"¿Significa eso que la Eurozona está condena a desintegrarse?
No
tiene buena pinta. Grecia y España no se hallan en una recesión, sino
en una depresión. Sí; están en coma. Recesiones las hay siempre, y a
menudo no se pueden considerar algo malo, porque aceleran la
desaparición de empresas sin futuro. Pero una depresión significa muy
otra cosa: no sólo afecta a las empresas débiles, sino a todas.
Una
empresa griega exitosa, fabricante de máquinas-herramientas, el 98% de
cuya producción se exporta al extranjero, se halla ahora mismo en
concurso de acreedores, a pesar de contar con una rebosante cartera de
pedidos.
No puede comprar materias primas, porque no tiene crédito a
corto plazo, lo que le impide responder a los pedidos. Lo mismo se está
viendo ya en España. Lo que hace los recortes y la medidas de ahorro
es estrangular más la economía.
¿No
diría usted que ahora mismo se está empezando a calmar a situación? El
anuncio realizado por el BCE de que va a comprar deuda de los países
en crisis y el paraguas salvador del Mecanismo Europeo de Estabilidad
(MEDE) que acaba de ponerse por obra, ¿no facilitará al menos un poco
la financiación de los estados?
Siempre
ha funcionado así hasta ahora: tras cada paso dado, siguen dos semanas
tranquilas, hasta que todos se percatan de que no ha servido para
resolver nada. Los paquetes de ayuda, la quita griega… todo eso sirvió a
modo de cortisona, que tersa la piel, mientras el cáncer invisible
sigue corroyendo.
Hubo, empero, una excepción: la ayuda directa a los
bancos acordada en junio pasado. A través de ella habría podido
conseguirse separar la crisis bancaria de la crisis de la deuda
pública, de modo que no tuvieran que venir ya más Estados apurados en
socorro de sus bancos apurados. Pero como enseñan estas últimas semanas,
eso ha quedado en nada. Alemania lo impide.
¿Dónde radica el problema capital? ¿Cómo se puede resolver la crisis?
Con
unión bancaria, eurobonos limitados y medidas de crecimiento. La unión
bancaria es esencial para estabilizar el sistema. Pero tiene que
instituirse adecuadamente: sólo bancos deben salvarse bancos que sigan
teniendo posibilidades reales de sanar. Los otros deben ser liquidados.
El apoyo debe venir a través de participaciones: el BCE u otro
instituto central proporciona dinero, a cambio del cual obtiene
participaciones en el banco, participaciones que luego habrá de vender
con beneficios.
¿Y qué hacemos con las deudas?
Imprimir
dinero para comprar títulos y bajar los tipos, tal como ha propuesto
el jefe del BCE, Mario Draghi, es, a lo sumo, la tercera mejor
solución. Pero yo estoy también en contra de mutualizar todas las
deudas, porque eso significa un enorme problema de azar moral que
podría llevarse por delante las reformas estructurales de los Estados.
Mi propuesta: el BCE podría, digamos que a propuesta de Italia, ofrecer
bonos a intereses más bajos, a fin de ir disminuyendo paulatinamente
las deudas que rebasen los topes fijados por Maastricht.
Eso bajaría
los intereses. Si extendiera esa política a otros Estados en crisis, la
Eurozona podría librarse de un 30% de sus deudas en un período de unos
20 años, sin necesidad de que otros países quedaran comprometidos en
el proceso.
¿Y por qué no lo hacemos?
En
parte por incompetencia de los políticos. Pero la razón principal es
esta: porque los países exportadores –Alemania, Finlandia y Holanda— se
manifiestan en contra.
Pero esos países se manifiestan al mismo tiempo a favor de apoyar ilimitadamente al MEDE aceptando pasivos.
Estan
más dispuestos a aceptar pasivos que a ligarse para siempre al euro.
Si viene realmente la unión bancaria, si ver verdad vienen los
eurobonos, ya no hay forma de salirse del euro. Este es el dilema: para
resolver la crisis, tendríamos que apostar por la Eurozona para
siempre jamás. Pero eso no lo quiere Alemania.
Pues, como país
exportador que es, dispone de una clara ventaja: si algún día –por los
motivos que fuere— quiere salir, el capital fluiría hacia Alemania. No
se rompería, como pongamos por caso Grecia; eso es seguro. Y esa opción
se quiere dejar abierta." ('Grecia, España, la Unión Europea y la persistencia de la crisis capitalista mundial.' Entrevista
Yanis Varoufakis, Sin Permiso, 14/10/2012)
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