"La ministra Ana Mato ha dicho que cualquier persona tiene derecho a
ir por urgencias. Aquí te intentan facturar. Hay una contradicción
dura”.
Mohssin Haddad, portavoz de la Asociación Marroquí de Derechos
Humanos denuncia así lo que está sucediendo en el Hospital de Getafe
(Madrid) cuando una persona sin tarjeta sanitaria acude al servicio de
urgencias. Haddad sabe bien de lo que habla.
“En 10 días hemos detectado
tres casos”, afirma con rotundidad. El último, el pasado 24 de
septiembre, cuando acompañó a una compatriota que sufría dolor de riñón y
lumbalgia. “Al llegar a urgencias te dan dos impresos, uno en
árabe para que sepas que te va a llegar una factura y otro modelo en
castellano (ver imagen) para que firmes”.
En el documento se
puede leer que la persona “se hace cargo y se obliga a pagar los gastos
que pudieran originarse como consecuencia de la asistencia” al carecer
“de la documentación que justifique su derecho a las prestaciones de la
Seguridad Social”. A Haddad, como a los afectados, le gustaría saber quién da las órdenes para emitir este impreso que consideran ilegal. “El documento no tiene ningún símbolo del hospital ni nada que le reconozca”, asegura.
El Real Decreto 16/2012, que ha dejado sin asistencia sanitaria a más
de 800.000 personas en este país, es bastante claro en este aspecto.
Según su artículo 3 ter los extranjeros no registrados ni autorizados como residentes en España pueden ser tratados en urgencias.
“El personal de urgencias justifica su actuación diciendo que ellos
cumplen con las órdenes. Pero ¿de quién?”, se pregunta Haddad. “Cuando
un inmigrante recibe este papel le entra miedo y aunque sea grave no
vuelve. Estamos metiendo más miedo en la gente. Y es un tema de salud
que puede producir muertes”, sentencia.
Siempre que la asociación marroquí detecta un compromiso de pago como
el anterior se pone en funcionamiento y, a través de los trabajadores
sociales del hospital, a día de hoy han conseguido frenar todas las facturas que han llegado a sus manos.
“Nosotros reaccionamos antes de que llegue la factura”, confirma Haddad
que, al mismo tiempo se lamenta porque es consciente de que cuando el
caso no llega a sus oídos los compromisos de pago pueden seguir
adelante. “Tienes que quejarte para que te lo quiten, sino un día te puede llegar la factura”. (...)" (SARA PLAZA, Diagonal, Madrid, 10/10/14)
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