"(...) el problema en otras economías europeas lo constituye la privilegiada y
monopolística posición que las entidades bancarias encarnan al objeto de
posibilitar o no el desarrollo de la actividad económica y social.
En España, cuando el sector de la construcción desapareció y podría
incluso decirse que cuasi quebró, las más relevantes entidades
financieras apostaron por desactivar toda opción de recuperación y
transformación industrial, y trasladaron, por el contrario, parte de su
actividad de intermediación financiera más allá incluso de las fronteras
europeas.
Este error, de gravísimas e irreparables repercusiones en
unas de las principales economías de Europa, no parece tener visos de
volver a ocurrir en la actualidad.
La estrategia que el sector
financiero español, absolutamente dueño de sí mismo, adopta ahora ante
el estupor sistémico de la sociedad no deja lugar para tal posibilidad. (...)" (Sergio Pérez Páramo, Econonuestra, 18/05/2015)
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