"(...) En Europa, y en general, estamos en este momento en que el gran
desarrollo que hubo históricamente en la lucha y conquista de derechos
laborales, sociales y políticos importantes y en la organización
sindical y política de clase, se está perdiendo a marchas forzadas,
aceptando y cediendo casi todo el terreno a las contrarreformas que
impone la globalización neoliberal y a sus formas de drástica
liquidación de derechos que se consideraban irreversibles. Y la
izquierda no está ni se la espera.
Ni con acciones contundentes contra
las políticas económicas, laborales y sociales conservadoras y
neoliberales, ni contra la política de guerras coloniales y de saqueo
que mantienen los gobiernos europeos, EEUU y la OTAN.
Políticas que,
además de anular la conciencia moral y política de la izquierda, matan a
centenares de miles de personas, destruyen países y siembran el caos y
el hambre en amplias zonas de las que huyen millones de personas,
convirtiendo el norte de África y el Mediterráneo en el paraíso de las
mafias, en el campo de concentración, tráfico de personas y la tumba de
miles de niños y niñas, mujeres y hombres y el mar Mediterráneo en el
mar de la violencia, de la desesperación y de la destrucción de la
convivencia y colaboración entre países y personas.
Si aplicamos a la organización y lucha social y política de la
izquierda la fórmula de la energía como masa por la velocidad al
cuadrado, llegamos a la conclusión de que la energía actual de la
izquierda es nula: no hay masa organizada, ni tiene velocidad al
cuadrado.
Es un ser amorfo sin pena ni gloria que navega sin rumbo al
ritmo de los intereses y avatares de la derecha neoliberal y belicista. O
incluso, cambiando el antaño predicado internacionalismo solidario por
nuevas versiones del nacionalismo más ramplón, reaccionario y peligroso.
En Europa hay variados ejemplos, y en España una muestra completa del
carácter reaccionario y racista de los nacionalismos, con métodos de
imposición fascistoides, teniendo de cómplices vergonzantes y
vergonzosos una llamada “izquierda progresista” que hace tiempo que
perdió los papeles, después de haber contribuido a llevarnos al pozo sin
fondo actual.
O sea, que después de lo dicho, no queda, a mi entender, otra
alternativa que reconstruir, o construir, una izquierda democrática, que
partiendo de diversas posiciones políticas o ideológicas, tenga clara
la necesidad de unir fuerzas y esfuerzos para defender las
reivindicaciones más necesarias ahora, y enfoque un cambio en la
perspectiva republicana, orientado al socialismo.
En ello estamos
trabajando, intentando organizar y coordinar los esfuerzos. En Madrid,
(la Plataforma por un proyecto democrático para recuperar y unir a la
izquierda), y en Catalunya Asec-Asic (Asamblea Social de la izquierda
catalana) “Front d´Esquerres no Ncionalistes” y otros grupos. Hay
movimientos en otros sitios. Poned en marcha plataformas que vayan en
parecido sentido. Nos iremos encontrando en el camino."
(Paco Frutos Gras fue Secretario General del Partido Comunista de España (PCE) entre 1998 y 2009. La República.es, 08/07/18)
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