"Cooley observa que:
―… nada resolverá el problema, salvo el crecimiento económico. El problema al que nos enfrentamos es que los déficits extraordinarios que creamos probablemente restringirán en el crecimiento económico en el futuro. Tenemos que satisfacer esa deuda.
Es verdad que el crecimiento económico reducirá el desempleo y, por definición, incrementará los ingresos. Pero no hay ninguna prueba empírica firme de que el incremento del déficit esté ligado a un menor crecimiento económico. Todo lo contrario. El hecho es que el gobierno de los EEUU tiene que pagar la deuda pública apoya al crecimiento porque los pagos de intereses suministran un flujo de ingresos mayor que si se dejaran en reservas que no proporcionan intereses.
Los partidarios de la Teoría Monetaria Moderna (TMM) se refieren a las gentes como Cooley como terroristas del déficit. Cooley, a su vez, ha acuñado un neologismo para los que piensan que los déficits son beneficiosos (cuando son necesarios):
―Hay negacionistas del déficit, como Paul Krugman, que piensa que podemos y debemos ignorar los déficits por un buen tiempo porque podemos seguir tomando préstamos a tasas de interés muy bajas. Es el mismo comportamiento por el que criticaron a los hogares que acumularon demasiada deuda hipotecaria y de tarjetas de crédito. También se metieron con Alan Greenspan y Ben Bernanke por permitir tal comportamiento irresponsable, al mantener los tipos de interés demasiado bajos durante demasiado tiempo. Eso sí, que el gobierno tome prestado y gaste a provechando los bajos tipos de interés actuales, y que mantenga así viva la recuperación económica.
Lo que dice la TMM es que el volumen o la continuidad de los déficits presupuestarios no son per se elementos sensibles del análisis. El resultado presupuestario está muy determinado por las fluctuaciones en el gasto privado. De manera que lo que suele indicar un déficit creciente es una desaceleración en el gasto privado. El componente discrecional del resultado presupuestario debería constituir un indicador de la medida en que el sector no-público desea ahorrar (es decir, retirar gasto al flujo de ingresos).
Ese hiato de gasto ha de llenarse, o, de lo contrario, el crecimiento económico cae. No hay soluciones mágicas aquí." (Sin Permiso, 13/06/2010, citando a Bill Mitchell: 'No sólo un “negacionista” del déficit'.)
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