobierno impusiera una moneda digital (allá por el 2020), para salir de la quiebra económica y política a la que la permanencia en el euro habría llevado al país. El objetivo se conseguiría rápidamente.
Los únicos perjudicados, los especuladores de la deuda. Ver: J. D. Alt: Europa, 2020: una ucronía iluminadora’. http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5467  )
Los artículos de Juan José R. Calaza (Juan José Santamaría y Juan Güell) muestran con gran claridad las ventajas de una europeseta electrónica de circulación interna: 
 
- Para entender la europeseta electrónica. Qué es y, sobre todo, qué no es. Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2012/12/02/entender-europeseta-electronica/720458.html
- Para salir de la crisis sin salir del euro: España debe emitir europesetas (electrónicas). Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2011/11/27/salir-crisis-salir-euro-espana-debe-emitir-europesetas-electronicas/601154.html  
- Las europesetas electrónicas, complementarias al euro, estimularán el crédito sin efectos colaterales perversos. Enlace:  http://www.rebelion.org/noticia.php?id=165815
Juan Torres insiste en que es necesario emitir una moneda complementaria al euro. Sus artículos:
- Hay alternativas, incluso dentro del euro. Enlace: http://juantorreslopez.com/publicaciones/hay-alternativas-incluso-dentro-del-euro/
Más información en: 'Si Grecia, España, o Andalucía emitiesen una moneda digital, respaldada por la energía solar instalada en sus tejados, alcanzarían la soberanía financiera. La de dar créditos a familias y empresas':    http://comentariosdebombero.blogspot.com.es/2014/06/si-una-autonomia-o-una-gran-ciudad.html

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