Desde que en 1996 se autorizó en California el uso de la marihuana para usos médicos, han proliferado negocios similares. Se calcula que hay más que 400 solo en esta ciudad, más de 1.000 repartidos por todo el Estado. Se trata de un negocio que genera ya un beneficio en torno a los 1.000 millones de dólares anuales y que repercute en el desarrollo de otros sectores de la economía. Incluso en la promoción de las artes, puesto que ya se conocen algunos dueños de galerías que las sostienen gracias a la venta de marihuana. (...)
Las simpatías del electorado de California por la legalización tienen, en parte, una motivación económica. El mercado ilegal de marihuana mueve actualmente en Estados Unidos, según cálculos de la DEA (la agencia antidroga norteamericana), más de 30.000 millones de dólares. Los promotores de la propuesta estiman que, en California, el negocio legal podría representar en un primer año entre 3.000 y 4.000 millones de dólares. Calculando que el precio actual de 300 dólares por onza (28 gramos) que cuesta en los dispensarios para usos médicos -similar al de la venta ilegal en las calles- descendiese hasta unos 40 dólares por onza, el Estado podría recaudar unos 1.200 millones de dólares en impuestos con una tasa sobre el producto de unos 50 dólares por onza.
En medio de la aguda crisis económica que vive California, especialmente sus finanzas públicas, este resulta un argumento decisivo por sí mismo. (...)El cultivo doméstico de marihuana y su consumo en privado y en público no ha cesado nunca a pesar de su ilegalidad. La mitad de los 37 millones de habitantes de este Estado, donde ya hoy existe una gran tolerancia, confiesa en las encuestas haberla probado en alguna ocasión. (...)
Más grave aún, la Administración central considera que la legalización en California pondría a EE UU en una posición muy difícil frente a otros países con los que tiene firmados tratados internacionales contra las drogas o con los que hay en juego intereses de gran trascendencia. Basta citar como ejemplo Afganistán, donde los norteamericanos promueven la erradicación del cultivo del opio, o especialmente México, donde el Gobierno libra una sangrienta guerra contra los narcotraficantes cuyo negocio, en más de un 50%, según la DEA, está relacionado con la marihuana.
Washington ve acercarse un caos legal dentro del país y una sucesión de problemas internacionales que, en última instancia, podrían acabar perjudicando políticamente a Barack Obama." (El País, 22/10/2010)"California rechaza legalizar la marihuana. Pese a la fuerte inversión en la campaña del 'sí', el 56% de los electores vota en contra de la medida" (El País, 03/11/2010)
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