"La imitación: en La luz que se apaga, Ivan Krastev y Stephen
Holmes hablan de las esperanzas y las frustraciones de los países de
Europa del Este. Tras la caída del Muro intentaron imitar a Europa
occidental: era un regreso a la normalidad. La aspiración se acabó
viendo como una imposición; la admiración se transformó en
resentimiento. Pero ese impulso mimético está en otros lugares. (...)
Está también en la reivindicación del victimato. Como a todo imitador, nos obsesiona la autenticidad.
La ira: para Pankaj Mishra, nos encontramos en una edad de la ira. La
reacción que vemos en algunas partes del mundo no es algo nuevo sino la
reproducción de un rechazo a la modernidad que comenzó en Europa hace
dos siglos. La modernidad genera ganadores y perdedores; provoca
beneficios pero también una impresión de desubicación.
El miedo: el mundo se ha comprimido y acelerado. Cosas que parecían
fiables, de la familia al trabajo, ya no lo son. No es solo que no
sepamos si conservaremos el empleo, o que los trabajos sean precarios:
no sabemos si nuestra profesión seguirá existiendo. Las mayorías
culturales temen perder su posición; la clase media está aterrada por
descolgarse; muchos ven la vida cotidiana como una amenaza existencial.
Entre las consecuencias negativas del miedo están la pérdida de cohesión
social (incrementada por la creciente desigualdad material), la
búsqueda de culpables (como ha pasado con la inmigración) y una
sensación de parálisis (como ha ocurrido con el cambio climático).
El aburrimiento: los temores conviven con el tedio y la convicción de
que tenemos que vivir una experiencia emocionante: hemos venido a
divertirnos, o como poco a indignarnos. Nos preocupan unas amenazas y
somos incapaces de concebir otras. La economía nos da miedo pero a las
instituciones democráticas las damos por sentadas.
No creemos que las
acciones que defendemos vayan a tener consecuencias que no nos gustan,
pensamos que no cometeremos los errores que han cometido antes todos los
demás y estamos seguros de que lo que valoramos del sistema
sobrevivirá: solo sufrirá lo que nos parece mejorable. Esa combinación
de fracaso imaginativo y arrogancia conduce a menudo a la
irresponsabilidad primero y al desastre después." (Daniel Gascón, El País, 07/12/19)
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