"La actual crisis sistémica, repito, crisis sistémica,
está entrando en una nueva fase de profundización de la misma. Los datos
económicos y financieros muestran una parálisis del ciclo de
inversiones productivas en occidente; el inicio de una profunda
desaceleración, sino recesión, en los Estados Unidos; la inefectividad
de la política monetaria global, incapaz de generar rentas, mientras
activa burbujas de activos de riesgo por doquier.
Y todo ello regado con
más deuda, impagable, insostenible, aquí y allá, en Grecia, en Estados Unidos, y en España. Las élites han protegido de nuevo su riqueza, haciendo más vulnerables al resto de la ciudadanía.
¿Y España, qué?
Atravesamos una profunda degradación política, económica, social, y
moral. Pero las élites extractivas a lo suyo, a lo de siempre: enésima
huida hacia adelante. Apoyado en un ciclo de propensión al riesgo
global, activado y sujetado por los Bancos Centrales, el crecimiento
patrio recurre a su “know-how”, ya saben, consumo, desahorro, baja inversión productiva, más deuda y burbujas especulativas. ¡Menudo cóctel molotov! (...)
Cuando se inicie el ciclo de aversión al riesgo global, España entrará
en un círculo vicioso: crisis de deuda soberana, crisis de balanza de
pagos, crisis bancaria, y crisis de la Seguridad Social. ¡Y esa será la
herencia de Rajoy y de todos aquellos que callaron y otorgaron! Por
cierto, sin maldad, el Excel donde el actual ejecutivo hizo los cálculos
del nuevo plan de estabilidad 2015-2018, hilarante.
Empiezan ya a surgir voces que hablan sobre la posibilidad de una nueva
recesión global. Desde estas líneas ya avisamos. Nuestros argumentos son
sencillos pero muy potentes. Después de llenar de deuda privada al
sistema, tras la generación de múltiples burbujas, después de socializar
las pérdidas privadas vía deuda pública, e implementar una devaluación
salarial, resulta que no hay inversión productiva. (...)
Si no hay inversión nueva se contrae el retorno del stock de capital ya
existente. Ello producirá pérdidas de capital, activando de nuevo otra
contracción en la inversión. Los mercados financieros están
sobrevalorados y estamos próximos a la activación de una nueva fase
aversión al riesgo. (...)
Cuando se entra en una recesión de balances es necesaria una
reestructuración ordenada de la deuda y de quien la concedió, el sistema
bancario sistema bancario global.
Era necesario reducir el tamaño del sistema bancario global acorde
con la economía real, a costa de gerencia y acreedores. Se trataba de
una condición necesaria para la reactivación, pero no suficiente.
Si
hiciera falta, debería haberse complementado con un control de capitales
y una política fiscal expansiva centrada en gasto social y en un vasto
programa de infraestructuras públicas a escala mundial. Éste último no
supondría ningún aumento de deuda pública. Se podría financiar vía
bancos centrales, lo que además ahuyentaría el riesgo de deflación.
Tristemente después de siete años no solo no ha pasado nada de eso,
sino que se continúa subsidiando, vía política fiscal y monetaria, a un
sistema bancario completamente zombi, con balances inflados, donde aún
no sabemos lo que hay dentro, ya ni hablamos del apalancamiento neto vía
derivados.
En realidad los bancos centrales están protegiendo la
riqueza de “quienes realmente los controlan”, fomentando a su vez
endeudamientos públicos para proteger a los acreedores bancarios, origen
del problema. Intentaban ganar tiempo, pensando que con ello se
resolvería paulatinamente el problema.
Pero el tiempo se agota, y ante
la que se avecina no les quepa ninguna duda que de nuevo seremos los
ciudadanos quienes paguemos sus fechorías, salvo que reaccionemos con
contundencia." (Juan Laborda, Vox Populi, 02/05/2015)
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