"(...) Ante este panorama, es evidente que, el partido de Rivera, empujado por
las encuestas, está interesado en un adelante electoral, en un esquema
calculado de forma que sus diputados más los diputados que aguanten del
PP, estén por encima de los 176 escaños.
Es por eso por lo que a C’s le
puede haber entrado la prisa y es también por eso por lo que C`s no
quiere hacer demasiada sangre en el PP con los que sabe que tendrá de
contar.
Si tal sucediera, y ante la inoperancia de la izquierda, tanto en
Cataluña como en el resto de España, puede que así sea, el panorama
nacional sería de unas características completamente diferente al que ha
venido contextualizando la acción del PP en todos sus mandatos.
Esto es: un partido, el PP, que ha sido fuerte o muy
fuerte en territorios estratégicos: eje País Valenciano con Murcia como
aledaño, Madrid, Castilla y León y Galicia, además de marcada incidencia
en otros territorios como Castilla la Mancha, Extremadura, sobre todo
Andalucía, Aragón y la Rioja, pero ha fallado estrepitosamente en el
País Vasco y, sobre todo; en Cataluña.
Dejando así un puzle incompleto.
C’s opera sobre un hipotético panorama de poder
compartido, con el PP bajo su liderazgo en todos estos territorios pero,
en cambio, su hegemonía es por el momento indiscutible en Cataluña.
Rivera es aquí el verdadero emperador del paralelo. Este es el cambio
fundamental.
Nada importa que la vorágine neoliberal que C’s representa (y que en el
fondo comparte el PSOE) arrumbe con lo poco que va quedando del Estado
del Medioestar que diría el Sr. Llamazares. Nada de eso importa. En una
sociedad polarizada por los nacionalismos, Rivera brilla con luz propia.
La incompetencia de la izquierda, y aquí me refiero de forma exclusiva a
todos los partidos surgidos de los rescoldos del PSUC, porque me niego a
pensar que todo haya sido también un proceso calculado por genios como
Ribó cuyo objetivo no fuera otro que desactivar el movimiento obrero y
dejar a los trabajadores que tanto han contribuido a hacer grande a
Cataluña, pero que para (¿todo?) el nacionalismo, no son sino fuerzas de
ocupación.
Es decir: Rivera puede que sea la pieza que falta en el
puzle de la implantación de la derecha nacional española, el que
definitivamente le de esa unidad territorial, aunque todavía estuviera
por integrar en esa hegemonía al País Vasco.
Por otra parte, el PSOE, que se presenta como una fuerza regeneradora, está también corroído por la corrupción, (...)
Un partido que se sabe condenado por la historia, que
ve como sus fieles votantes le dan la espalda y que sabe que ¿a su
izquierda? hay una formación que le resta varios millones de votos, tal
vez muchos más de los que les restará el partido de Rivera por la
derecha.
Ante este panorama, un partido atrapalotodo como es el
PSOE tendrá que hacer verdaderas filigranas para tapar el boquete que
se abre a su derecha, hacia C’s, y el no menor boquete que se abre a su
izquierda hacia el universo de PODEMOS.
De forma que, al PSOE, un
partido que tiene en su haber, haber pasado de 202 diputados a los
escuálidos 84 actuales, sin capacidad para incidir en la política
nacional y que sabe que sin el inestimable apoyo mediático ahora
encauzado hacia la aniquilación de PODEMOS, no sería absolutamente nada,
difícilmente puede representar una opción regeneradora.
Así, Sánchez,
que sabe que sus posibilidades de gobierno serán prácticamente nulas, se
agarra al clavo ardiendo de la moción de censura porque cree, y con
razón, que es la única forma de ser algo. (...)
A todo esto, en la izquierda el panorama es desolador. Estamos en la nada.
26 de mayo de 2018" (Chema Sabadell . Ex militante del PSUC , Crónica Popular,01/06/18)
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