18.10.12

¿Cómo se puede resolver la crisis? Con unión bancaria, eurobonos limitados y medidas de crecimiento

"¿Significa eso que la Eurozona está condena a desintegrarse?

No tiene buena pinta. Grecia y España no se hallan en una recesión, sino en una depresión. Sí; están en coma. Recesiones las hay siempre, y a menudo no se pueden considerar algo malo, porque aceleran la desaparición de empresas sin futuro. Pero una depresión significa muy otra cosa: no sólo afecta a las empresas débiles, sino a todas.

 Una empresa griega exitosa, fabricante de máquinas-herramientas, el 98% de cuya producción se exporta al extranjero, se halla ahora mismo en concurso de acreedores, a pesar de contar con una rebosante cartera de pedidos.

 No puede comprar materias primas, porque no tiene crédito a corto plazo, lo que le impide responder a los pedidos. Lo mismo se está viendo ya en España. Lo que hace los recortes y la medidas de ahorro es estrangular más la economía.

¿No diría usted que ahora mismo se está empezando a calmar a situación? El anuncio realizado por el BCE de que va a comprar deuda de los países en crisis y el paraguas salvador del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) que acaba de ponerse por obra, ¿no facilitará al menos un poco la financiación de los estados?

Siempre ha funcionado así hasta ahora: tras cada paso dado, siguen dos semanas tranquilas, hasta que todos se percatan de que no ha servido para resolver nada. Los paquetes de ayuda, la quita griega… todo eso sirvió a modo de cortisona, que tersa la piel, mientras el cáncer invisible sigue corroyendo.

 Hubo, empero, una excepción: la ayuda directa a los bancos acordada en junio pasado. A través de ella habría podido conseguirse separar la crisis bancaria de la crisis de la deuda pública, de modo que no tuvieran que venir ya más Estados apurados en socorro de sus bancos apurados. Pero como enseñan estas últimas semanas, eso ha quedado en nada. Alemania lo impide. 

¿Dónde radica el problema capital? ¿Cómo se puede resolver la crisis?

Con unión bancaria, eurobonos limitados y medidas de crecimiento. La unión bancaria es esencial para estabilizar el sistema. Pero tiene que instituirse adecuadamente: sólo bancos deben salvarse bancos que sigan teniendo posibilidades reales de sanar. Los otros deben ser liquidados. 

 El apoyo debe venir a través de participaciones: el BCE u otro instituto central proporciona dinero, a cambio del cual obtiene participaciones en el banco, participaciones que luego habrá de vender con beneficios. 

¿Y qué hacemos con las deudas?

Imprimir dinero para comprar títulos y bajar los tipos, tal como ha propuesto el jefe del BCE, Mario Draghi, es, a lo sumo, la tercera mejor solución. Pero yo estoy también en contra de mutualizar todas las deudas, porque eso significa un enorme problema de azar moral que podría llevarse por delante las reformas estructurales de los Estados. 

 Mi propuesta: el BCE podría, digamos que a propuesta de Italia, ofrecer bonos a intereses más bajos, a fin de ir disminuyendo paulatinamente las deudas que rebasen los topes fijados por Maastricht.

 Eso bajaría los intereses. Si extendiera esa política a otros Estados en crisis, la Eurozona podría librarse de un 30% de sus deudas en un período de unos 20 años, sin necesidad de que otros países quedaran comprometidos en el proceso.

¿Y por qué no lo hacemos?

En parte por incompetencia de los políticos. Pero la razón principal es esta: porque los países exportadores –Alemania, Finlandia y Holanda— se manifiestan en contra. 

Pero esos países se manifiestan al mismo tiempo a favor de apoyar ilimitadamente al MEDE aceptando pasivos.

Estan más dispuestos a aceptar pasivos que a ligarse para siempre al euro. Si viene realmente la unión bancaria, si ver verdad vienen los eurobonos, ya no hay forma de salirse del euro. Este es el dilema: para resolver la crisis, tendríamos que apostar por la Eurozona para siempre jamás. Pero eso no lo quiere Alemania.

 Pues, como país exportador que es, dispone de una clara ventaja: si algún día –por los motivos que fuere— quiere salir, el capital fluiría hacia Alemania. No se rompería, como pongamos por caso Grecia; eso es seguro. Y esa opción se quiere dejar abierta."         ('Grecia, España, la Unión Europea y la persistencia de la crisis capitalista mundial.' Entrevista Yanis Varoufakis, Sin Permiso, 14/10/2012)

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