15.5.12

España sigue el camino de Irlanda... hacia el rescate, sólo que en grande

"... en un modelo, el español, que tras la nacionalización parcial de Bankia registra los mismos síntomas que llevaron a Irlanda al escarnio de la intervención internacional. Y es que el origen de la enfermedad es el mismo. Ambos países llegaron a la UCI por una dieta de ladrillo y préstamo indiscriminado. 

 La metástasis irlandesa se había extendido mortalmente a su sistema bancario, pero el cáncer, como en España, había comenzado en el sector inmobiliario. La clave inicial de Dublín había sido garantizar las coberturas de entidades que, pronto, evidenciaron un estado de agonía capaz de arrastrar un modelo productivo letalmente dependiente de una burbuja. 

El epicentro del desastre probó ser excesivo para un Gobierno que optó por admitir pérdidas de los bancos para intentar detener la sangría, precisamente, el mismo tratamiento que se recomienda a España.(...)

 Antes que España, Irlanda había probado voluntad de acometer medidas draconianas en respuesta a la crisis. Dublín había sido la primera administración europea en meter tijera al sector público, cuando la tormenta económica amenazaba con convertirse en desastre. 

No obstante, el juego de dominó en que tornó el sistema bancario resultó demasiado, ya que la exposición a las entidades seminacionalizadas ligaba inexorablemente la sostenibilidad del Estado a la del sector financiero. Si el Banco de España ha sido señalado ahora por el desenlace de Bankia, el banco central irlandés había sido cuestionado por los préstamos de emergencia inyectados en gigantes en estado terminal. (...)

 No fue suficiente. Irlanda nacionalizó sus bancos para tapar el agujero con dinero público, pero el movimiento dejó un vacío aún mayor, que sólo pudo ser rellenado con el rescate. El problema es que si España está destinada a sufrir el mismo destino, con un sistema bancario seis veces mayor que el irlandés, parece imposible que, incluso en un contexto de bonanza, contase con fondos suficientes. (...)

Los paralelismos tampoco acaban ahí. El Gobierno irlandés mantuvo el modo negación hasta pocas horas antes de hincar la rodilla ante Bruselas con la solicitud del rescate. Su intención era canalizar la ayuda directamente al sector bancario, sobre todo, ante el alcance de préstamos imposibles de recuperar por parte del sector inmobiliario y la falta de provisiones que amenazaban para otros capítulos, como el de las hipotecas, o las ayudas a las empresas. Un problema repetido ahora en España, donde Bruselas teme que se estén subestimando las pérdidas potenciales.

La diferencia, sin embargo, es de tamaño. Mientras la UE quería gestionar cuanto antes un paquete para Dublín para evitar consecuencias como las que había probado el retraso inicial en Grecia, con España detecta un desafío excesivo."      (Eleconomista.es, 12/05/2012)

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