"He indicado en artículos anteriores (ver mi artículo “Capital-Trabajo:
el origen de la crisis actual”, Le Monde Diplomatique, julio de 2013)
que el incremento de las desigualdades ha sido una de las principales
causas de las crisis financiera y económica actuales. (...)
Las políticas neoliberales llevadas a
cabo por los gobiernos Thatcher y Reagan primero, y extendidas más tarde
a otros países, causaron una gran concentración de las rentas derivadas
de la propiedad del capital a costa de un descenso muy marcado de las
rentas del trabajo.
Esto último determinó una disminución de la demanda y
del crecimiento económico, con lo cual disminuyó el porcentaje de
personas trabajando, a la vez que creció el desempleo. No es casualidad
que los países más desiguales en Europa, como España y Grecia, estén
también entre los que están en una situación económica peor.
De esta explicación de las causas de las
crisis debería derivarse que la reducción de las desigualdades tendría
que estar en el centro de las políticas económicas y sociales de los
gobiernos de los países en crisis. Y una de las medidas más eficaces
para reducir las desigualdades es llevar a cabo políticas de pleno
empleo. (...)
La explicación de ello es que el pleno
empleo aumenta las rentas del trabajo, disminuyendo proporcionalmente
las rentas del capital, con lo cual disminuyen las desigualdades. Y
puesto que el crecimiento de las rentas del trabajo estimula más la
demanda y el crecimiento económico que el crecimiento de las rentas del
capital, las políticas orientadas a incrementar las primeras ayudan al
país a salir de la recesión, ese agujero que está dañando enormemente la
calidad de vida de las clases populares.
La causa de que la creación de empleo
origine este círculo virtuoso se debe a que el pleno empleo empodera al
mundo del trabajo, permitiendo que aumente su seguridad y su nivel de
exigencias. A menor desempleo, mayor es el nivel salarial. En EEUU, por
ejemplo, una disminución de la tasa de desempleo de un 1% se traduce en
un incremento de los salarios de los trabajadores de menor renta (las
dos decilas inferiores) de un 12,4%. (...)
Cómo conseguir el pleno empleo
Una de las medidas más eficaces para
alcanzar el pleno empleo son las inversiones públicas en infraestructura
social y física del país.
Así, si en España, en lugar de tener a una
persona adulta de cada diez trabajando en los servicios públicos del
Estado del Bienestar (como educación, sanidad, escuelas de infancia,
servicios asistenciales y otros) tuviéramos una de cada cuatro (como
ocurre en Suecia), se crearían seis millones de puestos de trabajo, con
lo cual se eliminaría el paro.
Otra área en la que hay una gran
necesidad es en la inversión en temas de mantenimiento y ahorro de
energía, como en los sistemas de distribución eléctrica y en
intervenciones encaminadas a la descontaminación.
Todo ello crearía
empleo, a la vez que se ahorrarían recursos. La administración Obama
creó en el año 2009, con su estímulo de gasto, de 2 a 3 millones de
puestos de trabajo en algunos de esos servicios, que mejoraron la
situación económica del país (aunque el estímulo no fue suficiente, pues
se necesitaban de 10 a 12 millones). (...)
Igualmente eficaz para estimular el pleno empleo y con ello la demanda,
es la reducción del tiempo de trabajo por trabajador. Esta es una de
las causas del bajo desempleo en Alemania, el compartir las horas de
trabajo.
Así, si los nuevos puestos de trabajo (que resultarían de tener
a uno de cada cuatro españoles trabajando en los servicios públicos del
Estado del Bienestar) tuvieran jornadas de ocho horas en cuatro días en
lugar de cinco, el número de estos nuevos puestos de trabajo sería de 9
en lugar de 6 millones. (...)
La capacidad de endeudarse en términos razonables juega también un papel
determinante en el estímulo de la demanda. El comportamiento
especulativo de la banca es uno de los mayores obstáculos para la
garantía del crédito, función que tradicionalmente había realizado la
banca pero que, como consecuencia de su desregulación, ha dejado de
hacer, habiendo perdido su razón social de ser.
De ahí la importancia de
establecer instituciones públicas que garanticen el crédito, gravando a
la vez las actividades especulativas del sector financiero. (...)" (Artículo publicado por Vicenç Navarro en el diario digital EL PLURAL, 21 de julio de 2014, en www.vnavarro.org, 21/07/2014)
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