"P. Y una pulsión de huir. Zero, el personaje joven de la novela, sólo piensa en emigrar a Barcelona.
R. Hay muchos jóvenes en Italia que no tienen nada que ver con Berlusconi. El último gran sobresalto fue el 68 y a partir de ahí empezó una guerra contra los jóvenes que no se reconoce pero que dura todavía. El país está estático, completamente parado, y para los jóvenes es dificilísimo encontrar un sitio. Una generación entera de amigos y conocidos se ha visto obligada a emigrar a España, Francia, Suiza, Canadá, Alemania. Ninguno ha logrado entrar en la universidad italiana. Hemos mandado fuera a gente de enorme talento, científicos, investigadores, literatos, han salido corriendo de un país depauperado. Hace 20 años que sucede eso y todo sigue igual, sin que ello dependa de quien gobierne. No hay perspectivas, y tenemos una enorme masa de precarios y explotados a quienes aterroriza la idea de quedarse para siempre en el mismo sitio. Es una situación de explotación y chantaje, terrible para el futuro del país.
P. No se le ve muy optimista...
R. Hay una relación demasiado estrecha de la política en la vida cotidiana. Desde hace 50 años o más en Italia no sucede nada si la política no lo permite. Es como un cáncer, un precio que el país no puede pagar más. Todos lo sabemos, pero no se puede cambiar el sistema. Incluso para trabajar como médico necesitas un carné político." (El País, Babelia, 20/10/2008, p. 6)
Artículo 129 de la Constitución española: Los poderes públicos... establecerán los medios que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción - Implantar la democracia económica en España es constitucional
6.11.08
La guerra contra los jóvenes empezó después del 68, y no solo en Italia
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