De acuerdo a esta organización los negocios de la mafia suponen el 6% del Producto Interior Bruto (PIB) italiano. Además de la facturación, Confesercenti denuncia cómo los negocios ilegales que maneja el crimen organizado. Uno de ellos es la usura, que afecta los ingresos de 180.000 comerciantes nacionales.
La mafia además controla actividades ilegales como el tráfico de drogas, de personas y de residuos tóxicos, y también se infiltra en importantes segmentos del comercio: los mataderos, las lonjas de pescado, la restauración, el sector turístico y de la construcción, los hornos del pan, e incluso los negocios de pompas fúnebres.
Al igual que el sistema empresarial de cada país, las cuatro grandes mafias italianas: la Ndrangheta calabresa; la Camorra de Campania, la Cosa Nostra siciliana y la Sacra Corona Unita. "[Todas ellas] se subdividen en pequeñas y medias empresas, autónomas, pero con un mismo modelo jerárquico", señala el informe." (El País, 11/11/2008)
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