5.12.18

Puigdemont y su movimiento separatista tiene como aliados a los principales partidos fascistas europeos como los separatistas flamencos, la Lega de Matteo Salvini, los de alternativa para Alemania, los de Finlandeses Primero... El fascismo no entró por Andalucía... entró por Cataluña

"(...) “Ya veis como son estos españoles”, decía un conspicuo tertuliano separata, asiduo en programas de los medios del régimen y estómago agradecidísimo, mientras se tomaba un vermú en la mesa de al lado de un servidor. “Andalucía es la prueba. O mandan los socialistas o el fascismo de VOXPPCiudadanos. Son la Falange, ¡Mucho ojo!”, sentenciaba, entre gamba y gamba, con aire de centinela que vislumbra en la lejanía como se aproximan todas las naciones indias en son de guerra.(...)

“Tiene razón Pablo Iglesias – proseguía inasequible el separata gambero – hay que crear una alianza anti fascista y blindarse, negándonos a pactar con partidos anticonstitucionales”. (...)

“Ya veis como son estos españoles”, decía un conspicuo tertuliano separata, asiduo en programas de los medios del régimen y estómago agradecidísimo, mientras se tomaba un vermú en la mesa de al lado de un servidor. “Andalucía es la prueba. O mandan los socialistas o el fascismo de VOXPPCiudadanos. Son la Falange, ¡Mucho ojo!”, sentenciaba, entre gamba y gamba, con aire de centinela que vislumbra en la lejanía como se aproximan todas las naciones indias en son de guerra. (...)

“Ya, ya, facha, si usted quiere, pero mire, Puigdemont y su movimiento separatista tiene como aliados a los principales partidos fascistas europeos como los separatistas flamencos, la Lega de Matteo Salvini, los de alternativa para Alemania, los de Finlandeses Primero, en fin, que si ser facha es defender la democracia constitucional y no admitir golpes de estado por parte de nadie, ahí verá”. 

El hombre ha hinchado de pura indignación sus mofletes de manera similar a Dizzie Gillespie cuando tocaba la trompeta. Inútil referirles la calidad cromática de aquellos, teñidos primero de púrpura y luego de bermellón. Congestionado – no sé si por una gamba atravesada o por su ideología regurgitada -, ha insistido “¡Feixista, espanyol, botifler,falangista!”. 

Me he encogido de hombros, renunciando a explicarle que no es lo mismo ser español que fascista, ni fascista que falangista, ni nada de eso con ser botifler, traidor. El señor en cuestión no precisaba de un interlocutor, sino de un médico.

 Él ha vuelto a sus gambas y a sus clasificaciones como la de Cuvier y yo he seguido a lo mío, que es reírme por debajo de la nariz de toda esa pandilla de aprovechados que solo saben repetir como loros los mantras que les dictan sus amos.  (...)

Si en Cataluña dices que el separatismo es supremacista, racista, sectario, tanto o más corrupto que el PSOE en Andalucía, no tan solo eres fascista, sino que, además, no tienes humanidad ni eres persona.  (...)

¿Qué nos está pasando con el fascismo, que lo vemos asomar por cualquier rendija a la primera de cambio? ¿Hay tantos fachas como se dice? ¿Existe una pandemia fascista y no hay vacunas? No se sabe. Lo único empírico es que si VOX ha entrado de lleno por la puerta grande en el ruedo político es por demérito de los partidos tradicionales. No es menor el detalle del primer mitin que celebró, precisamente aquí, en Barcelona, con un llenazo hasta la bandera. 

A la que se presenten en unos comicios autonómicos en Cataluña, los partidos del detente bala anti fascista pueden llevarse una sorpresa morrocotuda. Esos mismos que nunca hacen la menor autocrítica, ni reconocen jamás sus yerros, sus vicios, sus tremendas carencias intelectuales e incluso humanas. VOX se alimenta de su fracaso y, por muchas reuniones que hagan en Bruselas o en Tegucigalpa, las cosas no van a solucionarse ni la formación de Abascal va a desaparecer por ensalmo.

Los llamados partidos progresistas cometen todos el mismo error: ven fachas por encima de sus posibilidades. Habría que decirles que no es el fascismo, sino su propia estupidez, su egoísmo, su incapacidad para cortar los problemas de raíz antes de que pasen a mayores lo que propicia soluciones extremas. Hay algo peor que ser de extrema derecha: ser de extrema estupidez."          (Miguel Giménez, Vox Populi, 04/12/18)

No hay comentarios: