El país tiene tendencia a comportarse como una inmensa tertulia de hace falta barbero. Quiero decir que siempre pretendemos quedar bien entre nosotros.
Por eso, hasta hace poco (unos tres o cuatro años), todavía había elementos de casa nuestra que aseguraban que las cajas de ahorro catalanas desmentían la leyenda negra que aseguraba que los catalanes no servíamos para hacer de banqueros.
Inocentes? Incompetentes? Escojan ustedes el calificativo que más los guste para estos comentaristas. (...)
Yo, y mucha gente que me rodea (quiero decir que no soy ningún genio), siempre he pensado que el tema de las cajas de ahorro, desde los años noventa, constituye una tomadura de pelo de dimensiones colosales.
Se hace difícil encontrar un país donde se haya engañado tanto de tiempo tanta gente. Lo he escrito y, por lo tanto, consta a las hemerotecas. Se trata de unas entidades con privilegios y receptoras de favores.
Y con unos directivos pagados en exceso (de ellos mismos y, también, económicamente) que se perpetúan mediante la nominación por cooptación al mismo tiempo que mantienen relaciones promiscuas con los políticos. Lo pensaba, y lo continúo pensando.
De las entidades que han suspendido las pruebas, de las que las han aprobado y de las que se han travestido en banco manteniendo una alma que nunca han tenido.
Centrándonos en las que han suspendido (estas que no tienen perdón), la pregunta tendría que ser clara: los directivos y políticos (algunos, políticos-presidentes) que han provocado el desastre, ¿pagarán por su nefasta y frívola gestión?
Los que han derrochado dinero, los que han dado préstamos a los amiguetes (particulares y partidos), los que hacían adquirir inmovilizados en beneficio de familiares, los que han forzado la fusión de entidades que estaban saneadas con otros que acumulaban enormes dosis de porquería...
Todos estos, pregunto, ¿volverán las gratificaciones y salarios obtenidos gracias a las ayudas públicas del FROB?(...)
Supongo que en Europa también se deben de preguntar qué hemos hecho de estos individuos. Porque "nunca tan pocos hicieron tanto de mal a tantos". (...)
En el extranjero se deben de preguntar donde es la orgullosa Cataluña que pide justicia. Dónde es la prensa independiente que tendría que denunciar los escándalos de casa nuestra. La Cataluña que se enfada cuando la prensa internacional la maltrata, sin darse cuenta que se nos ve el llanto demasiado a menudo." (Xavier Roig: Un país sin responsabilidad, Reagrupament, 24/07/2011)
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