""Sabíamos que Grecia nos estaba engañando". Karel De Gucht, comisario de Comercio, reconoce que las trapacerías contables y estadísticas griegas eran un secreto a voces desde que Atenas ganó en 1999 su entrada en el euro, con datos sobre el cumplimiento de los criterios de Maastricht (inflación, déficit y deuda, esencialmente) aceptados como buenos por Eurostat, la agencia estadística de la Comisión. "Cuando entraron en el euro ya se vio que había problemas" con las cifras griegas, señala el comisario.
El belga De Gucht no quiere mirar en casa, la Comisión Europea, en busca de responsables por la falta rigor ante aquellas fantasías de proporciones homéricas. "El problema
[de la falsificación de datos] no ha hecho más que agravarse desde entonces", dice el comisario, quien recuerda cómo ya "en 2003 y 2004 la Comisión quiso enviar inspectores a Atenas, a lo que se opusieron los Gobiernos" de la Unión." (El País, ed. Galicia, economía, 06/05/2010, p. 23)
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