17.12.24

La deriva autoritaria de la UE no es una percepción, es un hecho. Entre elecciones manipuladas, gobernantes ilegítimos pero aferrados al poder como lapas y una moralidad selectiva, Europa se desliza hacia una crisis democrática. Quizá la UE no sea una ciénaga, pero lo que es seguro es que no es un vergel... la deriva autoritaria emprendida por la UE y el capitalismo neoliberal se debe a su incapacidad de afrontar la nueva crisis social y económica que nos asalta. Es, desgraciadamente, la tendencia dominante en cursolos ciudadanos europeos siguen aferrados al mito de un continente de paz y prosperidad. Quizá sea hora de despertar... Francia, la cuna de la Revolución y también de esa extraña habilidad para convertir los principios republicanos en papel mojado... el Consejo Electoral Federal anunció que las elecciones parlamentarias podrían no celebrarse por… ¡falta de papel! Sí, lo han leído bien... parece que la eficiencia alemana es ahora un mito del pasado... Rumanía, donde las elecciones son más una opereta que un ejercicio democrático... En Moldavia, el arte de “ajustar” las reglas del juego alcanzó nuevos hitos... en Georgia, como el resultado electoral no gustó a la OTAN ni a la UE, las ONG financiadas por Occidente orquestaron disturbios para intentar derrocar al gobierno... Y llegamos al gran elefante en la habitación: Gaza. Mientras la UE reparte lecciones de derechos humanos con la “supuesta” autoridad moral de un santo, su complicidad con el genocidio en Gaza es clamorosa... el flamante comisario de Defensa europeo, el lituano Andrius Kubilius, reclama que Europa aporte cientos de miles de millones de euros para preparar la guerra “inevitable “contra Rusia. ¿Qué les habrán puesto a la mayoría de los políticos bálticos en el agua de beber para hacer tan mañas declaraciones? (Eduardo Luque)

 "¿VERGEL O CIÉNAGA?

 Hay momentos en los que la realidad golpea con tal fuerza que no puedes evitar preguntarte si los guionistas de la tragicomedia que vive la UE están compitiendo por el Oscar del absurdo. Lo que en los folletos publicitarios se vendía como un vergel de ideales compartidos[1] ahora se hunde en aguas cenagosas en las que la voluntad popular es sistemáticamente ignorada y vilipendiada Son los grandes grupos de poder los que dirigen la política comunitaria. Muchos autores han reflexionado sobre la deriva autoritaria[2] que han emprendido la UE y el capitalismo neoliberal, incapaz de afrontar la nueva crisis social y económica que nos asalta. Es, desgraciadamente, la tendencia dominante en curso. Los escenarios y los cambios se suceden a tal velocidad que es difícil seguir sus movimientos.

FRANCIA: EL MESÍAS NEOLIBERAL

¡Ah!, Francia, la cuna de la Revolución y también de esa extraña habilidad para convertir los principios republicanos en papel mojado. Emmanuel Macron, ese presidente que tiene más vidas políticas que un gato, sigue aferrado al poder con la desesperación de un “trader” en plena crisis bursátil. Mientras su popularidad cae en picado, él sigue empeñado en imponer un programa que huele a los manuales y deseos de sus donantes. A fin de cuentas, como fiel funcionario de la Banca Rothschild y de BlackRock espera que sus servicios sean debidamente recompensados. Los ideales de los que ha presumido (Liberté, Égalité, Fraternité) son mera propaganda para crédulos, que siempre los hay.

¿Su última genialidad? Fue nombrar a un primer ministro con un respaldo popular digno de un meme: un glorioso 4% en las elecciones parlamentarias. Obviamente, esto desencadenó una moción de censura y un caos político que Macron enfrenta con su arrogancia habitual. Mientras tanto, Bruselas le exige recortes de 60.000 millones de euros en gasto público. ¿El objetivo?: Transferir riqueza pública a manos privadas. ¿El método?: Privatizar las pensiones porque hay que financiar la costosísima guerra en Ucrania.  Nada habla tan bien de la “democracia” como dejar a tus jubilados al albur de los mercados y con míseras pensiones. Macron, en su huida hacia la nada, vuelve a tener una “genial idea” para capear el temporal que tiene en casa. Propuso, en su visita a Varsovia, que tropas de la OTAN organizadas como “cascos azules” incursionen en territorio ucraniano y creen una zona de amortiguación entre el ejército ucraniano y las fuerzas rusas. Mientras tanto, Namibia, uno más, se suma a la lista de países que expulsan tropas francesas. El imperio colonial se liquida y se diluye como un azucarillo en una taza de café.

ALEMANIA: ELECCIONES EN PAUSA POR… ¿FALTA DE PAPEL?

Pasemos a Alemania, donde parece que la eficiencia alemana es ahora un mito del pasado. Primero fue la ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, quien decidió insultar, en un rapto de soberbia, al presidente chino en su última visita a Pekín; primero “le exigió” que dejara de rearmar a Rusia, a continuación redondeó el discurso  llamándolo «dictador». Porque, claro, nada mejor para un país que vive de exportar coches a China que enemistarse con su principal cliente. Pero no se preocupen, que el caos no termina ahí. Resulta que el Consejo Electoral Federal anunció que las elecciones parlamentarias podrían no celebrarse por… ¡falta de papel! Sí, lo han leído bien. La gran Alemania, incapaz de garantizar elecciones porque, al parecer, los bosques no dan abasto. Ruth Brand, directora de la comisión electoral, afirma que este problema logístico es «enorme». Claro, tan enorme como el miedo a que los resultados no sean los esperados. ¿Coincidencia? ¿Casualidad? Dejen que sus teorías conspirativas hagan el resto.

RUMANÍA: TEATRO DEL ABSURDO

Rumanía, donde las elecciones son más una opereta que un ejercicio democrático. El 2 de diciembre finalizaba la primera vuelta de las elecciones. Con un 22,94 %, ganó Galin Georgescu, el candidato no deseado por la UE; mientras que su contrincante Elena Lasconi pro-UE obtenía el 19,18%. La campaña electoral del ganador fue complicada puesto que se intentó desacreditarlo con acusaciones de todo tipo; la más grave: estar financiado por Putin; a pesar de ello el Tribunal Constitucional validó los resultados. Pero justo cuando la segunda vuelta estaba en marcha y los votos de la diáspora empezaban a llegar… ¡zas!, la elección fue suspendida. Había intervenido, amenazando públicamente, el portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Matthew Millery. La recomendación surtió rápidamente efecto y el Tribunal Constitucional invalidó las elecciones que él mismo había validado cuatro días antes. ¿La razón…? Volvió a surgir, como el brazo incorrupto de Santa Teresa, la mano todopoderosa de Moscú. Un cambio de opinión tan repentino apesta a intervención externa. No es por ser malpensados, pero una hora antes de que se emitiera la nueva resolución del Tribunal aterrizó en Bucarest un enviado especial del Pentágono. Pura coincidencia, ¿verdad? Mientras tanto, el vodevil continúa. Como el filosofo Diógenes, que buscaba un hombre honrado con un candil, las élites otanistas buscan ahora desesperadamente a un candidato más «aceptable». La democracia en algunos países de la UE se vuelve tan elástica que acaba olvidando la voluntad popular y se adapta a las necesidades del poder.

MOLDAVIA: REFERÉNDUM A MEDIDA

En Moldavia, el arte de “ajustar” las reglas del juego alcanzó nuevos hitos. En su referéndum para ingresar en la UE que se celebró a finales de octubre, los gobernantes pro-Bruselas decidieron negar el voto a los 400.000 moldavos que viven en Rusia. Mientras tanto, en Europa Occidental las urnas parecían crecer como hongos después de la lluvia. Dos urnas para 400.000 votantes en Rusia, frente a una distribución generosa en el resto del continente. ¿Qué hubiera dicho Occidente si eso lo hubiera hecho Maduro? ¿Democracia? Solo cuando conviene.

GEORGIA: ¿DEMOCRACIA O DECORADO?

Georgia, aunque no es miembro de la UE, sigue siendo un escenario clave para las intrigas de Bruselas. En las últimas elecciones, el partido gobernante arrasó con una ventaja aplastante. Los observadores europeos calificaron el proceso como impecable, pero, claro, el problema no era cómo se votó, sino quién ganó. El partido gobernante, Sueño Georgiano, obtuvo el 53,93% de los votos; la suma de los sufragios obtenidos por toda la oposición junta alcanzó el 37,79%. La presidenta georgiana, aunque francesa de nacimiento y diplomática por ocupación, fue nacionalizada gracias a un arreglo parlamentario hace muy pocos años. Ha decidido no abandonar la presidencia del país ni tampoco convocar elecciones presidenciales, como era prescriptivo, en diciembre del 2024. Como el resultado electoral no gustó a la OTAN ni a la UE, las ONG financiadas por Occidente orquestaron disturbios para intentar derrocar al gobierno. Incluso varios ministros de exteriores bálticos participaron en persona en las manifestaciones. Ironías del siglo XXI: democracia sí, pero solo si sirve a los intereses de Occidente.

GAZA: LA MORAL A CONVENIENCIA

Y llegamos al gran elefante en la habitación: Gaza. Mientras la UE reparte lecciones de derechos humanos con la “supuesta” autoridad moral de un santo, su complicidad con el genocidio en Gaza es clamorosa. Eso sí, siempre hay tiempo para un comunicado anodino que “llama a la contención” de la resistencia libanesa o palestina. Pedir contención a un pueblo sin agua, alimentos, ni electricidad es el nuevo estándar de la justicia europea. Mientras Bruselas financia ONGs en todo el mundo para “promover la democracia”, ignora deliberadamente la demolición de hospitales y barrios enteros en Gaza. Tal vez los derechos humanos solo se aplican cuando no incomodan a ciertos aliados estratégicos. Las contradicciones entre los discursos y los hechos, sino fuera tan trágico, alcanzarían niveles de parodia.

ÚRSULA VON DER LEYEN: LA REINA DE LA DOBLE MORAL

Y finalmente, Ursula von der Leyen. El rostro visible de esta ciénaga autoritaria, capaz de pactar con la ultraderecha más xenófoba si es necesario para conservar el sillón, vuelve a imponer su criterio aún en contra de países tan importantes como Francia. Su reciente acuerdo con Mercosur, tras dos décadas de negociaciones, parece un regalo para la industria alemana a costa del campesinado europeo. Los productos agrícolas latinoamericanos verán reducidos o suprimidos los aranceles a cambio de que los coches alemanes acumulados en campas por decenas de miles, por fin tengan salida. Eso creen algunos fabricantes; el precio: una revuelta agrícola en Europa. Eso sí, los intereses de los grandes patronos están bien protegidos. Y, como no hay dos sin tres, el flamante comisario de Defensa europeo, el lituano Andrius Kubilius, reclama que Europa aporte cientos de miles de millones de euros para preparar la guerra “inevitable “contra Rusia. ¿Qué les habrán puesto a la mayoría de los políticos bálticos en el agua de beber para hacer tan mañas declaraciones?

CONCLUSIÓN: ¿EL FIN DEL SUEÑO EUROPEO?

La deriva autoritaria de la UE no es una percepción, es un hecho. Entre elecciones manipuladas, gobernantes ilegítimos pero aferrados al poder como lapas y una moralidad selectiva, Europa se desliza hacia una crisis democrática. Quizá la UE no sea una ciénaga, pero lo que es seguro es que no es un vergel. Es un jardín descuidado donde las malas hierbas han tomado el control. Y mientras, los ciudadanos europeos siguen aferrados al mito de un continente de paz y prosperidad. Quizá sea hora de despertar. Porque lo que está en juego no es poco."            (Eduardo Luque , El viejo topo, TopoExpres, 17/12/24)

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