"Jean-Christophe Cambadélis, primer secretario del Partido Socialista francés, en declaraciones el pasado lunes en EL PAÍS,
hizo un breve y penetrante análisis de la actual crisis de la izquierda
europea.
"Todas las izquierdas europeas —decía Cambadélis— hemos
perdido el debate cultural. La igualdad era antes el punto central del
debate… Ahora ha pasado a primer término el concepto de identidad: la de
mi pueblo, mi región, mi país… frente a Europa, la mundialización, la
nación… Cataluña o el País Vasco, por ejemplo.
La gran dificultad es
volver a centrarnos en el tema de la igualdad. Y eso, cuando las
circunstancias hacen imposible la redistribución".
Creo que Cambadélis acierta. (...)
la reacción de la izquierda fue doble: reafirmarse en sus fundamentos
clásicos —en especial, el intervencionismo estatista— o escapar por una
nueva vía que en los últimos años venían patrocinando los pensadores
postmodernos. Ambas reacciones fueron equivocadas. La primera no
respondía con realismo y eficacia al nuevo escenario que planteaban los
nuevos retos de la globalización.
Por tanto, se impusieron las ideas
liberales, especialmente las desreguladoras y privatizadoras, que fueron
adoptadas por los partidos conservadores y, con ciertos retoques de
carácter social, también por los partidos socialdemócratas.
La segunda reacción de la izquierda tuvo aún peores consecuencias. El
postmodernismo supone, en el fondo, un rechazo de las ideas ilustradas y
la vuelta a un romanticismo nihilista con un fondo nietzcheano,
irracional. De ahí, entre otras desgracias, la insólita preocupación por
las identidades colectivas, sean culturales, nacionales, de género o
religiosas. (...)
Las declaraciones de Cambadélis aciertan en el diagnóstico, pero no dan soluciones. (...)" (
Francesc de Carreras
, El País, 16 SEP 2014)
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