“Estamos pisando terreno sólido, la recuperación ha llegado para quedarse”, afirmaría Rajoy después de haber publicado la EPA más falsa de la que se tiene memoria,
ya que su metodología hace que, si se pierde un empleo de 40 horas y se
crean dos de 10 horas, se considera que se ha creado un empleo nuevo y
la situación ha mejorado, cuando la realidad es exactamente la
contraria.
Se han generado 402.400 puestos de trabajo utilizando esta burda trampa,
que además se reducen a 61.000 si se desestacionalizan las cifras y se
corrigen las mentiras sobre la población activa. Pero el tema es mucho
peor: el número de horas totales de trabajo ha caído en 3,86 millones,
lo que, junto con la precariedad y los salarios de miseria, está
llevando a España al tercermundismo, hacia una sociedad dual: una élite
cada vez más rica, una burocracia gigantesca de enchufados adeptos al
régimen y el grueso de la población empobrecida y endeudada.
¿Qué es lo que ha pasado con la EPA? Para empezar, para Fátima Bañez y
su jefe Rajoy son mucho mejor dos ocupados trabajando 10 horas a la
semana que otro trabajando 40 horas, cuando lo que sucede en realidad es
que el empleo no se ha doblado, sino que se ha reducido a la mitad.
“Hoy tenemos una nueva cultura del empleo” dice
la doña. ¡Y vaya si la tenemos! Destruimos empleo decente y lo
sustituimos por indecente. Y para seguir: aunque para estos dos
ignorantes las cifras brutas solo parcialmente desestacionalizadas
tengan el mismo valor que las desestacionalizadas de verdad, no lo
tienen en absoluto. Sólo las segundas permiten realizar comparaciones
válidas.
Ocurre que si además no tienen problema alguno (junto al INE)
en mentir descaradamente respecto a la evolución real de la población
activa, cualquier parecido entre la cifra oficial y la realidad es mera
coincidencia. (...)
También ignoran por completo las condiciones de indignidad e incluso
ilegalidad de la mayoría de los nuevos empleos: muchas veces los
salarios se sitúan en el entorno de los 500 euros y uno de cada tres
titulados universitarios (dentro del 50% que tiene la fortuna de no
estar parado) ejerce un trabajo para el que no se necesita titulación
alguna.
Da la impresión de nuevo que a efectos de la deriva del mercado
laboral África empieza en los Pirineos, aunque no así en el número de
millonarios ni en el de los cientos de miles de burócratas de lujo con
más coches oficiales que en Estados Unidos.
(...) también es mentira lo de la mejora del empleo en forma significativa. Para
empezar, el segundo trimestre es siempre el mejor del año en términos
estacionales, por lo que, aun suponiendo que las cifras fueran
correctas, habría que esperar a ver qué ocurre en los próximos
trimestres para poder hablar de una mejora del empleo.
Pero es que
ocurre que las cifras están, as usual, groseramente manipuladas.
El primer engaño, y además explícito, se refiere a cómo es posible que
el todopoderoso Instituto Nacional de Estadística, con los mejores
profesionales del sector, presente los datos sin desestacionalizar, o
mejor dicho, con una desestacionalización parcial de la Srta. Pepis,
cuando ellos podrían hacerlo con el dedo meñique.
Esto lleva, por
ejemplo, a que al haber caído la Semana Santa en abril y el año pasado
en marzo, las cifras ya no son ni homogéneas ni comparables.
Hay otra cuestión, que es ya pura y simplemente una falsedad consciente. Como señala Ángel Laborda,
director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorro, “en el
segundo trimestre se observa otra anomalía estadística, que esta vez
afecta a la población en edad de trabajar (16 a 64 años).
Esta venía
reduciéndose a razón de un 0,3% por trimestre desde hace año y medio,
mientras que ha permanecido estable en el segundo. Esta es una variable
de comportamiento muy inercial, que no puede cambiar tanto de un trimestre a otro. Estamos hablando de que la población en edad de trabajar puede haberse sobreestimado
[mintiendo conscientemente, añado yo] en unas 100.000 personas. Si es
así, habría una sobreestimación de unas 75.000 personas en el número de
activos, de 55.000 en los ocupados y de 20.000 en los parados”.
Teniendo en cuenta todos estos factores, la realidad es que en este
trimestre el número de ocupados desestacionalizados habría crecido en
unos 70.000. Si se le resta el empleo público creado -8.900 personas,
cuando sobran dos millones de enchufados públicos (...) el resultado deja la cifra de empleo realmente creada por el sector privado en poco más de 60.000,
lo que choca con la cifra de 402.400 dada falsamente por el INE y
transmitida sin análisis alguno por la mayoría de medios.
Esto es
sencillamente de república bolivariana, y repito lo de siempre, ¿a qué
se dedican los chicos de Eurostat, que nos cuestan un ojo de la cara a
los contribuyentes europeos? Para tragarse sin analizar las cifras de
los servicios estadísticos nacionales, no se necesitan profesionales con
sueldos de lujo, basta con cuatro administrativos.
Pero lo
realmente letal, como he señalado al principio, es que las horas
trabajadas por ocupado están disminuyendo, de una media de 35,5 hace un
año a 35 hoy. Según la EPA del segundo trimestre de 2014, se han perdido
3,87 millones de horas respecto al mismo trimestre de 2013, cifra que
es mucho peor que la correspondiente al primer trimestre de 2014, en el
que el número de horas aumentó.
¿Y qué significa esto? Pues que en los
últimos doce meses se han destruido 430.000 puestos de trabajo a tiempo
completo frente a los 128.800 ocupados que da la EPA para ese periodo.
El resultado es simplemente apabullante: la destrucción de empleo real sigue a todo ritmo, por muchos trabajos basura con los que traten de enmascarar la realidad. (...)" (Roberto Centeno, El Confidencial, 04/07/2014)
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