9.3.15

Rajoy prefirió una deuda inasumible al rescate. Con el rescate no hubiéramos devuelto ni un solo euro a la banca alemana, francesa y holandesa

"Rajoy, cuyo único legado es haber empobrecido y endeudado brutalmente a varias generaciones de españoles, protagonizó la mayor farsa jamás contada: “La gran decisión de la legislatura fue evitar el rescate”, algo que será nuestra ruina.

El déspota provinciano Rajoy –“no vuelva usted por aquí”, le dijo a Sánchez, como si el Parlamento fuera su cortijo– prefirió arruinar el futuro de la nación contrayendo una deuda monstruosa a pedir un rescate que le obligaba a un recorte drástico del gasto político, de las redes clientelares, de las subvenciones a los oligarcas y de la corrupción de la que él y el PP han sido beneficiarios principales, algo a lo que no estaba dispuesto porque constituye la base misma de su poder.

 “Nos negamos a salir de la crisis a expensas de los pensionistas, de los parados o de la caja de la Seguridad Social”. No cabe más desvergüenza ni mayor miseria moral. A Rajoy le importan un pimiento los pensionistas, los parados, el haber expoliado a la clase media o haber llevado a millones a la pobreza y la exclusión social.

La troika solo exigía dos cosas: acabar con el déficit público y conseguir un superávit primario (descontando los intereses de la deuda). Pero Rajoy puso “líneas rojas que no se podían traspasar”, y dejó clara su decisión cuando se le pidió cortar el despilfarro y el tamaño del Estado: “Eso ni se toca”. Y no dudó ni un segundo en escoger la otra alternativa: el endeudamiento masivo de los españoles a través de la barra libre del BCE que puso en marcha Draghi.

Todos los indicadores económicos y sociales han empeorado con Rajoy (...)

La primera y devastadora consecuencia de no haber sido rescatados ha sido que España no va a tener quita alguna de deuda. En ese momento la deuda ascendía a 811.691 millones de euros. Grecia consiguió una quita del 70%, pero aún con un 50%, nuestra deuda se habría reducido en 400.000 millones. 

Con el rescate no hubiéramos devuelto ni un solo euro a las cajas alemanas, francesas y holandesas, que ni siquiera experimentaron quita alguna, al contrario que en el resto del mundo. Solo Rajoy, el monaguillo de Merkel, va a pagar hasta el último céntimo. A cambio ha pedido que se nombre a De Guindos presidente de la Comisión: veremos si Merkel, al contrario que Roma, sí paga a los traidores.

Tampoco habríamos subvencionado con ríos de dinero público a los grandes banqueros para que se apropiasen de las cajas de ahorro, que eran el 51% del sistema financiero, lo que les ha permitido crecer espectacularmente. Ni tampoco hubiéramos tenido que pedir un rescate financiero de 43.000 millones para salvar la ruina de Bankia y el robo de Sareb, dos desastres impulsados por De Guindos, el capo de Lehman Brothers España que engañó y arruinó a miles de inversores.

 Más de 250.000 millones de la nueva deuda habrían sido para pagar los desafueros de los banqueros y los oligarcas del IBEX, una deuda ilegítima que España debe renegociar como sea. El crédito ilimitado de BCE permitió y sigue permitiendo a Rajoy mantener el monstruoso tamaño del Estado, aprobar presupuestos desequilibrados y no afrontar ni una sola de las reformas estructurales imprescindibles.

El gasto clientelar, con legiones de enchufados, con miles de empresas públicas innecesarias, miles de coches oficiales, despachos de lujo, viajes y tarjetas oro sin control, que habría tenido que desaparecer con el rescate, se ha mantenido intacto.

 Y para colmo se ha puesto en marcha un programa masivo de ayuda a las CC.AA. y entidades locales más endeudadas y peor gestionadas de 110.000 millones de euros, donde las más despilfarradoras y corruptas han sido premiadas –40.000 millones a la Generalitat catalana– recibiendo más dinero aún a interés cero, unos préstamos que jamás serán devueltos. 

Sin embargo Rajoy sí ha realizado recortes drásticos en gasto social: 10.000 millones de euros en la enseñanza y 20.000 millones en sanidad y en dependencia, donde cien mil dependientes han muerto desde que gobierna, esperando una ayuda reconocida que nunca llegó. (...)"               (Rajoy prefirió una deuda inasumible al rescate, de Roberto Centeno en El Confidencial, en Caffe Reggio, 02/03/2015)

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