"Vivimos tiempos de vértigo. Lo improbable se hace posible. Pedro Sánchez
alcanza la Presidencia del Gobierno de España. Nace en Italia el
Gobierno del Movimiento Cinco Estrellas y la Liga. Mientras, los medios
de comunicación convencionales dan muestras de cierta irritación,
agotamiento, descontrol y estupefacción.
No comprenden aún que llevamos
años de tiempos de maleza. Hay un hastío amplio en la ciudadanía. Y en
el origen de todo, un sistema roto de gobernanza económica, el "neoliberalismo". (...)
El neoliberalismo no es una ideología en estricto-sensu. Es el momento
político donde el poder corporativo se quita la careta, deja de ser un
fenómeno puramente económico y se transforma en una coparticipación
globalizadora con el Estado. El objetivo, la mayor concentración posible
de riqueza y poder en las menores manos plausibles. Es el
neo-feudalismo.
Y es ese poder corporativo el que pacta, apoya,
dificulta la formación de gobiernos o dirige el voto de la ciudadanía.
Para ello invierten en medios de comunicación. Es una inversión muy
rentable. La antidemocracia, y el dominio de la élite son sus rasgos más
destacados. (...)
Pero vayamos a la evidencia empírica, aquella que
invalida todos y cada uno de los supuestos que hay detrás de las
políticas económicas más significativas del neoliberalismo.
La evidencia
se expande cada día más y hasta el mismo Banco Central Europeo
(BCE) aporta una crítica demoledora contra los fundamentos de aquellos
que reclaman reformas desde la oferta. En este sentido, es llamativo que
un documento de trabajo reciente del BCE, con el sugerente título “On the sources of business cycles: implications for DSGE models”,
haya realizado sin duda una de las mayores críticas a la teoría
económica dominante, esa que estudian los alumnos de económicas y
empresariales en la universidades de medio mundo.
Sus autores, Michal Andrie, Jan Bruha y Serhat Solmaz,
investigan las fuentes de las fluctuaciones económicas. Para ello
consideran el PIB, el consumo, la inversión, las exportaciones y las
importaciones, todas ellas en términos reales, incluyendo además la tasa
de desempleo y la inflación subyacente. Utilizan datos de los Estados
Unidos y de otros países desarrollados.
La
importancia de esta investigación es que los modelos convencionales
-neoclásicos, neokeynesianos o monetaristas- que estudian los ciclos
económicos enfatizan las motivaciones del lado de la oferta y afirman
que los shocks de demanda son temporales en el mejor de los casos.
Esto
es crucial porque si eso fuera cierto, entonces la afirmación de que la
política fiscal no puede alterar permanentemente el curso de una
economía sería válida. Pero el documento del BCE refuta esta creencia
general.
Los autores demuestran la existencia de grandes
regularidades en los co-movimientos de variables macroeconómicas clave,
en múltiples economías, en el análisis de los ciclos económicos. Y
encuentran que hay una fuente dominante de dichos co-movimientos en
términos reales. Dicho de otro modo, la dinámica del ciclo económico de
los datos macroeconómicos clave puede explicarse, en gran medida, por
una única fuente de variación.
¿Y saben ustedes cuál es? Pues aquella
que siempre hemos defendido desde estas líneas: la demanda agregada, es decir, el gasto.
¡Es el dominio aplastante del principio de demanda efectiva! Por lo
tanto, todas esas reformas propuestas desde el lado de la oferta, tan
cacareadas a bombo y platillo, obedecen a chascarrillos sin fundamento
alguno.
Pero ahí los tienen, inasequibles e imperturbables al
desaliento, defendiendo lo indefendible.
Implicaciones de las nuevas evidencias empíricas
Las
implicaciones son brutales porque los modelos de equilibrio general
dinámico estocástico, los famosos DGSE, muy queridos por la ortodoxia,
no pasan la prueba del algodón. Los autores lo explicitan de la
siguiente manera:
"Los modelos más destacados de DSGE hoy en día no son
compatibles con nuestros hallazgos empíricos sobre la cantidad de
factores y la naturaleza del movimiento conjunto en los datos
macroeconómicos”. ¡Touché!
Los resultados apuntan a
"solo un componente principal dinámico dominante": la demanda agregada.
La implicación más relevante es que no se sustenta por ningún lado la
austeridad expansiva defendida por el FMI o la Troika europea.
Estos organismos durante la Gran Recesión obligaban a los gobiernos a
reducir sus déficits utilizando la austeridad fiscal, bajo su creencia
de que ello generaría crecimiento económico. Obviamente ello no sucedió,
simplemente porque así no funcionan las economías. Tuvieron rápidamente
que cambiar.
La investigación del BCE confirma la notable estabilidad
de los movimientos conjuntos entre las variables agregadas. Si cae la
inversión, o el gasto público, el consumo privado disminuye. ¿Por qué?
Porque la disminución de la inversión (o el gasto en general) crea una
brecha de producción y las empresas despiden a los trabajadores. El
ingreso nacional cae y el consumo y el ahorro de los hogares disminuyen.
¡Elemental mi querido Watson!
En términos simples,
estos resultados significan que la mayoría de los modelos
macroeconómicos utilizados por los organismos u oficinas de política
económica, los neokeynesianos, los
monetaristas, o los nuevos clásicos, al ignorar el predominio de la
demanda agregada para explicar las dinámicas de crecimiento e inflación,
tendrán una escasísima utilidad.
Los autores del documento de trabajo
del BCE consideran que "cualquier modelo económico estructural debe, al
menos, ser capaz de generar la estructura de componentes principales de
los datos que se supone que representan", razón por la cual los modelos
macroeconómicos dominantes fracasan.
El otro resultado
clave del artículo es que el análisis de las variables reales y la
inflación revela un estrecho co-movimiento, a menudo puesto en tela de
juicio por la literatura dominante. Dicho de otra manera, la producción y
la inflación se mueven conjuntamente como resultado de la dinámica de
la demanda.
Esto significa que la gran mayoría de los modelos
macroeconómicos que explotan lo que se conoce como la "dicotomía
clásica", es decir, que el dinero es neutral a largo plazo ya que está
determinado exclusivamente por las fuerzas de la oferta, es simple y
llanamente otra leyenda urbana, y ya van muchas.
Si a
fecha de hoy se mantienen ciertas políticas económicas basadas en meras
leyendas urbanas, ello ya no solo obedece a una incompetencia
estructural de quienes la proponen, que también, sino a la defensa de
los intereses de ciertos grupúsculos, es decir, al principio de dominio
de la élite.
¡Ojalá los asesores de Pedro Sánchez le puedan trasladar a
él estas evidencias irrefutables!" (Juan Laborda, Vox Populi, 05/06/18)
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