"Europa estaría sufriendo una aguda crisis identitaria agravada por el
triunfo del Brexit y por el “proceso de balcanización europeo” ideado
por EE.UU. para mediante selectivos atentados terroristas, la crisis de
los refugiados, aplicación de aranceles y el despertar del anhelo
independentista de las Naciones europeas sin Estado provocar la
aparición de fuerzas centrífugas que aceleren la desmembración de la
actual Unión Europea
(...) en represalia a las sanciones impuestas por la UE en el 2015, Moscú
respondió con un embargo a los productos agroalimentarios europeas que
habría tenido como efectos colaterales unas pérdidas estimadas en 150
millones de € diarios según el líder de la Liga Norte italiana y
diputado del Parlamento italiano, Matteo Salvini y un monto total de más
de 100.000 millones (según datos de la propia CE, la exportación a
Rusia de la UE en el 2.013 habría ascendido a los 120.000 millones €).
En consecuencia, habría surgido una corriente liderada por Italia,
Finlandia y Francia que serían partidarios de suspender las sanciones a
Rusia mientras en la orilla antinómica, tendríamos a Polonia, Gran
Bretaña y Países Bálticos como adalides de seguir implementando dichas
sanciones en el futuro mediato. (...)
La coalición de intereses ruso-alemanes ideó el
proyecto Nord Stream que conectará Rusia con Alemania por el mar
Báltico, con una capacidad máxima de transporte de 55.000 millones de
metros cúbicos (bcm) de gas al año y con una vigencia de 50 años.
Dicha
ruta se estima vital para Alemania y los Países Nórdicos, por lo que ha
sido declarado de “interés europeo” por el Parlamento Europeo, nefasta
para la geopolítica de EEUU y crucial para la geoestrategia energética
rusa pues con dicha ruta se cerraría la pinza energética rusa al
descartar a las Repúblicas Bálticas y Polonia como territorio de
tránsito, descartado asimismo el oleoducto BTC de filiación clintoniana.
Rusia conseguirá así su doble objetivo geoestratégico de asegurar un
flujo ininterrumpido de gas hacia Europa por dos vías alternativas y
convertir de paso en “islas energéticas” tanto a Ucrania como a las
Repúblicas Bálticas.
Sin embargo, el objetivo inequívoco de EE.UU. es
sustituir la rusodependencia energética europea (30% del gas que importa
la UE procede de Rusa) por la frackingdependencia, inundando el mercado
europeo con el GNL (gas natural frackeado en EEUU y transportado
mediante buques gaseros) para hundir los precios del gas ruso.
Otro
objetivo sería impulsar la utilización de la técnica del fracking en
todos los países de la Europa Oriental, el llamado “arco del fracking
europeo” que se extendería desde los Países Bálticos hasta la Ucrania
europea, pasando por Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría,
Rumania y Bulgaria y que dependerá de la tecnología de empresas
estadounidenses como Chevron o Shell.
En consecuencia, tras presentar el Senado de EEUU un
proyecto de enmienda que introduce nuevas restricciones económicas
contra el gasoducto Nord Stream 2 ( gasoducto con una longitud total de
1.200 Km. que transportará por el Báltico directamente el gas ruso hasta
Alemania y que debería empezar a funcionar en el 2020), la CE tomó la
decisión de revisar dicho proyecto de colaboración ruso-europeo bajo el
pretexto de que “dicho gasoducto podría fortalecer la dependencia de la
UE del gas ruso y consolidar la posición dominante de Gazprom en el
mercado europeo”. (...)
La implementación por EEUU de aranceles contra el
acero y aluminio de la UE del 21% y 10% respectivamente provocarán la
desafección europea hacia EEUU y una tardía reafirmación de la soberanía
europea por parte Francia y Alemania que será la génesis de un nuevo
proyecto europeo (Europa de los Siete), integrado por Francia, Alemania,
Bélgica, Holanda, Italia, Luxemburgo y Austria, quedando el resto de
países europeos periféricos (Portugal, España, Irlanda, Grecia,
Eslovenia, Malta y Chipre) gravitando en sus anillos orbitales. El resto
de países del centro y este de Europa, (integrantes de la llamada
Europa emergente), que se extendería desde los Países Bálticos hasta la
Ucrania europea, pasando por Polonia, República Checa, Eslovaquia,
Hungría, Rumania y Bulgaria.
Dichos países serán el ariete que empleará EE.UU. para sustituir la ruso
dependencia energética europea (30% del gas que importa la UE procede
de Rusa) por la frackingdependencia, inundando el mercado europeo con el
GNL (gas natural frackeado en EE.UU. y transportado mediante buques
gaseros) para hundir los precios del gas ruso (...)" (Germán Gorraiz López , Alainet, 07/06/18)
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