"Estos últimos años de crisis se ha sometido a las clases populares a
toda una serie de intervenciones (recortes de salarios y gastos
sociales, con disminución de derechos sociales y laborales) bajo los
argumentos de que: (...)
2. El Estado español y sus gobiernos
autonómicos se están gastando más de lo que el país tiene.
Y esta
cantinela se reproduce constantemente, pues se presenta un supuestamente
excesivo gasto público como la causa del desastre, que se conoce con el
nombre de Gran Recesión (que debería llamarse, en España, la Gran
Depresión). Se nos dice constantemente por parte de la ortodoxia
económica que nos gastamos demasiado en un Estado del Bienestar
supuestamente ultrageneroso que el país no puede pagar.
De las muchas
falsedades que se presentan, esta es de las más frecuentes. Y es también
de las que son más fáciles de mostrar su nula credibilidad. Miren los
datos y lo verán. Cuando la crisis se inició en 2007, el Estado español
tenía superávit en sus cuentas del Estado. No tenía déficit. Es absurdo
que se diga que el déficit fue la causa de la crisis.
Fue al revés, el
déficit aumentó debido a la crisis. Es más, los datos muestran también
que España y Catalunya se gastan mucho menos en su Estado del Bienestar
de lo que deberían gastarse por el nivel de riqueza que tienen. España
no es pobre. Su PIB por cápita es el 94% del promedio del de los 15
países más ricos de la Unión Europea (la UE-15).
En cambio, su gasto
público social por habitante es solo el 74% del gasto público social
promedio de la UE-15. Si fuera del 94%, España se gastaría 60.000
millones de euros más. Este dinero existe en España, pero el Estado no
lo recoge. Y ahí está el problema. España es rica, pero su Estado
(incluyendo su Estado del Bienestar) es pobre porque no recauda
suficientes ingresos. ¿Por qué?
3. Los impuestos son demasiado altos y
la gente está harta de pagarlos.
De una manera deliberada se habla de
impuestos en general, sin especificar qué impuestos y quién los paga.
Veamos los datos. Por raro que parezca, las personas en España que
trabajan y están en nómina ya pagan unos impuestos semejantes a los que
paga de promedio el ciudadano que está en nómina en los países de la
UE-15. Algo menos, pero tampoco mucho menos.
En cambio, los súper ricos,
que derivan sus rentas primordialmente del capital (es decir, de
instrumentos que generan renta), pagan mucho menos de lo que paga de
promedio el súper rico de los países de la UE-15. Aquí, inmediatamente,
le dirán que las rentas que ingresan estos súper ricos ya se gravan a
unos niveles incluso superiores al promedio de la UE-15. Esto se lo
dirán mil veces.
Este argumento confunde el capital con las rentas
derivadas del capital (que son categorías distintas). En realidad, los
dos (el capital y las rentas derivadas del capital) están sujetos a un
gravamen real más bajo que el del promedio de la UE-15, pues una cosa es
lo que el fisco requiere y otra es lo que el súper rico paga, tanto
legalmente como ilegalmente.
A nivel legal, el número de deducciones es
enorme, de manera que lo que al final paga es mucho menos que lo que
nominalmente debería pagar por su nivel de renta. Y si consideramos las
vías ilegales, entonces el nivel es incluso mucho más bajo. El 70% del
fraude fiscal (80.000 millones de euros) en España lo cometen las
grandes fortunas, la banca y las grandes empresas que facturan más de
150 millones de euros al año.
La pobreza del Estado se debe a la falta
de voluntad política para enfrentarse con los poderosos. En realidad, no
es tanto falta de voluntad, sino que los gobiernos son meros
instrumentos de estos grupos financieros y empresariales y de las clases
más pudientes, tal como ocurre hoy en España con el partido gobernante.
El Partido Popular es su claro instrumento. (...)" (Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 22 de mayo de 2014, en vnavarro.org, en vnavarro.org, 22/05/2014)
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