"Rajoy, cuyo único legado es haber empobrecido y endeudado brutalmente
a varias generaciones de españoles, protagonizó la mayor farsa jamás
contada: “La gran decisión de la legislatura fue evitar el rescate”,
algo que será nuestra ruina.
El déspota provinciano Rajoy –“no vuelva usted por aquí”, le dijo a
Sánchez, como si el Parlamento fuera su cortijo– prefirió arruinar el
futuro de la nación contrayendo una deuda monstruosa a pedir un rescate
que le obligaba a un recorte drástico del gasto político, de las redes
clientelares, de las subvenciones a los oligarcas y de la corrupción de
la que él y el PP han sido beneficiarios principales, algo a lo que no
estaba dispuesto porque constituye la base misma de su poder.
“Nos
negamos a salir de la crisis a expensas de los pensionistas, de los
parados o de la caja de la Seguridad Social”. No cabe más desvergüenza
ni mayor miseria moral. A Rajoy le importan un pimiento los
pensionistas, los parados, el haber expoliado a la clase media o haber
llevado a millones a la pobreza y la exclusión social.
La troika solo exigía dos cosas: acabar con el déficit público y
conseguir un superávit primario (descontando los intereses de la deuda).
Pero Rajoy puso “líneas rojas que no se podían traspasar”, y dejó clara
su decisión cuando se le pidió cortar el despilfarro y el tamaño del
Estado: “Eso ni se toca”. Y no dudó ni un segundo en escoger la otra
alternativa: el endeudamiento masivo de los españoles a través de la
barra libre del BCE que puso en marcha Draghi.
Todos los indicadores económicos y sociales han empeorado con Rajoy (...)
La primera y devastadora consecuencia de no haber sido rescatados ha
sido que España no va a tener quita alguna de deuda. En ese momento la
deuda ascendía a 811.691 millones de euros. Grecia consiguió una quita
del 70%, pero aún con un 50%, nuestra deuda se habría reducido en
400.000 millones.
Con el rescate no hubiéramos devuelto ni un solo euro a
las cajas alemanas, francesas y holandesas, que ni siquiera
experimentaron quita alguna, al contrario que en el resto del mundo.
Solo Rajoy, el monaguillo de Merkel, va a pagar hasta el último céntimo.
A cambio ha pedido que se nombre a De Guindos presidente de la
Comisión: veremos si Merkel, al contrario que Roma, sí paga a los
traidores.
Tampoco habríamos subvencionado con ríos de dinero público a los
grandes banqueros para que se apropiasen de las cajas de ahorro, que
eran el 51% del sistema financiero, lo que les ha permitido crecer
espectacularmente. Ni tampoco hubiéramos tenido que pedir un rescate
financiero de 43.000 millones para salvar la ruina de Bankia y el robo
de Sareb, dos desastres impulsados por De Guindos, el capo de Lehman
Brothers España que engañó y arruinó a miles de inversores.
Más de
250.000 millones de la nueva deuda habrían sido para pagar los
desafueros de los banqueros y los oligarcas del IBEX, una deuda
ilegítima que España debe renegociar como sea. El crédito ilimitado de
BCE permitió y sigue permitiendo a Rajoy mantener el monstruoso tamaño
del Estado, aprobar presupuestos desequilibrados y no afrontar ni una
sola de las reformas estructurales imprescindibles.
El gasto clientelar, con legiones de enchufados, con miles de
empresas públicas innecesarias, miles de coches oficiales, despachos de
lujo, viajes y tarjetas oro sin control, que habría tenido que
desaparecer con el rescate, se ha mantenido intacto.
Y para colmo se ha
puesto en marcha un programa masivo de ayuda a las CC.AA. y entidades
locales más endeudadas y peor gestionadas de 110.000 millones de euros,
donde las más despilfarradoras y corruptas han sido premiadas –40.000
millones a la Generalitat catalana– recibiendo más dinero aún a interés
cero, unos préstamos que jamás serán devueltos.
Sin embargo Rajoy sí ha
realizado recortes drásticos en gasto social: 10.000 millones de euros
en la enseñanza y 20.000 millones en sanidad y en dependencia, donde
cien mil dependientes han muerto desde que gobierna, esperando una ayuda
reconocida que nunca llegó. (...)" (Rajoy prefirió una deuda inasumible al rescate, de Roberto Centeno en El Confidencial, en Caffe Reggio, 02/03/2015)
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