"Australia ardía, recuérdenlo. Así empezó el 2020, con unos impresionantes incendios forestales en la isla continente (...)
27 de marzo de 2020. Con cientos de miles de infectados y miles de
muertos por todo el mundo, el ministro de finanzas de los Países Bajos
acusa a Italia y España de no prevenir la catástrofe del coronavirus.
Obvia que su país quiere "exportar" enfermos a Bélgica, se calla que los
países del centro de Europa salieron beneficiados de una crisis donde
colaboraron, con su inacción, con los fondos buitre que saquearon la
deuda soberana de sus socios del sur. El primer ministro de Portugal, el
socialista António Costa, le puso en su sitio calificando las
declaraciones de repugnantes. (...)
La narrativa, la maldita narrativa. Esa forma de entender la política
tan sólo como un juego de fantasmagorías donde lo único importante es
trazar una línea discursiva exitosa. En este caso la de que los
perezosos habitantes mediterráneos no se tomaron en serio la amenaza y
que ahora vienen a lloriquear a los laboriosos europeos, los de verdad,
condición que nos adjudicaron pero nunca se creyeron salvo para
desindustrializarnos y convertirnos en un gigantesco bar con playa donde
orinar su calvinismo. (...)
¿Es cierto que Europa es uno de los epicentros de la enfermedad
debido a la imprevisión italiana y española? En los párrafos que siguen
intentaremos explicar que, aunque aún no se sabe a ciencia cierta cómo
se ha extendido el covid, sí podemos afirmar que no lo ha hecho como la
narrativa centroeuropea derechista afirma. Ya es hora de defender
nuestra dignidad y soberanía.
Origen de la pandemia
El 31 de diciembre de 2019 el Gobierno chino informa a la
Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la aparición de casos de
neumonía de una etiología o causa desconocida en Wuhan, ciudad de la
provincia de Hubei. (...)
La OMS en el comunicado del 5 de enero no recomendaba "ninguna medida
específica a los viajeros. En caso de síntomas de enfermedad
respiratoria durante o después del viaje (a Wuhan), los viajeros deben
buscar atención médica y compartir su historial de viaje con los
sanitarios".
El 1 de enero se cierra el mercado de Wuhan. Entre el 9 y el 16 de
enero se registran las primeras muertes, la autoridad sanitaria de la
capital de Hubei lo hace público. El 20 de enero se confirma la
transmisión entre humanos. El 23 de enero se cierra la provincia de
Hubei, lo que el representante de la OMS en China califica de medidas
sin precedentes.
(...) aun con unas medidas sin precedentes por parte del Gobierno chino, el
virus tuvo casi dos meses, del 19 de noviembre de 2019 hasta el 23 de
enero de 2020, cierre de Hubei, para expandirse fuera de su presunta
zona de inicio. Todo había comenzado.
España e Italia, escenografía de un desastre
El día 30 de enero de 2020 Italia registra su primer caso importado
de coronavirus. En el país transalpino los positivos son un par de
turistas chinos que muestran síntomas en un hotel de Roma. Como
procedían de Wuhan rápidamente se toman todas las medidas de contención,
los pacientes son confinados e incluso se clausura el hotel para
desinfectarlo.(...)
A las 10 de la mañana del 31, el Gobierno italiano declara un estado
de emergencia (potencial) por seis meses y bloquea los vuelos con China.
Francia desvía un vuelo con la misma procedencia a la base militar de
Istres y decreta el confinamiento de sus viajeros. Rusia cierra
fronteras con China. Dos casos se confirman en el Reino Unido. La OMS
declara la emergencia sanitaria global.
El primer caso registrado en España se da el 31 de enero de 2020 en
La Gomera. El paciente es un turista alemán. El segundo caso en España
es un turista británico en Palma de Mallorca, el 10 de febrero. El 12 de
febrero se cancela el Mobile World Congress en Barcelona.
Estamos en
ese momento en que los titanes de la comunicación, Ana Rosa Quintana y
Eduardo Inda, califican en el programa de la reina de las mañanas de
"ejercicios espirituales" el confinamiento de 19 repatriados de Wuhan y
de "exageración y barbaridad" las medidas de precaución ante los casos.
Guarden, no obstante, la procedencia de los primeros casos en España,
alemán y británico, en un rato les explico por qué. (...)
En España, un médico y su mujer que han ido a pasar unas vacaciones
en Tenerife, procedentes de Lombardía, dan positivo. Se aísla el hotel
con 700 personas. Es el día 24 de febrero. El 25 se registran tres casos
en la península, todos en personas que han venido de Italia.
Para el 26
de febrero tenemos el primer caso local, en Sevilla, el paciente no
había salido de España, pero presentaba síntomas desde el día 12 de
febrero, esto es, cuando ni siquiera se ha registrado el clúster de
Lombardía. Guarden de nuevo el dato. El 19 de febrero el Valencia CF se
desplaza a Milán a jugar con el Atalanta. Unos 40.000 aficionados de
Bérgamo se trasladan a Milán para presenciar el encuentro, unos cientos
de valencianos acuden también a la cita, un acontecimiento que para la
OMS resulta clave en la expansión del virus dentro de Italia.
El 26 de
febrero se descubre que un hombre murió en Valencia el día 13 de febrero
por coronavirus. Había viajado a Nepal, que dista de Wuhan 2.929
kilómetros. Para el 4 de marzo se cancelan los congresos sanitarios y
los eventos deportivos en los que concurran países afectados, mientra
que el Ayuntamiento de Madrid anuncia la construcción de una noria
gigante. El 9 de marzo son 999 los casos registrados en España. Se
cancelan las clases en Madrid, Vitoria y Labastida.
El día 10 de marzo los acontecimientos se suceden en cascada, se
aplazan las Fallas, cesan los vuelos entre Italia y España, se prohíben
los eventos de más de mil personas y se cierra el Congreso por el
positivo del parlamentario ultra Ortega Smith, que había pasado unas
vacaciones en Italia. El 12 de marzo se confina a la población catalana
de Igualada, se cierra toda la educación en España y se suspende la Liga
de fútbol. El viernes 13 de marzo se anuncia el estado de alarma y el
día 14, por encima de lo humano siempre lo divino, se hace oficial la
suspensión de la Semana Santa sevillana.
La narrativa centroeuropea y de la derecha española abunda en dos
aspectos: uno, la imprevisión ante lo que sucedía en China; otro, la
falta de medidas. Como han visto en la sucesión de hechos, ambos
Gobiernos, el italiano y el español, tomaron medidas, vistas desde hoy,
acertadas y desacertadas. Las incorrectas tuvieron que ver con un factor
que quien escribe lleva señalando desde hace dos semanas: el
mantenimiento de la actividad económica.
De hecho, gobiernos derechistas
como el de Reino Unido han esperado hasta el día 23 de marzo para
confinar a su población, declarando abiertamente que preferían no dañar
su economía antes que mitigar la expansión del virus. No en vano, dentro
del Gobierno español, quienes apostaron por declarar el estado de
alarma ya en la semana del 9 fueron los sectores progresistas del PSOE y
Unidas Podemos.
Mantener las manifestaciones feministas del día 8, como las Fallas,
el fútbol, la Semana Santa, el congreso de Vox o el terraceo, fue un
error. Pero hay que recordar que todos esos acontecimientos, los que se
dieron, mueven a mucha menos gente que una jornada laboral convencional
en desplazamientos del centro a la periferia de las grandes ciudades. La
derecha ha tomado el Día de la Mujer como chivo expiatorio, pero lo
cierto es que ni la CEOE ni el sector de María Jesús Montero y Nadia
Calviño deseaban paralizar la actividad económica.
Y claro, para la
derecha es más fácil culpar a las feministas que a los empresarios o al
IBEX. Narrativa resuelta. Esto no exime al presidente Sánchez de haber
actuado de forma más tajante algunos días antes, como tampoco a nadie
que le acuse de imprevisión de no reconocer que el Gobierno español ha
sido el Ejecutivo europeo en tomar las medidas más contundentes respecto
al contexto que se estaba dando. O mejor dicho, que parecía estar
dándose. (...)
Resultan ridículas las informaciones que pretenden "destapar" que el
Gobierno era consciente de la peligrosidad de la pandemia desde
principios de marzo presentando documentos sobre lo esencial del
material médico. Por supuesto que el Gobierno era consciente, tanto como
el italiano. El problema, y volvemos a insistir, es que ambos actuaron,
además de bajo la presión económica, en base a un contexto de
confinamiento de contagios registrados que se debería haber dado en toda
la Unión Europea. Pero no fue así.
El árbol de la tragedia
Ahora les pido que recuerden los datos que les pedí que guardaran. El
del primer enfermo alemán en Canarias, el del segundo enfermo británico
en Baleares. El de los primeros pacientes de contagio comunitario en
España e Italia en los que no se encuentra al paciente cero. El del
primer muerto en España antes de la mitad de febrero. ¿Desde cuándo
lleva circulando el virus entre nosotros? ¿De dónde es su procedencia
directa, de China? (...)
Existe un proyecto internacional de código abierto llamado
Nextstrain, cuya misión es rastrear el árbol filogenético de las
enfermedades. Como les hago tan poco puestos como yo en estas
cuestiones, vamos a intentar explicar en qué consiste.
Nextstrain toma la secuenciación genética de los virus, proporcionada
de forma pública por gran cantidad de hospitales y laboratorios a lo
largo del mundo, para construir cómo es el "árbol genealógico" del
virus, es decir, cuáles son sus ascendientes y descendientes. (...)
Nextstrain está construyendo la forma en que el virus se ha
transmitido a lo largo del mundo. Y lo cierto es que tiene muy poco que
ver con la narrativa centroeuropea derechista que nos lo han vendido.
Nextstrain ha registrado 1.495 genomas del coronavirus, es decir,
1.495 variaciones de la enfermedad a lo largo del mundo. Pone a
disposición de cualquiera una herramienta para analizar cómo ha sido el
viaje de la enfermedad a lo largo del planeta hasta el día 20 de marzo. Y
aquí es donde empezamos a encontrar lo que nadie nos había contado
hasta ahora.
En España existen tres divergencias registradas, la 8.006, la 7.005 y
la 5.003. Esto significa que las autoridades sanitarias españolas han
proporcionado la secuenciación del código genético del coronavirus
obtenido en pacientes, dando como resultado tres variaciones activas en
nuestro país. Insistimos, registradas.
La divergencia 7.005 se registró en el Hospital General Universitario
de Valencia y procede de la provincia de Hubei en un 50%, de Shanghai
en un 33% y de Guangdong en un 4%. Su fecha estimada de llegada a España
está entre el 16 de enero y el 21 de febrero y tiene una extensión en
Burgos registrada el 4 de marzo.
La divergencia 8.006 se registró en el Hospital General Universitario
de Valencia y procede en un 99% de Inglaterra. Las fechas estimadas de
llegada a España están entre el 28 de febrero y el 2 de marzo.
La divergencia 5.003 se registró en el Instituto de Salud Carlos III y
procede en un 40% de la Comunidad Valenciana, en un 13% Génova, en un
10% Madrid y en un 10% Galicia.
Las divergencias 5.003 y 8.006 proceden a su vez de la gran rama
3.002, que proviene de Hubei en un 42%, de Inglaterra en un 37%, de
Shanghai en un 7% y de Minnesota en un 3%.
Qué nos indican estos datos: una verdad inquietante en dos partes. La
primera es que el virus, que ya ha sido secuenciado genéticamente, se
introdujo en nuestro país en tres mutaciones, dos que venían de China y
Reino Unido a través de Valencia, con una ramificación en Burgos, y otra
que tiene procedencia italiana pero que saltó desde Valencia a Madrid y
Galicia. Esto, insistimos, respecto a los casos que ha dado tiempo en
este caos a secuenciar y que el proyecto Nextstrain ha compilado. Con
fechas que se remontan a las dos últimas semanas de febrero.
Con esta misma secuenciación se ha deducido que el paciente 1 europeo,
del que probablemente procede el paciente 1 italiano, es alemán. Se
contagió a través de una compañera de trabajo que había estado en
Shanghai entre el 19 y el 22 de enero, es decir, incluso antes de que se
confinara a la ciudad de Wuhan. No es descabellado afirmar que los
primeros focos de la extensión del coronavirus en Europa son alemanes y
británicos, puesto que estos países son los centros empresariales con
más contactos comerciales con China.
No es tampoco descabellado afirmar que el virus entró a España e
Italia por múltiples vías, atendiendo a la secuencia periodística de los
hechos y a la secuenciación genética de Nextstrain, pero que al menos
es nuestro país existe una rama que proviene en un 99% del Reino Unido a
finales de febrero. Si en ese momento ya teníamos un paciente de
contacto comunitario en Sevilla podemos deducir que el virus ya
circulaba indetectado por toda la península.
Toda esta secuencia de hechos no sólo invalida la narrativa de la
derecha sobre la manifestación del 8M sino, y esto es mucho más
importante, que sitúa la irresponsabilidad a la hora de contener el
virus no en España e Italia, sino en Alemania y Reino Unido. De hecho,
observando el árbol de Nextstrain, el otro país importador de casos es
Suiza, que no forma parte de la UE y conserva sus fronteras pero que es
un epicentro de la actividad bancaria, por lo que tiene que tener un
flujo incesante de viajeros con China.
Probablemente este artículo sea incapaz de cambiar la tendencia
narrativa fijada en la opinión pública española mediante maniobras
oscuras en redes sociales para extender el contagio narrativo de la
imprevisión. Lo cierto es que, al margen de las dudas del Gobierno
fomentadas desde el campo empresarial, el virus estaba ya en España y en
Italia, en toda Europa, circulando desde las últimas semanas de enero.
Conclusión: el virus se expandió en Europa desde Alemania, con sus
hombres de negocios, y desde el Reino Unido, con sus turistas ebrios,
además desde Suiza, con sus banqueros y maletines. España e Italia
tomaron medidas cuando creían saber qué buscar (síntomas del
coronavirus) y dónde buscarlo (en China y, en el caso de España, en la
propia Italia), pero no pudieron tener en cuenta que los centros del
poder económico y financiero europeo, por lógica Berlín, Zurich y
Londres, incluso sus propios directivos que viajaban a China, estaban
expandiendo el virus al margen de los controles que se habían tomado.
La clave, siento contradecirlos, no es Pedro Sánchez, ni Giuseppe
Conte, ni Fernando Simón, ni Pablo Iglesias, ni las feministas, ni
siquiera los turistas chinos. Quienes trajeron y extendieron el virus
por Europa fueron los centros financieros. La extensión física de las
redes del dinero. Probablemente el último gesto de un cuestionable
triunfo de la globalización. (...)
Las razones por las que España e Italia sufren colapso hospitalario y
un mayor número de muertos vendrían luego: una mayor esperanza de vida,
un mayor contacto social entre jóvenes y viejos, unos sistemas de salud
precarizados por el austericidio de la anterior crisis e incluso
divergencias genéticas con los habitantes centroeuropeos. Ser más guapos
y carecer de endogamia también nos tenía que salir más caro en alguna
parte. Permítanme la broma.
Esta reconstrucción periodística sobre el coronavirus será completada
en unos meses por los informes científicos. Nadie les hará caso porque
todos habremos comprado la narrativa centroeuropea y de derechas sobre
la enfermedad. No está de más que alguien, aquí, ahora, intente arrojar
algo de luz a cómo una enfermedad que empezó en un mercado de China ha
transformado el mundo en un decorado de una película de Roland Emmerich.
Quizá este artículo no es un meme, quizá no es un bulo de guasap, pero
quizá merece ser leído y compartido para que los que siempre se salen
con las suya esta vez no lo hagan. Que la única pandemia que suframos
sea la vírica, no la de la desinformación." (Danie Bernabé, Público, 28/03/20)
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