"Hombre, de acuerdo, admito que yo pueda estar equivocado y que haya
razones explicables, claras, para la abdicación del Rey de España en la
forma y en el momento que se ha producido.
Pero nadie puede negarme que,
dado que una generación ocurre cada quince años, la renovación
generacional podría haber esperado unos meses.
Es verdad que el opositor
Rubalcaba obtuvo, más o menos, los mismos malos resultados electorales
que el presidente Rajoy; y que le han dado unos buenos bocados por su
izquierda (...)
Abdicó Patxi, también. Tan discreto para ser como para dejar de ser, y
por la misma razón bien podría haberse quedado un rato más. (...)
Qué voy a decir yo, por otro lado, de Andalucía (...) Ahora bien: que alguien abdique de suceder a Rubalcaba porque le tiene
apego a su tierra me parece un flagrante exceso manzanilla, incluso a
mí.
La abdicación de Duran Lleida es un poco más difícil de analizar. No
olvidemos que estamos hablando de un hombre in pectore, sostenidamente
in pectore desde que llegó al Palace, y por lo tanto de una abdicación
avant la lettre. (...)
El último ha sido Pere Navarro. Es verdad: una señora muy
independiente le llamó hijo de puta y hasta le pegó. Comprendo el
trauma. ¿Pero abdicar Navarro?
Nadie dimite, decían en España. Solo les queda una hebra de
justificación y de verdad. El caso de un hombre con firma en Suiza, dos
elecciones perdidas, y a punto de destruir su partido y el Estado que
representa. Impertérrito.
Puede que haya elegido la picota.
O una hipótesis más turbadora: que sea la causa profunda de la abdicación española."
(EL MUNDO 12/06/14, ARCADI ESPADA, vía Fundación de la Libertad, 12/06/2014)
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