" Lo realmente importante –¡y muy importante!– es el plan del Banco
Central de Japón (en adelante, BoJ). Mi argumento básico es que ha
puesto en marcha un programa de liquidez o QE (Quantitative Easing) que
sustituye en esta función al Banco Central Europeo y que permitirá que
la eurozona supere antes la crisis.
Como referencia y en grandes
números, la Fed ha inyectado en los últimos cinco años unos 2 billones
de dólares y el BoJ inyectará sólo en los próximos dos años 1,32
billones de dólares, de manera que supone un 66% más de flujo de fondos.
Me explico rápidamente. Japón ha adoptado un plan de medidas
extremadamente agresivas para tratar de reactivar su economía, entre las
cuales, aunque no sólo, se encuentra un QE tan rotundo que supondrá
doblar su masa monetaria en tan sólo dos años.
Todo el mundo habla de
ello, pero ¿es realmente importante?. Sí, es determinante, no sólo para
la economía japonesa, sino sobre todo para la europea. Japón dice que
pretende con ello generar inflación, pero en realidad persigue, sobre
todo, depreciar el yen para conseguir tres objetivos que le permitirán
reactivar su economía: exportar más, repatriar beneficios empresariales
generados en el exterior con un valor superior (al depreciarse el yen
frente a dólar y euro el valor doméstico del beneficio repatriado
aumenta) y “diluir” su alto endeudamiento público (aproximadamente el
220% de su PIB).
Sin embargo, independientemente del éxito que obtenga con estas
medidas a nivel doméstico, nos va a hacer un gran favor a los europeos.
Sencillamente, su QE sustituirá a aquél que el BCE debería haber puesto
en marcha hace mucho tiempo… pero que no se ha atrevido a lanzar por el
bloqueo expreso de Alemania y de los socios más duros de la eurozona.
El
dinero japonés llegará –ya está llegando– a Europa y forzará una mejora
de la confianza en el valor de los activos (bolsas, bonos soberanos,
incluso inmuebles…) que permitirá la superación más rápida de esta
maldita crisis. De alguna forma, el QE del BoJ será nuestro propio QE y
la recuperación económica será más rápida. En mi opinión, el BoJ está,
sencillamente, sustituyendo al BCE.
¡Y lo mejor de esto es que nadie, ni
siquiera Alemania, puede evitarlo! Los países más duros de la eurozona
nunca han permitido que el BCE actúe con un programa de alivio
cuantitativo abierto y en toda regla, con un QE al estilo
estadounidense, debido al temor visceral que tienen a la inflación
futura.
Efectivamente, esto es un riesgo. Sin embargo, la grave
debilidad de la demanda interna y, sobre todo, la deflación que siguen
exportando las economías emergentes, han impedido que hasta ahora este
riesgo se materialice… y probablemente seguirá sin materializarse mucho
tiempo. A pesar de ello, Europa no ha aplicado ningún QE agresivo, lo
que pone mucho más difícil y retrasa la recuperación económica.
Pero ahora Japón ha puesto en marcha el suyo propio a gran escala (ya
tenía en marcha otros de menor dimensión) y eso significa que inundará
de liquidez el mercado… pero no el suyo propio, sino el global, el
europeo incluido. Esto es así sencillamente porque en una primera fase
la liquidez que ya ha comenzado a inyectar ha buscado activos con
rentabilidades decentes en su mercado doméstico, pero allí los bonos a
10 años ofrecen rentabilidades miserables (0,50%/0,60% a 10 años) y el
índice Nikkei ya se ha revalorizado aproximadamente un 40% desde
diciembre.
En China la situación no es clara y no pocos pensamos que una
de las tres burbujas existentes ahora en esa economía es la bursátil
(las otras dos son la vivienda y el crédito). Por eso, enseguida el
dinero japonés ha buscado otras opciones, dirigiéndose en una segunda
fase, casi inmediatamente, al mercado estadounidense. Pero allí el bono a
10 años ofrece sólo 1,65% y la bolsa disfruta de una revalorización
notable… de manera que ha entrado enseguida en su tercera y última fase:
la europea.
Aquí sí que encuentra rentabilidades aceptables, aunque a
un riesgo superior. Pero es tal la presión de la nueva liquidez que ese
“dinero nuevo” se ve forzado a aceptar el riesgo, bolsas europeas
incluidas. Pensemos que esa liquidez puede invertirse en bonos italianos
o españoles a rentabilidades en el entorno del 4%, es decir, 8 veces
más que la rentabilidad ofrecida en su mercado doméstico.
A la vista de
esta comparativa, parece lógico que se estén aceptando riesgos algo
superiores si a cambio obtiene una rentabilidad ocho veces superior. El
balance rentabilidad/riesgo compensa. Es una lógica aplastantemente
sencilla.
Así las cosas, defiendo que la Eurozona se recuperará gracias al
flujo de fondos proveniente de Japón, gracias al QE japonés, antes que a
su propia capacidad de reacción. Obviamente, la flexibilidad forzada de
Alemania y la actitud del BCE contribuirán, pero no serán lo
determinante.
La presión de ese dinero va a mejorar hasta tal punto el
nivel de confianza percibida –aunque puedo admitir que una parte de la
misma no esté objetivamente justificada– que las valoraciones de los
activos mejorarán rápidamente, como ya está sucediendo a la vista del
actual rally, y eso terminará forzando la mejora de la confianza y,
finalmente, de la actividad real. El proceso ya ha comenzado. Por eso la
eurozona le deberá a Japón, en gran medida, su futura salida de la
crisis." (,Ramón Forcada , Caffe Reggio, 02/05/2013)
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