"Parece que se ha instalado como versión oficial que las cajas de ahorros quebraron porque había políticos que las gestionaban. (...)
Si hay que hablar de politización hay dos actores fundamentales en el
puzle: el BdE y la justicia española. El primero decide en 2005 no
tomar medidas para pinchar la burbuja inmobiliaria cuando los
inspectores dan la voz de alarma. Pero es que además, después del
estallido de a crisis, la lista de fusiones pasará a ser un ejemplo de
manual de economía de lo que no hay que hacer.
Primero decidieron
fusionar las cajas,con el único criterio de que las fusiones se
realizaran entre comunidades autónomas (CCAA) del mismo color
político,de este modo se dificulta seguir el rastro de operaciones que
han dado pérdidas desproporcionadas para el tamaño de estas entidades.
Una vez efectuadas las fusiones las nuevas entidades nacen con grandes
necesidades de capital y se procede a recapitalizarlas, haciendo todo
lo posible por crear dificultades a la tarea de identificar con
claridad el origendel agujero (el grueso de las ayudas se dan en el año
2012 cuando sólo existen 15 entidades de las 45 que había en 2009);
respecto a la justicia es reseñable su fuerte “politización” a favor de
los responsables de la debacle ya que su trabajo ha consistido en
limpiar cualquier rastrode los delitos cometidos, resolviendo que
investigar los correos de la cuenta de trabajo de los presidentes de
las cajas vulneran su derecho a la intimidad, aunque existan pruebas
claras de cómo gestionaban el cortijo, con ejemplos que van desde los
cuantiosos préstamos irregulares concedidos a familiares y empresas
vinculadas al ex presidente de la CEOE, Díaz Ferrán,a lasinversiones
ruinosas de Su Casita en Méjico, Banco de Florida en EEUU (operaciones
investigadas después del estallido de la crisis por delitos
societarios, administración desleal, falsedad documental o apropiación
indebida) o las financiaciones a sociedades de promoción inmobiliaria
participadas, situadas en las antípodas de las buenas prácticas
bancarias. (...)
La historia de estas entidades es tan
desgarradora y las leyes dejan tras de sí datos tan ilustrativos como
los que se derivan de la “Ley de Transparencia” (el nombre lo podían
haber elegido los hermanos Marx) aprobada por el PSOE en 2003 donde,
entre otras cuestiones, a las cajas de ahorros se les requiere crear
una Comisión de Inversiones que:
“[…] remitirá anualmente al consejo de administración un informe en el que, al menos, deberá
incluirse un resumen de dichas inversiones, así como sobre su
viabilidad financiera y sobre la adecuación de las mismas a los
objetivos fundacionales de la entidad.”
El resumen de 2004 a 2009 es el
siguiente: Entre todas las cajas que han recibido ayudas, estas
comisiones evaluaron 786 operaciones en 6 años emitiendo 524 informes
entre los que no figura ninguno negativo y eso que ahí
constanoperaciones como la compra de Bank of Florida o Su Casita por
Caja Madrid. Ante esta situación a uno solo le queda decir que
entreguen los títulos en las universidades correspondientes y pidan
perdón.
A pesar de todo lo dicho, culpar a todo
el sistema de gobierno de las cajas en abstracto bajo la tesis de la
politización es la mejor forma de repartir las culpas y escurrir el
bulto (...)" (Blog de Econonuestra en Público.es
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