"Meritxell Sánchez-Amat es médica y preside el Fòrum Català d’Atenció Primària (FoCAP), que esta semana, con diversas entidades del sector, ha publicado un manifiesto
“contra la externalización del rastreo de contactos de Covid-19”. La
Generalitat había decidido adjudicar a dedo este servicio, que hasta
ahora hacían Atenció Primària y Salut Pública, a una filial de
Ferrovial.
El contrato, millonario y amparado por el estado de alarma,
ha sacudido el gobierno
y sublevado a los sanitarios hasta el punto de que el Departament de
Salut ha dicho que rectificará. Las entidades hablan de menosprecio y
desconsideración de las instituciones, pero la queja es más profunda.
Sánchez-Amat señala un problema estructural del encaje de la atención
primaria en el engranaje sanitario, del valor que le atribuimos como
sociedad y del prestigio que le confiere el sistema.
Hasta ahora, el seguimiento de los contactos lo ha gestiona la atención primaria y el servicio de emergencias hospitalarias.
Sí. Nosotros pedimos el nombre de las personas con las que el
paciente ha estado en contacto los días antes de tener síntomas. Quienes
conviven con ellas, que también suelen ser pacientes nuestros, los
asumimos nosotros, y los contactos del puesto de trabajo o similares van
a la Agència de Salut Pública. Los contactos por definición no
presentan ningún síntoma. Si tienen alguno, les decimos que nos llamen
para comunicárnoslo. Y entonces les hacemos la PCR.
¿Qué significaría para los CAP y los hospitales que este rastreo pasara a ser externo?
El lunes, la consejera nos convocó para explicarnos el plan de
control de la epidemia en los próximos meses. Nos dijeron que sólo se
externaliza el servicio de las personas que hacen las llamadas de
seguimiento. Esto no es el rastreo. El rastreo es una función de Salut
Pública, compartida con Atenció Primària. Nosotros hacemos la detección
de contactos y entonces Salut Pública detecta si hay lugares con muchos
casos juntos. Un mapa para ver donde hay brotes. No nos dijeron que
subcontratarían esta tarea, sino solamente el seguimiento.
¿Y qué cambiaría si se acabara subcontratando?
Los operadores tendrían una lista de personas a las que llamar pero
sin su historial clínico, porque no son sanitarios y hay
confidencialidad. No pueden preguntar a los pacientes con los que han
estado, ni hacer el estudio de contactos, ni las bajas. Y ya hay
personas contratadas por Salut Pública para hacer lo mismo.
Puedo
entender que si hay un brote haya mucho trabajo de llamadas. Pero el
trabajo duro es hacer el estudio de los contactos y ver cómo se
distribuyen en el mapa. Eso es trabajo de Salut Pública y no lo dejará
de hacer. Así, en lugar de destinar dinero a reforzar la atención
primaria, que está muy mal, y a Salut Pública, que está peor, lo dan a
una empresa externa por dieciocho millones, dicen que condicionados por
la evolución de la pandemia.
Dice que el contrato con Ferrovial es un menosprecio a la
atención primaria. ¿Por qué cree que Salut prefirió adjudicar la tarea
de seguimiento a una empresa y no al servicio público?
Se lo preguntamos y nos dijeron que era la manera de poder hacer y
deshacer los contratos que se firmaran a medida que se viera cómo
evolucionaba la pandemia. Ahora la enfermedad va bajando, y se necesitan
pocas personas para buscar los contactos. Si crece, harán falta más. Si
vuelve a bajar, se rescindirán contratos. Y nos han dicho que la única
manera de hacerlo es esta.
Pero, si hay dinero, vale la pena reforzar
las estructuras que ya existen y están dañadas, porque de esta manera no
cubres la papeleta solo para unos meses, sino que es una inversión a
largo plazo.
Durante el pico de la epidemia se cerraron varios centros de
atención primaria para enviar refuerzos a los hospitales ¿Fue una buena
decisión?
No. Fue una decisión fatal. Una muy mala decisión que, por suerte, en
muchos lugares se detuvo gracias a la movilización de los profesionales
y de algunos ayuntamientos. Esto muestra el gran desconocimiento de la
labor que hace la atención primaria. Tienes una emergencia sanitaria y
necesitas profesionales, y en vez de hablar con los equipos y las
gerencias de atención primaria y preguntarles como piensan que se puede
organizar, dicen, “hala, os cerramos y os enviamos a otros sitios”.
Pero no lo consiguieron en todas partes...
En Barcelona, por ejemplo, se dijo que no se querían cerrar los CAP y
asumimos todo lo que hacía falta sin cerrar. La atención primaria sabe
qué trabajo debe hacer y prioriza aquella que es importante. En lugar de
redistribuirnos, decidnos qué hay que hacer y nosotros haremos nuestro
trabajo. Por un lado, sientes que te infantilizan. Y por otro piensas:
“¿Nos cierran porque creen que no estamos haciendo nada?” Y mientras
tanto, vas haciendo seguimientos por teléfono, a domicilio, en las
residencias, atendiendo pacientes que no son de Covid-19 ... Si sabes
que esto es un buen servicio, que saca mucho trabajo, no lo debes
cerrar. A posteriori, los directores de los hospitales del Institut Catalá de la Salut hicieron una carta reconociendo la tarea desarrollada. (...)
Lo que mejora más la salud de la población no es tampoco la atención
primaria, es que la gente tenga trabajo y, en su defecto, que tenga
dinero para pagarse la comida y la vivienda. Lo que hace enfermar más es
la pobreza. Aparte de estos factores, el papel del sistema sanitario
sólo influye en un 10% en la salud de la población. Y en este porcentaje
tan pequeño, lo que influye más es la atención primaria. Pero esto es
tan etéreo, tan difícil de reflejar en un titular, o en una serie, o en
una película, que no vende.(...)
El 80% de la atención primaria la gestiona públicamente el Institut
Catalá de la Salut; el otro 20%, entre consorcios y otras fórmulas. Este
dinero es cautivo: sale del presupuesto de la Generalitat y va a las
nóminas, las infraestructuras .... Está muy controlado. Si quieres
formar parte del juego del reparto del pastel, tienes que tener una
función. Por ello se fragmenta la atención primaria, es decir, la
atención a las personas. Como los publicistas: ¿cómo podemos vender más
juguetes? Pues haciéndolos de niños y de niñas. Tendremos más cuota de
mercado y aumentaremos las ventas.
¿Y eso cómo se aplica en la atención a las personas?
Dicen: de las personas con cuidados paliativos, que se cuiden unas
unidades específicas, la gestión de las cuales daremos a no sé quién. A
nadie más le interesa que los cuidados paliativos no las haga la
atención primaria. O bien: haremos una unidad de atención a los enfermos
crónicos.
Los ha estado atendiendo la atención primaria desde siempre,
pero resulta que no lo hacemos bien, que ya se dará la gestión a alguna
entidad externa que ingresará un dinero para hacerlo. Igual con la
atención domiciliaria. Si te encuentras mal, que te atienda tu médico,
¿no? O alguien del equipo, que sepa cómo funciona todo. Pues no, tratan
de hacer unidades que se cuiden de ello, hasta que termine siendo un
servicio fácil de externalizar.
Con este sistema, a lo largo de la vida, muchos profesionales diferentes se cuidan de una sola persona
Aquí no hay acumulación de conocimiento. No hay vínculo. Y los
estudios dicen que es justamente el vínculo lo que mejora la salud. Que
te atiendan siempre médicos diferentes hace crecer la mortalidad.
Esto
está escrito. ¿Por qué no hacemos un sistema que, en la medida de lo
posible, permita que el mismo médico te atienda toda la vida? ¿Por qué
vamos haciendo inventos? Dicen que tenemos mucho trabajo. Y en lugar de
darnos recursos para hacerlo bien, dan trabajo a otro. Pues dame
recursos y ya lo haré yo. Y sácame el trabajo absurdo que me obligas a
hacer."
(Entrevista a Meritxell Sánchez-Amat, médica y preside el Fòrum Català d’Atenció Primària (FoCAP), Ot Bou Costa, Viento Sur, 13/06/20 , fuente: Vilaweb)
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