2.6.08

No es el petróleo, es el monopolio comercial el que convierte a la patronal en anti-neoliberal ¡Cousas veredes!

“Portela representa a la nueva generación de armadores gallegos. Tiene formación, título de patrón, habla idiomas y preside una empresa pesquera que posee dos buques de altura con ultracongelación a bordo. Pesca pez espada, tiburón y atún. Dice que le duelen los dientes de vender su pescado a 3,6 euros el kilogramo y "verlo en el Mercadona o El Corte Inglés de enfrente a 20 euros el kilogramo".

Pregunta. ¿Gana usted dinero?

Respuesta. Ninguno. Yo he propuesto a todo el sector que si en esta marea [se refiere al amarre indefinido de la flota iniciado el viernes como protesta] no se resuelve el problema, presentemos suspensión de pagos.

P. ¿La culpa es del gasóleo?

R. ¡Qué gasóleo! El gasóleo es la última copa, la puntilla. El problema es que este Gobierno de derechas nos vende la moto de la globalización y del mercado libre, pero sólo es libre en el primer eslabón.

P. ¿Qué quiere decir?

R. Que si está regulada la importación de coches, la de metales... ¿por qué no está regulada la entrada de pescado? Peor aún: ¿Por qué mi pescado, que viene en cámaras de ultracongelación, elaborado y listo para vender, se vende al lado de la porquería que viene de Asia sabe Dios cómo? Se vende sin etiqueta, sin trazabilidad, sin saber quién lo ha pescado, cuando a mí me lo exigen, pero no lo usan en la venta.

P. A su juicio, ¿cómo se puede resolver esto?

R. Con una regulación del etiquetado. ¿Cómo se hace esto? Que el Gobierno y la Comisión Europea elaboren una lista blanca de barcos y flotas que cumplen con todos los requisitos y normativas, que llevamos biólogos abordo y que no rompemos la cadena del frío. Y que sólo pueda llegar al mercado el producto de esa lista blanca. Ya está. Sólo pedimos que se haga lo mismo que se hace con los coches. Si dejaran vender coches hindúes o chinos sin control, como pasa con el pescado, también Citroën estaría en regulación de empleo. Nosotros pescamos sólo donde nos dejan, lo que nos dejan y cuando nos dejan. Y luego tenemos que vender en lonja y al precio que dictan las grandes distribuidoras.

P. ¿Por qué los armadores, cuando les iba bien, no se han metido en la cadena de la distribución?

R. Claro, lo que pasa es que yo ya intenté absorber El Corte Inglés y no pasé del portero. ¡Ja! ¡La cadena de la distribución! Nosotros sabemos de pesca y eso no significa que sea obsoleto o neandertal. No podemos competir con la distribución, simplemente porque las reglas del mercado están hechas para ellos, porque este Gobierno, como el resto de los gobiernos europeos, son de derechas, neoliberales en esto. Y no lo digo sólo por nosotros, los armadores. Es el mismo problema que tiene la agricultura. ¿Cómo es posible que estas reglas del mercado permitan a la distribución trabajar con márgenes del 300% con nuestros productos? Se están cargando a la clase media española.

P. ¿Los supermercados ganan un 300% con su pescado?

R. Con el mío y con el de los demás. Yo tengo dos barcos en los que he invertido una millonada para congelar y elaborar el pescado a bordo; me paso cuatro meses en la mar y traigo un pez espada de primera calidad, ¿vale? Cuando llego al puerto de Vigo, el intermediario que compra en la lonja me da 3,60 euros por kilo: Él, sin hacer nada más, se lo vende a Alcampo, a Gadis o a El Corte Inglés a 4 euros; ¡y ellos lo venden al público a 20 euros!

P. ¿Lo que ustedes, los armadores gallegos, piden son precios mínimos en lonja?

R. Nada de precios mínimos. Lo que pedimos es que el pescado se venda etiquetado, para que cuando un señor o una señora compra mi pez espada allí ponga Pesquera Portela y que ese pescado informe dónde se pescó, cuándo se pescó y dónde se descargó. Estamos hartos de engaños, de que la pota se venda como calamar, a precio de calamar; de que la quenlla se venda como tiburón; de que se venda pescado asiático descongelado y de piscifactoría como si fuese pescado fresco. No queremos precios mínimos, porque nuestros productos, los de la flota gallega, se venden solos. Tampoco queremos que las grandes áreas comerciales dejen de ganar dinero, pero que en vez de hacerse multimillonarias se hagan sólo millonarias. (…)

La pesca ha cambiado mucho. Somos nosotros los que pedimos listas blancas, trazabilidad, transparencia de mercado, control de calidad, estudios biológicos, una ley de márgenes comerciales, etiquetado, estricto control de la cadena de frío, de las importaciones. El pescado es un alimento de primera calidad y tenemos una flota de cine. Primero nos dieron aquellas ayudas románticas para seguir pescando y ahora nos las quieren dar para que dejemos de pescar. No queremos ni un euro, ni costarle un euro a nadie. Hemos invertido mucho y trabajado mucho para que ahora nos pongan panga podrida, que la gente no sabe ni cómo se cultiva, al lado de una carioca nuestra.

P. ¿Si se hace lo que ustedes proponen, subiría el precio del pescado?

R. Al revés, bajaría el pescado, y lo mismo para el resto de los alimentos, y bajaría el IPC. A nosotros nos pagarían más por la buena mercancía y el cliente pagaría menos por la mala. Es así de sencillo y creo que si el Gobierno no lo hace es porque no es de izquierdas.” (El País, ed. Galicia, Galicia, 01/0672008, p. 4)

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