"El lugar que cada cual ocupa en la jerarquía social afecta a sus condiciones de crecimiento, aprendizaje, vida, trabajo y envejecimiento, a su vulnerabilidad ante la mala salud y a las consecuencias de la enfermedad", afirma el informe realizado por la Comisión de Determinantes Sociales de la Salud de la OMS. (...)
El informe también destaca que la riqueza por sí sola tampoco determina la salud: "Algunos países con ingresos bajos, como Cuba, Costa Rica, China, el Estado indio de Kerala y Sri Lanka han logrado buenos niveles de salud, pese a que sus ingresos nacionales son relativamente bajos". (...)
"En los países ricos, tener pocos ingresos significa tener un menor acceso a la educación, ocio, sufrir desempleo, inseguridad laboral, peores condiciones de trabajo y habitar en barrios menos seguros", según el informe. Por ejemplo, un niño que nazca en el barrio de Calton, un suburbio de Glasgow (Escocia) tiene una esperanza de vida de 54 años, 28 años menos que otro que nazca en Lenzie, otro barrio situado a tan sólo 13 kilómetros de distancia, donde la vida media es de 82 años.
Otro ejemplo: en Estados Unidos se habrían evitado más de 800.000 muertes entre los años 1991 y 2000, si las tasas de mortalidad de blancos y negros hubiesen sido iguales. (...)
En España... Las diferencias también se encuentran localmente, entre barrios de una misma ciudad. Por ejemplo, en Barcelona, un niño nacido en Ciutat Vella, un barrio con una renta más baja y la mayor concentración de población inmigrante de la ciudad, tiene una esperanza de vida media de 73 años. Para otro varón nacido en el acomodado Eixample, la esperanza de vida es de cinco años más, 78 años. Si fuese niña, la diferencia entre barrios sería menor, de dos años.
La coyuntura laboral es una de las determinantes sociales mejor estudiadas...
Una cuarta parte de los trabajadores no cualificados tienen contratos temporales, y cerca del 8% ni siquiera tiene contrato: el resultado es que el 12% presenta problemas psíquicos. "La incertidumbre y la falta de control producen niveles de estrés que acaban dañando la salud mental", afirma Inma Cortés. Entre los trabajadores no cualificados la incidencia de patologías dolorosas es también mayor: el 15% sufre dolor crónico cervical, el 22,7%, lumbar y el 10% padecen frecuentes migrañas. Entre las mujeres estos porcentajes se duplican en todas las dolencias. En dolores de cabeza, se triplica.
En Barcelona, las mujeres más desfavorecidas también sufren más sobrepeso, del 34,6% frente al 20,1%. "La falta de tiempo y de recursos se traduce en una peor dieta", precisa." (El País, ed. Galicia, 13/11/2008, p. 34/5)
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