El mundo sufre el peor desplome desde la Gran Depresión. La crisis ha dejado millones de desempleados en los EEUU, en Europa y por doquiera. La enorme generación de los baby boomers en los EEUU, ahora al borde de la jubilación, ha visto destruida buena parte de su riqueza con el colapso de la burbuja inmobiliaria. (...)
Dado lo mucho que han contribuido a este caos, resulta sorprendente que estos banqueros centrales tengan redaños hasta para mostrarse en público. Tienen suerte de conservar sus puestos de trabajo, muy bien pagados por cierto. (Muchos de los chicos y de las chicas que trabajan en el FMI pueden jubilarse con pensiones de seis dígitos a la edad de 50 años.) Los trabajadores de a pié –maestros, obreros del sector automotriz, guardaespaldas— serían despedidos en un plis plás si lo hicieran tan mal como los banqueros centrales.
¿Qué pasaba por sus cabecitas cuando observaban el crecimiento en espiral, sin base en los fundamentos de la economía, de los precios de la vivienda en los EEUU, en el Reino Unido o en el Reino de España? ¿Cómo pensaban que iba a terminar esa burbuja? ¿Pensaban acaso que billones de dólares de riqueza de la burbuja inmobiliaria podían desaparecer sin dejar trazas en la economía? ¿O pensaban que nunca estallaría la burbuja y que los precios de las viviendas seguirían creciendo y creciendo para siempre hasta niveles estratosféricos?
¿Y qué decir de los banqueros centrales que permitieron que se impusiera el euro a una mezcla abigarrada de economías que tenían poco en común, y además, sin una organización de control y gobierno? ¿Pensaban que los salarios y los precios iban a seguir la misma senda en Grecia y en Alemania? Y si no, ¿qué mecanismo de ajuste preveían, una vez que esas economías tan distintas quedaran ligadas por una única moneda común?
Si el banquero central y la pandilla del FMI pueden generar un desastre y siguen cobrando sus nóminas como si todo fuera estupendamente, ¿Qué incentivo tienen para hacerlo mejor la próxima vez?
Y otra razón por la que es importante reconocer las responsabilidades de los banqueros centrales y del FMI en este desastre: así dejaremos de acatar los consejos de gente que parece no tener ni puta idea. Antes de oír a Ben Bernanke, al presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, o al director ejecutivo del FMI, Dominique Strauss-Kahn, habría que obligarles a contarnos cuándo dejaron de equivocarse en materias económicas. No podemos permitirnos que estos banqueros centrales subprime sigan controlando la política económica." (Sin Permiso, 30/05/2010, citnado a 'La pandilla de incompetentes que nos hundió en la crisis sigue al mando' de Dean Baker)
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