"La tragedia de Japón ha producido algunos sucesos memorables. Desde el punto de vista de la ciencia hay dos muy significativos.
El primero es que el mundo sigue completamente indefenso ante los terremotos. Es imposible evitarlos, desde luego. Pero también es imposible predecirlos. (...)
, aprox. Todos los periódicos han estado ocupados durante días por la posibilidad de que algo ocurra, menospreciando lo que ya ha ocurrido.
Entre 1979 y nuestro año de gracia se han producido tres graves accidentes nucleares en el mundo: Harrisburg, Chernóbil y Fukushima. Por el momento nadie puede probar que la radiactividad liberada por esos accidentes haya matado a 20.000 personas.
¡Quia 20.000! En realidad nadie puede probar que haya matado siquiera a dos mil, y todas, desde luego, en Chernóbil. (...)
Por fortuna al crecimiento exponencial de la narrativa nuclear no le ha correspondido un aumento similar ni de riesgos ni de muertos. No hay que extenderse mucho sobre el resultado principal que ofrecen estos días de zozobra: Fukushima debe suponer un sólido impulso para la energía nuclear.
Uno de los cinco peores terremotos de la historia (a partir de que la historia es historia y no vocerío) sólo ha provocado daños en una de las 55 centrales nucleares del país.
Daños estrictamente materiales. A la hora de escribirte no se conoce que haya muerto nadie por causas nucleares ni hay indicios de que la radiactividad liberada vaya a afectar gravemente a la salud de los habitantes de Fukushima.
Obviamente el accidente deberá servir para mejorar la seguridad: pero al modo y manera en que los accidentes del coche mejoran la seguridad del tráfico." (Diarios de Arcadi Espada, Las victorias de Fukushima, 19/03/2011)
Comentario:
La narrativa de la energía nuclear es la posibilidad, real, de que la radiación de una sóla central nuclear obligue a evacuar Tokio, si explota.
Morirían, ya no 20.000 personas... sino millones, en el caso de que no pudiesen ser evacuadas.
Es esta narrativa de fuerte dramatismo la que nos tiene pegados al goteo de informaciones sobre Fukushima. La narrativa del apocalipsis... siempre latente. Siempre probable en una central nuclear.
Construida por nosotros, no como el terremoto, o el maremoto.
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