"Académicos y periodistas han cubierto sin cesar el
ascenso del nacionalismo populista en Europa, y especialmente el de los
gobiernos de línea dura de Hungría y Polonia.
Si se dispone de un par de
horas y una conexión a Internet, se puede aprender mucho sobre cómo
ambos gobiernos han secuestrado los medios públicos, irrumpido en
estaciones de televisión y periódicos de propiedad privada, debilitado
los tribunales constitucionales, promovido discursos del odio contra
judíos, musulmanes y otras minorías, y desatado troles en línea.
Sin
embargo, seguiríamos siendo incapaces de responder a la pregunta
fundamental: ¿por qué estos gobiernos son tan populares?
La respuesta radica en un elemento que la mayoría de
los analistas han subestimado: no son gobiernos solo nacionalistas, sino
además socialistas.
Piénsese en Polonia, donde el gobernante partido Ley y
Justicia (PiS) obtuvo en 38% de los votos en las elecciones
parlamentarias de octubre de 2015. En abril de 2018 las encuestas de
opinión le daban un 40%, a pesar de su creciente autoritarismo de
derechas y las quejas oficiales de la Unión Europea. (...)
Aunque la Plataforma Cívica que dirigió el país hasta
2015 surgió del movimiento Solidaridad de los años 80, traicionó a su
base de clase trabajadora al impulsar políticas económicas neoliberales
extremas. El ex partido comunista hizo algo semejante al abrazar la
socialdemocracia en los 90.
En contraste, el PiS ha puesto en marcha la adición
más significativa a la red de seguridad social polaca desde 1989: el
programa Familia 500+. Lanzado en 2016, refleja el nacionalismo, los
valores familiares tradicionales y la conciencia social que el partido
busca promover: paga 500 zloty ($144) al mes para el cuidado del segundo
bebé y los subsiguientes.
Las familias lo solicitan cada septiembre,
cuando comienza la temporada escolar. Excepto para las familias pobres,
una familia con un solo niño no recibe nada, pero las que tienen dos
califican para el beneficio mensual. Las familias con tres niños reciben
1000 zloty, y 500 zloty por cada niño adicional.
El programa ha resultado ser enormemente popular.
Cerca de 2,4 millones de familias lo utilizaron en los primeros dos
años. El beneficio, equivalente a un 40% del salario mínimo, casi ha
barrido con la pobreza extrema infantil en Polonia, reduciéndola entre
un 70 y 80%.
Los políticos y parlamentarios liberales proeuropeos
no están convencidos: se quejan de que un beneficio familiar tan
generoso debilitará los incentivos laborales e inflará el presupuesto
fiscal.
Sin embargo, las evidencias iniciales sugieren que Familia 500+
en realidad ha aumentado la actividad
económica, además de revertir el declive de la fertilidad poscomunista,
elevar los salarios (en especial los de las mujeres) y permitido que las
familias compren materiales escolares, tomen vacaciones, adquieran más
ropas para sus niños y dependan menos de créditos costoso para las
necesidades básicas del hogar.
Y, gracias al rápido crecimiento
económico, el déficit fiscal ha ido bajando, no subiendo.
No es de sorprender que a los liberales les cueste
ganar impulso en el electorado. Muchos polacos ven un gobierno que
finalmente hace algo por la gente de a pie e, irónicamente, todo lo que
pueden hacer los liberales es quejarse de que eso es antidemocrático.
Lo cierto es que Familia 500+ funciona. La tasa de
fertilidad de Polonia -que después de 1989 había caído a entre las más
bajas de Europa- ha subido a partir de 2016 desde 1,29 a 1,42 por mujer.
En su primer año, Familia 500+ significó un estímulo importante para la
economía, ya que las familias pobres lo gastaron casi íntegramente en
bienes de consumo. Los ingresos de una cadena de calzados crecieron un
44%.
Las ventas de vacaciones en familia se elevaron un 14%. En lugar de
pedir préstamos para pagar los costosos uniformes que se exige vistan
los alumnos, los polacos usaron sus beneficios 500+. Y si bien las tasas
de empleo femenino se redujeron cuando las mujeres dejaron sus trabajos
con salario mínimo, los sueldos aumentaron marcadamente, en especial
para empleados de tiendas.
Visto el importante éxito del programa, otros países
lo están imitando. En 2018 Lituania introdujo una versión menos generosa
de Familia 500+.
A quienes les importa la democracia en Polonia,
Hungría y otros países de Europa y el mundo deben reconocer que a muchos
votantes les convence la visión de la derecha nacionalista de un estado
social que ponga por delante las prioridades nacionales, atienda a los
pobres y apoye a las familias.
Los demócratas liberales no pueden
excluir a la derecha nacionalista por su xenofobia. Pero sí pueden y
deben dejar atrás sus anteojeras ideológicas y aprender un par de cosas
de sus adversarios sobre medidas que funcionan para la gente." (
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