15.4.11

La economía financiera...

"En la bolsa hay dos tipos de mercados, uno es el primario, donde se comercia con acciones (“trozos” de una empresa), deuda privada y pública (el dinero que piden prestado las grandes empresas y los estados para acometer sus inversiones y gastos), materias primas y alimentos (es allí donde se les pone el precio final, no en los lugares de producción) y, sobre todo, monedas (compraventa de distintas divisas).

El segundo mercado es el secundario, dominado principalmente por los productos “derivados”. Éstos son “futuros” (comprar el derecho a adquirir algo dentro de x tiempo por y euros), “opciones” (comprar la posibilidad de adquirir algo por y euros en x tiempo) y complejísimos instrumentos financieros derivados del mercado primario.

Todos estos productos tienen una relación directa con la economía productiva y con la realidad político-monetaria. Por ejemplo, la deuda pública tendrá que ser a un interés tanto mayor cuanto menos “fiable” sea el país (como es el caso de Islandia ahora, donde los tipos de interés han subido al 18% frente al 3'75% de la zona euro).

Recordemos que la deuda pública se devuelve con los impuestos que paga la población y otros ingresos. (...)

Cuando en bolsa se compra cualquier cosa es porque se tiene la expectativa de que ese valor va a subir y proporcionar beneficios con su posterior venta o mediante el pago de dividendos. La bolsa es un casino en el que yo confío en que voy a ganar con mi apuesta.

Una de las cosas que se ha quebrado ahora es justo eso, la confianza. Esta es la clave para entender cómo funciona la economía financiera: la confianza de que el valor adquirido subirá.

También es importante comprender que el sistema funciona a crédito, nadie paga con su dinero disponible sino con préstamos que, en realidad, son préstamos sobre préstamos que además llevan aparejados interés compuesto.

Por ejemplo, el BCE deja dinero al Santander para que éste se lo preste a Sacyr-Vallehermoso para comprar el 20% de Repsol-YPF y, en todos estos préstamos, el interés sube para que la entidad tenga un beneficio. De este modo, para que se puedan ejecutar las devoluciones, Repsol tiene que incrementar su beneficio, normalmente a costa de las condiciones laborales, de las condiciones ambientales, o de incrementar la venta de gasolina.

Todo ello muy sostenible como se ve. Para que las deudas puedan ser devueltas el crecimiento no puede parar, de forma que el sistema funciona como una bicicleta: si para de dar pedales (de crecer) se cae.

Por todo esto el dinero es más un indicador de la deuda existente que de la riqueza. Esto es especialmente aplicable a la economía financiera." (Rebelión, 15/04/2011. 'Crisis global', de Ramón Fernández Durán, Luis González Reyes y Luis Rico García-Amado, El Ecologista)

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