“El 40 por ciento de la economía la maneja el Estado”
Bolivia es hoy un ejemplo de economía pujante que transformó un país
excluyente, formateado por las elites blancoides en la segregación de
sus mayorías, en un país incluyente. Se lo conoce como el Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP) y tras 14 años de crecimiento constante, baja inflación y soberanía monetaria es elogiado hasta por organismos internacionales y economistas ortodoxos.
(...) se ha planteado un nuevo modelo económico basado en cuatro elementos: economía estatal, privada, cooperativista y comunitaria”.
Uno de los hitos del éxito del MESCP fue la nacionalización de los
hidrocarburos que permitió “redireccionar el desarrollo mediante la
diversificación de la economía y la industrialización en áreas
estratégicas”, subrayó Herbas al tiempo que destacó que “entre el 38 y
40 por ciento de la economía la maneja el Estado e implementamos, por
ejemplo, la Ley de Servicios Financieros que le puso topes a la
especulación y establecimos tasas de interés bajas para el acceso a
vivienda, producción, para pequeñas y medianas empresas. También, los
bonos sociales de seguro universal para la vejez, evitar deserción
escolar y para las madres gestantes y niños hasta los dos años”.
El vicepresidente del BCB resume estas decisiones en una frase: “redistribución de ingreso”.
Es decir, que “el aumento salarial siempre esté por encima de la
inflación. Hoy el salario mínimo alcanza los 305 dólares y genera una
compensación histórica para los trabajadores que se apodera de los
excedentes del Estado”.
Y concluyó: “Estos elementos garantizan un modelo de
crecimiento, desarrollo y mejoras para la población con un aumento del
Producto Bruto Interno del 4,8 por ciento anual promedio con la
inflación más baja del continente tras la de Ecuador”. (...)
“Administrar el tipo de cambio para bajar la inflación”
“Creemos que el Estado debe producir, debe intervenir, debe
incidir en la redistribución de la riqueza y, por ende, en la reducción
de la pobreza”. Y le lanza un dardo al Fondo Monetario
Internacional: “La independencia del Banco Central es un problema, a
diferencia de lo que dice el FMI.
En Bolivia, a principios de cada año,
el presidente del BCB y el Ministro de Economía (Héctor Arce Catacora)
firman un acuerdo soberano ante la población y hacen compromisos por los
objetivos macroeconómicos del país. Ambos son responsables de la
estabilidad de precios y del crecimiento. En lugar de independencia, hay
coordinación de políticas”. (...)
“No aceptamos ni concordamos con la flexibilidad cambiaria
que recomienda el FMI, que dice que el mercado determina el tipo de
cambio, para nosotros es el Banco Central el que determina el tipo de
cambio para defender a la ama de casa, al empresario, al trabajador.
Administramos el tipo de cambio para bajar la inflación. No creemos que
el mercado vaya a responder adecuadamente cuando se lo deja librado al
azar. Revisamos año a año lo que dice el FMI y nos molestan sus
descuidos y falta de preocupación por desdolarizar la economía, y su
preocupación por bajar salarios y gastos públicos”.
A su vez, el economista-jefe del BCB recordó que “antes de
2006 Bolivia era la economía más dolarizada del cono sur, el 99 por
ciento de los créditos estaba en dólares y decidimos cambiar eso:
depreciar al dólar permitió despreciar al dólar y somos la economía que
más avanza en la desdolarización. Hoy decimos con orgullo que el 99 por ciento de los ahorros de la población están pesos, en nuestra moneda”.
La nueva etapa política también determinó una apertura para el BCB
que, cuenta Mendoza, se enfocó en “la comunicación e interacción”.
“Suelen ser organizaciones muy herméticas, y la gente desconoce lo que
hace; por eso, desde 2006, nos comunicamos con actividades en las
escuelas, universidades, con organizaciones sociales, trabajadores,
economistas”.
“El Banco Central adquirió soberanía sobre la política monetaria”
(...) el BCB “adquirió soberanía sobre las medidas monetarias, se
invirtió en la economía (antes el Estado destinaba 300 millones de
dólares para gasto social, mientras hoy invierte 5.000 millones para
mantener el empleo y la producción); se redistribuyó la riqueza
con aumentos sustanciales del salario mínimo, lo que hizo que Bolivia
se convierta en un país con mejor nivel de vida, estabilidad de precios y
soberanía monetaria”.
En 2005, la diferencia entre los bolivianos más ricos y los más
pobres era de 129 veces. 14 años después, la cifra bajó a 39 veces. En
el mismo sentido, la pobreza extrema se redujo de 38,2 por ciento a 15,2
y la moderada disminuyó de 60,6 a 34,6. El PBI nominal era de 9.574
millones de dólares en 2005, mientras que hoy es de 43.687 millones de
dólares. (...)" (Canal Abierto, 17/09/19)
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