"Lo que quiero argumentar es lo siguiente:
1) Unidos
Podemos corre el riesgo de difuminarse o desdibujarse por su
cooperación, más o menos conflictiva, con el Gobierno de Sánchez;
2) si
esto ocurre, una parte del voto de Unidos Podemos terminaría en el PSOE y
otra en la abstención;
3) la suma del voto del PSOE y de Unidos Podemos
no daría para derrotar a las derechas.
En positivo, parto del
convencimiento de que la única forma de derrotar a la hidra de las
derechas es si Unidos Podemos, no solo recupera votos, sino que los
amplía. Vayamos por partes.
Si algo nos dice la experiencia con el Gobierno de
Sánchez son las profundas diferencias en temas de fondo y en el estilo
de hacer política. Este no ha sido capaz de construir una mayoría
programática y tiene enormes dificultades para definir una alianza
política a corto y a medio plazo.
Vive por y para ganar las próximas
elecciones; todo lo demás es secundario. Los acuerdos alcanzados tienen
que ser peleados minuto a minuto y, a veces, la síntesis final produce
una frustración difícil de ocultar.
Las líneas rojas de este gobierno
chocan con el programa de Unidos Podemos y, más allá, con aspiraciones
de una mayoría social que creyó que con Sánchez algunas cosas
cambiarían. Las gentes no esperaban demasiado, solo coherencia con lo
que el PSOE había defendido en la oposición a la derecha. Al final, lo
que queda son titubeos, vacilaciones, retrocesos y batallas perdidas
antes de darlas.
Los límites del Gobierno están quedando claros:
primero, alineamiento férreo con la política exterior norteamericana;
segundo, aceptación consciente del “consenso de Bruselas”, es decir, de
las reglas neoliberales de la Comisión europea (...)
Lo de la Unión Europea no resulta extraño por la trayectoria de la
actual ministra de Economía; sorprende la falta de crítica, de oposición
con los enormes problemas que deja la crisis en España y cuando, de
nuevo, aparecen señales de otra por venir.
(...) lo que nos espera es una polarización dura y
sistemática entre las derechas y el PSOE. Se ha hablado mucho en estos
días –es la típica movida madrileña- de un gran centro que impidiese un
futuro gobierno PSOE/Unidos Podemos.
Lo que viene es algo más que eso y
lo llevará hacia adelante como táctica electoral el Partido Socialista:
definir un espacio moderado y centrado en torno al Gobierno de Sánchez
para vencer a las derechas y, desde ahí, movilizar el voto útil
debilitando la fuerza electoral de Unidos Podemos.
El problema, insisto
sobre ello, es que esto puede no ser suficiente para ganarle a las
derechas y sirva para liquidar la capacidad de resistencia popular a un
gobierno Ciudadanos-PP-VOX.
No comparto el pesimismo en torno a Unidos Podemos, ni
comparto la idea de su decadencia electoral. Creo que hace falta
iniciativa política, claridad de ideas, imaginación y una dirección
capaz de estar a la altura del tiempo histórico. Tampoco comparto la
idea de que nuestra mejor campaña sea reivindicar lo acordado con el
Partido Socialista.
Conectar con una base electoral y social
desmovilizada y, me temo que desmoralizada, requiere algo más que una
buena campaña electoral. Hay que cambiar los imaginarios sociales,
generar ilusión y compromiso en un momento en el que los jóvenes,
trabajadores, autónomos, mujeres y hombres, se juegan el futuro.
La
clave: un proyecto de país en positivo, posible y asumible por una gran
mayoría disputándole la hegemonía a una socialdemocracia sin proyecto
que lo único que defiende es el mal menor.
Ahora todo es más difícil. El viento de cola ya no nos sopla con la
fuerza de antes. Hay que “organizar la subjetividad” relanzando un
proyecto que sigue estando vivo, que es más necesario que nunca y que
hay que convertirlo en programa, en propuesta, en una esperanza
concreta. Nuestras gentes son personas que conocen su mundo, que saben
las enormes dificultades de cambiar unas relaciones de poder consagradas
durante años y que han aprendido la dureza de unos poderes fácticos que
no perdonan a quienes los cuestionan.
La pelota sigue estando en
nuestro campo. Catarsis y nuevo inicio." (Manolo Monereo, Cuarto Poder, 11/02/19)
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