"Los impuestos nos definen como país y como personas. Muestran buena
parte de la nación que somos y la que queremos ser: solidaria o
insolidaria, comprometida o egoísta, abierta o ensimismada, generosa o
avara.
Sobre estos antónimos hay que escoger. No hay opciones
intermedias, y menos en una sociedad que convive con casi cinco millones
de parados y que soportaba en 2010 en sus cuentas un déficit de 98.227
millones de euros. El debate impositivo es ahora mismo uno de los más
trascendentes. (...)
El movimiento Ricos por una Tasa para los Ricos, impulsado por el
psiquiatra retirado de 68 años Dieter Lehmkuhl, propugna que los dos
millones de alemanes cuyo patrimonio supere los 500.000 euros -y aquí se
incluye él mismo- paguen un 10% más, al menos durante dos años. Una
propuesta que aportaría 100.000 millones de euros a las arcas públicas. (...)
El 2,2% de los contribuyentes, o sea 294.583 personas, que son
quienes declaran unos ingresos superiores a 90.000 euros, aportan un
24,8% de la cuota líquida del IRPF, lo que se traduce en 15.769 millones
de euros.
La pregunta entonces es: ¿aportan lo suficiente? Miguel
Ángel García, de CC OO, cree que no. Las retribuciones de los consejos
de administración, por ejemplo, se consideran rentas del trabajo, y por
tanto pagan el tipo marginal máximo en el IRPF (entre el 45% y el 50%,
dependiendo de la comunidad autónoma).
Pero gran parte de sus ingresos
no es sueldo, sino bonos, dividendos o stock options que
tributan, básicamente, al 21%. Además, las rentas superiores a 600.000
euros, recuerdan los técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), pagan
un tipo medio efectivo del 27,8%, inferior al tipo de quienes están en
la horquilla entre 60.000 y 600.000 euros.
Estos números no
apuntan en la dirección que debe seguir todo sistema tributario
contemporáneo: el de la progresividad; quien más gana debe pagar más.
Aumentar la tributación a las rentas muy elevadas tiene toda la lógica,
el problema es que no aparecen.
En España solo 6.829 personas declararon
en 2009 tener unos ingresos superiores a 600.000 euros. Hablamos del
0,04% de los contribuyentes. En total, aportan 2.667 millones de euros
anuales, únicamente el 3,93% de la recaudación del IRPF.
Ante un
número tan limitado y con tan poca repercusión económica, elevar la
cuantía máxima que pagan en el IRPF ahora parece más una medida
ejemplarizante que de otra índole. (...)
"En 1993 quien declaraba más de 180.000 euros (30 millones de pesetas
de la época) estaba sometido a un tipo efectivo del 49,37%. Ahora, el
que declara una cantidad superior a 290.000 euros lo hace por un tipo
efectivo del 30,8%.
O sea, un 37,6% menos". Trasladada esta operación a
las rentas medias, nos da un resultado bien diferente. Si en 1993 el
tipo para quien hubiera declarado unos ingresos de 18.000 euros (tres
millones de pesetas) se situaba en el 16,92%, en nuestros días quien lo
haga por 29.200 euros afronta un gravamen del 15,5%. Hablamos de una
rebaja muy pequeña.
Es difícil, pues, exigir sacrificios si los
números muestran muy distintos raseros. Entre 1995 y 2011 (ver cuadro)
la presión fiscal sobre quienes más ganan, según Eurostat, cayó en 10,2
puntos en la Europa de los 27.
Nada menos que 20 Estados miembros
recortaron su exigencia fiscal máxima a los más pudientes, y tan solo
Portugal, Reino Unido y Francia han subido su tributación límite. En
España, quien tenga memoria financiera recordará que en 1995 se pagaba
un máximo del 56%. Hoy, 17 años después, el marginal medio es del 45,8%. (...)
Y si existe un vehículo que utilizan las grandes fortunas para evitar
pasar por ese control del IRPF son las sociedades de inversión de
capital variable (SICAV), que permiten tributar a un ventajoso 1%. En
España había registradas el año pasado 3.133 de estas sociedades, con un
patrimonio en movimiento de 26.200 millones de euros. Y desde el
principio han sido el refugio de los nombres propios del capital
español: Koplowitz, Amancio Ortega, Del Pino, Bhavnani, Rosalía Mera..." (...)
Otro caballo de Troya por donde históricamente se ha colado más de un
insolidario es el impuesto de sucesiones y donaciones. Transferido a las
comunidades autónomas, cada una ha hecho de su capa un sayo. (...)
Así las cosas, bastantes expertos reconocen (la mayoría en privado) el
valor del impuesto de sucesiones cuando las arcas públicas sufren. En
2009 canalizó, según datos de la Agencia Tributaria (AEAT), 2.470
millones de euros, y lo hizo a pesar de ir perdiendo fuerza recaudatoria
a medida que las comunidades incentivaban las bonificaciones." (El País, Negocios, 04/09/2011, p. 6)
Artículo 129 de la Constitución española: Los poderes públicos... establecerán los medios que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción - Implantar la democracia económica en España es constitucional
16.9.11
En España solo 6.829 personas declararon en 2009 tener unos ingresos superiores a 600.000 euros.
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