"(...) ¿Cuál es la situación actual del AVE español?
España es
el segundo país del mundo en Km de AVE con 2.515 km, ocupando China el
primer lugar con 11.067 km. El tercer país es Japón con 2.090 km y
Francia el cuarto con 1.893 km. A estos 2.515 km ya en funcionamiento
habrá que añadirle los 1.200 km que el PP quiere inaugurar para las
elecciones, siendo una muestra más de la estupidez e irresponsabilidad
política.
Para que seamos conscientes del desastre económico, es
preciso compararlo con lo que pasa en otros países. En el año 2015, el
número de pasajeros por km en España era de 11.800 viajeros, mientras
que en Francia era de 61.400 y en Japón de 158.121.
España ha
gastado unos 90.000 millones de euros en esos 2.015 km de Ave y el coste
del mantenimiento anual de un km de Ave es de 100.000 euros. Mientras
el ratio de pasajeros por Km en España es de 2,8, en Francia llega a
41,5.
Sólo dos líneas del AVE en el mundo son rentables económicamente,
la japonesa Tokio-Osaka y la francesa Lyon-París. La Comisión Europea
considera que no deberían hacerse líneas de AVE que no garanticen al
menos seis millones de pasajeros.
Los economistas de Fedea hablan
de un coste de 52.000 millones de euros en la construcción de loa 2.515
km. La realidad es mucho más cruel, pues el gasto total rondan los
90.000 millones de euros, con lo que las variables con las que han sido
estudiadas empeoran ostensiblemente.
A esto hay que añadirle, que el PP
pretende inaugurar a lo largo de 2015, año electoral, otros 1.200 km con
un coste suplementario de otros 38.000 millones de euros, lo que va a
provocar una herencia económica imposible de soportar.
Fedea
analiza tres de las líneas más importantes del AVE español. La línea
Madrid-Zaragoza-Barcelona, que no llega a cinco millones de viajeros, es
la más usada del país y tan sólo recuperaría a muy largo plazo el 46%
de los costes de la inversión. La línea Madrid-Andalucía, sólo tiene
unos tres millones de viajeros y recuperaría a largo plazo el 11% de la
inversión.
La tercera línea analizada es la de Madrid –Levante y
recuperaría el 10% de la inversión. Como vemos, un desastre económico
sin paliativos y de efectos duraderos.
Han analizado también la
prevista línea Madrid norte de España, donde los ingresos esperados, en
este caso, ni tan siquiera cubrirán los costes mínimos de
funcionamiento.
Su capacidad de recuperación de la inversión será O%, por lo que se aconseja ni siquiera abrirla al tráfico ferroviario.
Está
claro, que ninguna de las líneas del AVE español tiene un sentido
económico ni social. En sus conclusiones, el AVE no genera más que una
inducción moderada de nuevos desplazamientos, sustituyendo a otros
medios de transporte.
Puede incluso tener un impacto negativo en cuanto a
la actividad de ciudades pequeñas, puesto que su efecto es de
centralización de las actividades de servicios y no generan nuevas
actividades, ni atrae inversión. No tiene efectos, más que marginales, a
largo plazo en el turismo y produce, teniendo en cuenta los costes
públicos un beneficio desproporcionado para los usuarios de rentas
elevadas.
Como dice el economista Germá Bel “El AVE ha sido el
prototipo de los años maravillosos de España: Es una inversión
política, sin ningún sentido desde el punto de vista económico, En
España las obras del AVE han creado un problema, el de qué hacer para
que se use más, y no hay solución”. (...)" (Edmundo Fayanás Escuer
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