"Italia, fundadora y tercera mayor economía post-Brexit de la UE, era la
imagen feliz de la posguerra: un sistema bipartidista consolidado, una
economía creativa y exportadora, un europeismo glamouroso.
Ahora, tras veinte años de euro, tiene un PIB per cápita inferior al del comienzo del siglo, aún no se ha recuperado de una década de recesión, acumula la tercera mayor deuda pública del mundo, su sistema político se ha desintegrado y se ha convertido en el país más euroescéptico. ¿Alguien todavía insiste en que no hay un síntoma italiano? (...)
Ahora, tras veinte años de euro, tiene un PIB per cápita inferior al del comienzo del siglo, aún no se ha recuperado de una década de recesión, acumula la tercera mayor deuda pública del mundo, su sistema político se ha desintegrado y se ha convertido en el país más euroescéptico. ¿Alguien todavía insiste en que no hay un síntoma italiano? (...)
Italia debería quejarse de uno de los monstruos de la UE, la Unión
Bancaria, que agrava los desequilibrios y los riesgos globales. Esa
unión se impuso sin garantía de depósitos común y sin cálculos precisos:
deja de lado a los bancos regionales alemanes y protege a su campeón,
el Deutsche Bank. Ambas decisiones son erróneas, pero al final de la
partida siempre gana Alemania.
La Unión Bancaria solo fue aprobada después de la recapitalización del Banco Central Europeo. Por ejemplo, al Grupo de Bienes Raíces Hypo el Gobierno alemán le dio una garantía de 145 mil millones de euros, lo que ha costado más de 20 mil millones.
Ningún gobierno podría ahora hacer lo mismo. Otras reglas son instrumentales: los 417 bancos regionales alemanes, que representan el 22,3% del crédito total del país y están estrechamente vinculados al partido de Merkel, sólo uno está sujeto a la supervisión del BCE.
El caso del Deutsche Bank también es esclarecedor. Como las autoridades europeas no se hacen cargo de los riesgos del mercado, solo de los riesgos crediticios, ignoran las amenazas sistémicas. Protegen así al mayor banco de Europa, con pies de barro.
La autoridad supervisora europea incluso reconoció que "ni siquiera se le preguntó cuál era el valor (real) de su cartera de derivados" (con un valor nominal de 42 billones de euros), porque cree que estas preguntas son descorteses.
Pero Italia podría quejarse de las dificultades de negociar con las autoridades europeas el rescate de algunos de sus bancos, o de ver reducido el valor de su sistema financiero en un 35% entre 2015 y 2016.
El desmantelamiento de Italia
Con
426 mil millones de deuda con el Eurosistema (el saldo de su TARGET2),
Italia es un ejemplo de cómo la política del BCE favorece a los mercados
financieros alemanes. Las compras de activos por parte del Banco de
Italia, bajo el programa del BCE, resultan en transferencias de liquidez
a Alemania, que tiene un superávit de mil millones de euros.
Por eso,
JP Morgan sugirió, en un estudio sorprendente, que la mejor solución
sería que Italia saliera del euro.
El razonamiento es el
siguiente: con la moneda única, ninguna economía en dificultades puede
monetizar la deuda o utilizar la depreciación del tipo de cambio, sólo
puede recurrir a la cancelación de la deuda o la devaluación interna.
Grecia utilizó poco la primera solución y mucho la segunda, y el
resultado es deplorable.
Ahora, Italia tiene una posición de caja neta
de inversión internacional poco negativa y, por tanto, una medida
drástica de salida del euro afectaría más a otras economías que a la
suya. Según JP Morgan, el euroescepticismo italiano es, por tanto,
justificado y razonable."
(Francisco Louça, catedrático de economía de la Universidad de Lisboa, Sin Permiso, 16/06/18)
Como alternativa a la salida del euro y para conseguir la soberanía financiera:
europeseta electrónica
Existe una descripción con mucho humor, de economía-ficción,
sobre los beneficiosos efectos que se producirían si en Italia, el gobierno
impusiera una moneda digital (allá por el 2020), para salir de la quiebra
económica y política a la que la permanencia en el euro habría llevado al país. El objetivo se conseguiría rápidamente.
Los únicos perjudicados, los
especuladores de la deuda. Ver: J. D. Alt: ‘Europa,
2020: una ucronía iluminadora’. http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5467 )
Los artículos de Juan José R. Calaza (Juan José Santamaría y Juan Güell) muestran con
gran claridad las ventajas de una europeseta electrónica de circulación interna:
Para entender la europeseta electrónica. Qué es y, sobre todo, qué no es. Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2012/12/02/entender-europeseta-electronica/720458.html
Para salir de la crisis sin salir del euro: España
debe emitir europesetas (electrónicas). Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2011/11/27/salir-crisis-salir-euro-espana-debe-emitir-europesetas-electronicas/601154.html
Las europesetas electrónicas, complementarias al euro, estimularán el crédito sin efectos colaterales perversos. Enlace: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=165815
Juan Torres insiste en que es necesario emitir una moneda complementaria al euro. Sus artículos:
Marear la perdiz. Enlace: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/02/08/andalucia/1360327224_588117.html
Hay alternativas, incluso dentro del euro.
Enlace: http://juantorreslopez.com/publicaciones/hay-alternativas-incluso-dentro-del-euro/
Más información en: 'Si Grecia, España, o
Andalucía emitiesen una moneda digital, respaldada por la energía solar
instalada en sus tejados, alcanzarían la soberanía financiera. La de dar
créditos a familias y empresas': http://comentariosdebombero.blogspot.com.es/2014/06/si-una-autonomia-o-una-gran-ciudad.html
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