"Se comprende que los trumpistas estadounidenses anden tan contentos, pero se me escapa qué carajos festejan los trumpistas españoles. ¿Qué aplauden? ¿A qué mesías extranjero se han puesto a adorar? Entre Santiago Abascal, que se ha marcado un Bienvenido, Mister Marshall, y los coros y danzas patrióticos que celebran la muerte del wokismo, la cosa suena al vivan las caenas de Fernando VII. Ni siquiera en Los santos inocentes se humillaban tanto ante el señorito (y al final lo ahorcan, perdón por el espóiler). Dice Trump que va a freír al mundo a aranceles, que va a ampliar el territorio y que se va a desentender de todas sus obligaciones internacionales, y una recua de nacionalistas españoles (pero también italianos y argentinos y de otros sitios) lo vitorean. ¿Qué clase de nacionalista compadrea con quien se propone hundir la industria de tu país? Que se arruinen los aceituneros de Jaén y los bodegueros riojanos cuyos productos desaparecerán de los supermercados de Estados Unidos: para Vox y sus comparsas, el sacrificio nacional bien lo merece, si a cambio se castiga a los transexuales y a los profesorcillos de Harvard que escriben con lenguaje inclusivo.
No son mejores los del no es para tanto, que llevan más tiempo con su matraca. El noesparatantismo se burla de los que asistimos con espeluzne y repeluco al discurso de Trump. Apoyados en una columna o en un locutorio de radio, sonríen con suficiencia: no es para tanto, dicen, y nos acusan de hiperreacción histérica propia de wokes progres. ¡Hiperreacción! Ellos, que llevan desde 2018 tronando contra el apocalipsis sanchista con tanta hiperventilación y griterío que han desvirtuado y ensordecido cualquier crítica razonada al Gobierno.
El primer anuncio de Trump ha sido mandar tropas para detener la “invasión” que, según sus delirios, sufre Estados Unidos por una cohorte de desgraciados sin armas ni dinero que tan solo busca lo que buscaron los abuelos y los padres de la mayoría de los ciudadanos estadounidenses de hoy. Pero no es para tanto. Nos soliviantamos por cualquier chorrada.
Es de todo punto incomprensible que un ciudadano europeo celebre la era que acaba de comenzar, pero el noesparatantismo y el trumpismo de algunos patriotas españoles da la medida de su cinismo. ¿Se imaginan, cuando los agricultores franceses asaltaban los camiones españoles, a unos políticos patriotas ibéricos ayudando a los franceses a tirar la fruta a la carretera? Pues no es muy distinto a lo de Abascal aplaudiendo a su nuevo señor oscuro. Mejor ahogarnos con los nuestros que nadar con los otros, pensarán. Si es que a eso se le puede llamar pensamiento."
(Sergio del Molino , El País, 22/01/25)
"Vox está decidido a convertir el nuevo mandato de Donald Trump en un trampolín.
Santiago Abascal peleó su invitación como presidente de Patriots al acto de investidura en Washington y, aunque regresó a España sin un encuentro personal con el nuevo presidente de Estados Unidos, en la formación ultraderechista tienen la sensación de haber logrado un hito político. Su alineación con el líder republicano es total; son los orgullosos representantes del trumpismo en España. Sin embargo, sus primeras declaraciones desde el Despacho Oval les han puesto contra las cuerdas.
Trump identificó a España como un país de los BRICS — una organización de países alternativa al G7 conformada inicialmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica— y amenazó con poner aranceles del 100% a las exportaciones españolas. Rápidamente la portavoz de Vox en el Congreso, Pepa Millán, salió a quitar importancia a lo que, según su formación, fue una confusión y aseguró que nuestro país no estaría, por tanto, afectado "por las medidas consistentes en aranceles". El Partido Popular, en cambio, vio en el error de Trump una oportunidad para hacer oposición al Gobierno y aseguró que era consecuencia de la política "de aislamiento" de Pedro Sánchez.
Lo cierto es que la amenaza arancelaria a todos los países de la Unión Europa del nuevamente presidente norteamericano es una realidad que él mismo confirmó tras ser investido y la Comisión Europea ya ha iniciado contactos con la Casa Blanca para intentar negociar las mejores condiciones. Aún así, las comunidades autónomas están inquietas ante un incremento de los aranceles que, en el caso español, afectaría sobre todo al sector agroalimentario. Y por eso Génova calibra con cuidado sus manifestaciones sobre Trump; porque nadie conoce aún las consecuencias que tendrá su segundo mandato. Pero Vox ya no tiene escapatoria.
Para un partido que ha agitado a agricultores y ganaderos y exprimido el descontento del campo electoralmente —según el CIS, en las elecciones del 23 de julio el 16% de los agricultores y pescadores votaron a Vox—, un terremoto económico en este sector impulsado por su principal referente político podría ser demoledor. Preguntado por ello, su portavoz nacional, José Antonio Fúster, se limitó a decir que hay que “convencer” a Estados Unidos de que España "es un país próspero" y que "con Vox todo irá mejor". Los de Abascal quieren aprovechar los vínculos que han tejido en los últimos años con la red ultraderechista internacional, convertidos en un satélite del trumpismo, para erigirse como una suerte de salvadores del caos desplazando la soberanía nacional que pregonan.
En cambio, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que también estuvo en Washington este lunes como invitada y miembro del club ultra, no niega lo evidente. "Todos estamos preocupados por los aranceles, esto es un hecho", aseguró en la cumbre del G20 de Río de Janeiro. Italia y Portugal están en una situación similar a la de España; aunque para los tres la debilidad es mayor en lo relativo al incremento de gasto en defensa que exige el republicano para los miembros de la OTAN. Meloni pidió "esperar a ver qué ocurre", aunque falta por ver si algún estado miembro de la UE inicia conversaciones con la administración estadounidense de forma unilateral.
En cuanto al PP, que es tibio sobre Trump, también ha asumido que toca plegarse al nuevo inquilino de la Casa Blanca. "La política de Trump va a desplazar la oferta china a otros mercados. Europa tiene que despertar ante lo que viene y saber trabajar en el ámbito de EEUU. Insultar a Trump o Milei no son las mejores políticas", aseguró el portavoz económico del partido, Juan Bravo, al ser preguntado por la amenaza arancelaria del líder republicano durante una entrevista en la Cadena SER. " (Amanda García , Público, 26/01/25)
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