"Compuesto por local comercial y cuatro viviendas a reformar. Grandes
posibilidades de aumento de valor del edificio. Excelente localización
para apartamentos turísticos. Prácticamente vacío. 750.000 euros.
Rentabilidad futura del 6%”.
Es el proyecto con el que dos empresas
inmobiliarias mostraban a posibles compradores las posibilidades futuras
para un edificio en la calle Olmo 35, en pleno barrio de Lavapiés. Hace
apenas un mes, una decena de personas hacían cola a diario a la puerta
del edificio para visitarlo.
Les mostraban el local vacío, un antiguo
bar, subían por las cuatro plantas, visitaban uno de los dos pisos
vacíos y les señalaban uno de los dos habitados comentando: “Se queda
vacío el 31 de mayo”.
El proyecto mostraba las posibilidades de rentabilidad y
de uso del inmueble. Proponían convertir el local comercial y el sótano
en un negocio de “hostel” – o albergue juvenil – por lo que calculaban
que se podía sacar una rentabilidad de 950 euros al mes. Los alquileres
de las viviendas, de unos 50m2 cada cada una, los situaban en torno a
los 800 y 950 euros mensuales, en función de si tenían más o menos
superficie.
El pasado 21 de mayo, al mismo tiempo que las empresas
vendedoras, MK Premiun SL y Carrer Tigre 12 SL, compraban a los antiguos
dueños – dos hermanos – el edificio de la calle Olmo, también lo
vendían a Rosales 2009 SL y Spring Valley Investments SL. Así consta en
el Registro de la Propiedad con fecha del pasado 25 de mayo. El precio
final de compra quedó escriturado en 580.000 euros.
A principios de junio los vecinos que residen en el
inmueble oyeron cómo alguien trataba de abrir el portal. “Nos asomamos y
nos dijeron que eran los nuevos propietarios pero cuando bajamos ya se
habían ido y la cerradura estaba rota”, explica Francisco Rodríguez, de
83 años, que vive desde hace 11 en una de las cuatro viviendas de la
calle Olmo, y quien durante más de cuatro décadas ha regentado el bar
del local comercial que está en el mismo edificio. Él y su vecino, José
Arteaga, de 56 años y quien vive allí desde 1986, decidieron cambiar la
cerradura del portal.
Apenas unos días después, volvieron a oír nuevos ruidos
de alguien tratando de entrar en el edificio. “Me asomé y vi que era un
hombre con un manojo de llaves, me dijo que era el arquitecto y que
quería entrar pero le dijimos que como no le conocíamos no le abríamos”,
explica Jaqueline Nuñez, de 56 años, quien vive desde hace tres años
con Paco – como le conoce todo el mundo –, desde que el hombre se rompió
la cadera.
A los pocos días José y Paco recibieron
un burofax, firmado por una de las dos nuevas empresas propietarias del
edificio, Spring Valley Investments SL, informándoles de que debían
entregar una llave del portal en una dirección determinada.
Era la
primera comunicación que recibían por parte de la nueva propiedad. José
recibió un nuevo burofax hace apenas una semana informándole de que el
próximo 31 de julio debe abandonar su casa porque no le prorrogarán su
contrato de alquiler, como viene sucediendo desde hace más de 30 años.
Paco ya había recibido la misma carta, aunque firmada por MK Premiun, a
primeros de año, explicándole que al vencimiento de su contrato de
alquiler, el pasado 31 de mayo, debía dejar la casa. Pero se ha quedado
porque, como explica, a dónde va a ir “a mi edad, enfermo y con una
pensión no contributiva”.
Los dos han recibido además el apoyo de
diferentes colectivos sociales y vecinales, como el Sindicato de
Inquilinas, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Centro Madrid
o Lavapiés ¿dónde vas?, quienes a finales de mayo colgaron varios
carteles en la fachada de Olmo, 35 para protestar por el desalojo de los
vecinos.
“Te sientes muy desamparado y contar con el apoyo de
toda esta gente está suponiendo mucho para nosotros”, cuenta Jacqueline,
quien explica cómo el pasado martes una red de más de 20 personas se
movilizó rápidamente para plantarse en la puerta de su casa en apenas
cinco minutos.
De nuevo, habían oído ruidos en la puerta y al asomarse
vieron a un grupo de cinco personas: un hombre con mono de obra y una
caja de herramientas, otro trajeado, una mujer con vestido y americana y
otros dos hombres más. La inquilina llamó a la Policía y alertó en el
chat vecinal de lo que estaba pasando.
Uno de los
primeros en llegar fue Fernando Bardera, del colectivo Lavapiés ¿dónde
vas?, quien preguntó al grupo de desconocidos qué era lo que iban a
hacer.
“El señor trajeado, que se presentó como notario, dijo que la
mujer era la propietaria, nos enseñó las escrituras y que venían a
cambiar la cerradura para entrar en el edificio porque nadie había
entregado las llaves”, explica Bardera. Mientras, los vecinos
movilizados iban llegando hasta la calle Olmo para, en silencio, mostrar
el apoyo a los inquilinos.
Jacqueline explica que cuando trataba de
contar al grupo de desconocidos la situación en la que se encuentra Paco
y lograr un acuerdo, uno de ellos comenzó a reírse. “La mujer estaba
apoyaba en un coche mirando un punto fijo, como si nada de lo que
estuviera pasando fuera con ella”, cuenta la vecina.
Finalmente, llegaron agentes de la Policía Municipal, comprobaron que la
mujer que permanecía ajena a la conversación era la propietaria que
constaba en el documento de escrituras, e identificaron al grupo de
desconocidos. “Les pedimos que por favor les tomaran los datos por lo
que pudiera pasar después porque la única que vez que se han comunicado
con los vecinos ha sido por burofax”, indica Bardera.
Tras sucesivas llamadas en días diferentes ha sido imposible obtener una respuesta de la propiedad.
El caso de la calle Olmo, 35 se repite por Madrid, como sucede apenas unas calles más abajo, en Argumosa, 11, y en otras zonas de la capital y grandes ciudades.
Son edificios enteros de varias viviendas, con un único propietario o
apenas dos o tres.
De la noche a la mañana, los inquilinos, que llevan
décadas viviendo en sus casas y pagando cada mes sus alquileres, reciben
una notificación de la nueva propiedad de que deberán abandonar su casa
los próximos meses porque no se les prorroga el contrato. En ningún
caso hay margen de negociación.
En los relatos de estos vecinos también es habitual escuchar cómo
durante todos los años de residencia han sido los inquilinos los que han
costeado las obras de mantenimiento y reforma de los edificios, además
de afrontar el pago del Impuesto de Bienes Inmuebles. “Cada año pagamos
más de 1.000 euros todos los vecinos y, desde que estamos Paco y yo,
solo entre nosotros dos”, explica José.(...)" (Patricia Rafael, eldiario.es, 16/06/18)
"El último informe elaborado por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sobre 'Efectos de la crisis económica en los órganos judiciales' revela un cambio de tendencia en cuanto al perfil del desahuciado en España.
Según el citado informe, mientras que el número de lanzamientos practicados en el primer trimestre
de 2018 fue de 15.907, lo que supone un descenso del 6,7 por ciento
respecto a los registrados en el mismo periodo del año pasado; los
lanzamientos derivados de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) experimentaron un crecimiento del 1,1 por ciento, al pasar de 9.612 a 9.719.
El dato global supone el cuarto descenso
interanual consecutivo en el número de lanzamientos hipotecarios
practicados, después del incremento del 2,2 por ciento que
experimentaron en el primer trimestre de 2017. Sin embargo, la realidad
refleja que, si bien los lanzamientos derivados de no pagar la hipoteca
se sitúan en torno a unos 60 al día; los que responden al impago del alquiler superan los cien casos diarios. (...)
Para la PAH, el descenso del número de
desahucios por ejecución hipotecaria reflejado en el informe del CGPJ se
debe a "la paralización temporal de cientos de miles de estos
procedimientos en los juzgados, que se encuentran pendientes de la
resolución que adopte el TJUE sobre la cláusula de vencimiento
anticipado".
Una situación, en su opinión, temporal, y que hará que las
ejecuciones se reactiven o como procedimientos ordinarios, "lo que
volverá a elevar la cifra de estos desahucios".
En cuanto a los desahucios por impago por alquiler, consideran que es la cifra "más preocupante y alarmante".
Para la Plataforma, "9.719 desahucios durante el primer trimestre -107
al día-, con un incremento con respecto al último trimestre de 2017 de
520 desahucios más, vuelve a ratificar la salvaje burbuja inmobiliaria
que sufrimos", denuncian.
La causa de este incremento de desahucios
por impago de alquiler se debe, según la PAH "a la dificultad de
obtener una hipoteca justa y a los disparatados y abusivos incrementos de las rentas de alquiler". (Juan Carlos Téllez
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