"El economista estadounidense Joseph Stiglitz, premio Nobel
de Economía 2001, cree que la economía de España se encuentra en una
“depresión” que es “peor” que la crisis de 1929, y ha puesto el foco
sobre la desigualdad y el desempleo que golpean a nuestro país.
“Varios países de Europa están en una depresión, la gente no habla de ello porque a veces es incluso de mala educación usar la palabra depresión, porque es deprimente, pero la realidad es que hay varios países en Europa, incluidos Grecia y España, que están en una depresión”, (...)
El economista destacó que los ingresos per cápita en muchos
de estos países son menores que los niveles anteriores a la crisis, y
apuntó que la desigualdad también ha crecido en los últimos años.
“Una de las cuestiones que hacen preocupante la desigualdad es que no solo era muy alta antes de la crisis, sino que la recesión la está haciendo incluso peor” y afecta a las clases bajas, pero también a las medias, que se ven especialmente golpeadas por el alto nivel de desempleo, y apuntó en concreto a la respuesta que se está dando en la Unión Europea (UE) a este problema.
Según Stiglitz, la desigualdad no se refiere solo a los ingresos sino que también tiene que ver con cuestiones como el acceso a la Educación o la Sanidad y la igualdad de oportunidades, y que para combatirla no solo hay que centrarse en la expansión económica.
“Es cierto que el crecimiento no tiene por qué beneficiar
necesariamente a todos. No deberíamos centrarnos en el Producto Interior
Bruto”, afirmó, a la vez que lamentó que no se hayan tenido en cuenta
los efectos de la desregularización antes de la crisis sobre el aumento
de la desigualdad, que, según advirtió, también “daña la democracia” y
lamentó que cada vez más se avance hacia una situación en la que “un
dólar (equivale a) un voto”, en lugar del tradicional “una persona, un
voto”.
“Una de las cosas más importantes que podemos hacer es dar
un trabajo a la gente que está en las clases bajas, y esto es una de las
cosas que peor está haciendo Europa”, afirmó, a la vez que defendió que
se amplíe el mandado del Banco Central Europeo (BCE) para que se centre
en aspectos más allá de controlar la inflación.
El Nobel defendió que
los gobiernos jueguen un “papel importante” a la hora de garantizar que
los ingresos que se generan en los mercados globales “se distribuyan de
una manera más igualitaria”. (El Plural, 06/03/2014)
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