"La espera desespera. Sobre todo, si esa demora es para ser intervenido
por un problema de salud, dura seis años y te ata, como a Mercedes
Jiménez, a unas muletas permanentemente para poder desplazarse a
cualquier parte.
Apenas hace un mes que esta mujer pasó por el quirófano
pero los bastones todavía la acompañan en el postoperatorio. Tras más
de un lustro aguardando a que le pusiesen una fijación en el tobillo, a
principios de junio y previa reclamación por el retraso, Mercedes por
fin fue intervenida en el Hospital de Bellvitge.
Durante los seis
últimos años, la mujer, vecina de L'Hospitalet de Llobregat, computó
dentro de la extensa lista de espera que arrastra la sanidad catalana
para una intervención en los hospitales públicos. A finales de 2013,
181.559 personas aguardaban por una operación y de ellas, 28.894 tendrán
que esperar entre uno y cinco años antes de entrar en el quirófano.
En medio de una retahíla de retrasos y dos preoperatorios perdidos en
las demoras, el tobillo de María empeoraba y los ánimos iban a menos.
“Ha sido muy duro. Estaba perdiendo mi vida laboral y personal”,
reconoce.
Las demandas ante Atención al Paciente se quedaron en un “ya
le llamaremos” hasta que, hace unos meses, se topó con los voluntarios
de la Federación de Asociaciones de Vecinos de L'Hospitalet, que se
parapetan todas las semanas a las puertas de Bellvitge para animar a los
pacientes a denunciar los retrasos. Mercedes hizo una reclamación al
centro y en ocho meses estaba operada.
“Concienciamos a la gente de que
tienen sus derechos y hemos conseguido que se agilicen algunas
operaciones. Quizás hemos salvado más de una vida”, explica el portavoz
de la federación, Miguel Mansergas. A raíz de sus denuncias, los vecinos
de L'Hospitalet calculan que se han operado unas 80 personas en
Bellvitge. Pero no son los únicos: las mesas de reclamaciones también
están presentes en Vall d'Hebron, Reus o Terrassa. (...)
Las entidades en defensa de la sanidad pública
coinciden con el Síndic en que los retrasos han aumentado debido a “las
intervenciones que se han dejado de hacer durante 2012” por los
recortes que aplicó el departamento de salud el año anterior.
A pesar de
que la Generalitat ha apremiado a los hospitales para que aumenten las
intervenciones de cirugía mayor ambulatoria —que no requiere ingreso—
para llegar a fin de año sin retrasos en las 14 garantizadas, los
profesionales sanitarios auguran que la reducción de la actividad
quirúrgica programada durante el verano, sumada al colapso que viven las
urgencias de los hospitales en las últimas semanas y el cierre de
camas, agudizarán las demoras en muchas intervenciones.
“Es imposible
que se puedan reducir las listas cuando están cerrando camas”, apunta
Angels Castell, de Dempeus per la Salut Pública. Salud admitió que este
verano dejará sin servicio hasta 3.100 plazas en agosto.
Derivar intervenciones a los centros con ánimo de lucro es, según las
entidades sociales, la salida por la que ha optado el consejero de
salud, Boi Ruiz, para reducir las listas: “El supuesto intento de
disminuir las cifras se hace vía derivaciones a la privada mientras
cierran recursos en la pública”, protesta Marian Rodriguez, de la
Plataforma de Afectados por los Recortes en Salud (PARS).
Trabajadores y usuarios denuncian la “perversión” de las listas. “Los
retrasos hacen que la gente pida préstamos para ir a operarse a la
privada”, señala Mansergas. Incluso la opción de agilizar la espera
entrando por la puerta privada surge previa recomendación directa de
algunos facultativos.
“Una médica me dijo: ‘si tiene mucha prisa, por 15.000 euros le
operan en cualquier clínica privada’”, relata Enrique Cruciani, un
hombre joven de 30 años que lleva más de un año a la espera de un
recambio de válvula aórtica. A pesar de que el departamento de salud ha
puesto en marcha un plan director para reducir la lista en las
operaciones cardíacas, la cirugía valvular tenía a finales de 2013 más
de 600 personas en espera y un tiempo medio de retraso de cinco meses.
Otra de las métodos del departamento para “falsear” las listas, según
Rodriguez, es “retrasar las citas al especialista”, que es quien toma
la decisión final de intervenir. Por ley, el paciente debe entrar en
lista de espera en cuanto el facultativo se lo comunique. Sin embargo,
las entidades denuncian que no siempre es así. Es el caso de Jesús
Tardío, de 58 años.
Su médico le aseguró en octubre de 2012 que tendrían
que operarlo de una hernia discal. “Me dijo que tendría que esperar un
año porque tenía a 400 personas delante”. Jesús no descubrió, hasta
poner la primera reclamación por el retraso 18 meses después de la
visita, que constaba en la lista de espera “desde enero de 2013”, tres
meses después de que se lo comunicase su doctor.
Lleva casi dos años con
parches de morfina para paliar el dolor que le produce la hernia; el
otro dolor, el de la espera, parece haber mejorado desde que puso la
reclamación asesorado por los vecinos de L'Hospitalet. El hospital de
Bellvitge, que a junio de 2014 tenía más de 500 personas esperando para
intervenirse de hernia discal, le ha comunicado que en agosto iniciará
el preoperatorio." (
Jessica Mouzo Quintáns
, El País, Barcelona
13 JUL 2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario