Muchos de ellos lo hacían tapándose el rostro o mirando al suelo para evitar ser el blanco de la decena de medios de comunicación que cubrían la inauguración del club. También se acercaron al prostíbulo, situado a dos kilómetros del centro del pueblo, algunos curiosos.
El local abrió con 120 prostitutas, aunque su propietario prevé que trabajen hasta 150 chicas, que deben pagar 70 euros al día para poder alojarse y comer.
El dueño, José Moreno, insiste en que dispone de toda la documentación en regla. Y sostiene que todas las chicas saben a la perfección cuál es su trabajo. No obstante, sus condiciones laborales son muy precarias. Su sueldo viene determinado por lo que ganen por ofrecer sus servicios sexuales. Por 30 minutos, el cliente paga una media de 60 euros. En caso que este prefiera una suite, tendrá que abonar 300 euros de los cuales cien se los queda la dirección." (Público, 22/10/2010)
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