"Si algo ha dejado en claro la crisis griega es el absoluto fracaso de la moneda única europea
y de los planes para diluir este fracaso por parte de la troika. En
este sentido Angela Merkel y Christine Lagarde son la crónica falaz de
una Europa que no ha logrado afianzar los principios solidarios y camina
directo al despeñadero.
Tras cinco años de dimes y diretes en los que
Grecia se ha humillado obedeciendo los dictados de Merkel y Lagardé, la
situación griega es mucho peor que al principio y sin ninguna vía de
salida. (...)
Los problemas de Grecia son de larga data y a lo largo de la crisis
ni la troika ni Alemania han hecho algo para aliviarlos. Al contrario,
las políticas implantadas desde 2010 solo buscaron aliviar la presión de
la banca, agudizando los problemas sociales. Como hemos afirmado desde
el estallido de la crisis, Grecia tiene una deuda que es matemáticamente impagable.
De ahí que los planes para que Grecia pague su deuda no dejan de ser
ingenuos, arrogantes e irrisorios. Merkel y Lagardé no solo han dado
muestras de nulo humanismo e insano salvajismo, sino también de un
avanzado desconocimiento en temas económicos. Ahora están dando muestras
de que la democracia tampoco les interesa.
Merkel cierra el puño y
promete un golpe de estado contra el gobierno griego. Hoy no se
requieren ejércitos para derrocar gobiernos. Basta con cerrar la
Asistencia de Liquidez de Emergencia (ELA) del Banco Central Europeo.
El crimen se cometió en 2010
Desde el año 2010 el FMI y Alemania saben que Grecia nunca podrá pagar su deuda.
Lo reconoció Phillipe Legrain, ex asesor del ex presidente de la UE,
José Manuel Durao Barroso.
Para Legrain, el crimen original fue cometido
hace cinco años, cuando se hizo evidente que el país era insolvente;
que a su deuda había que aplicarle amplios recortes, que el saldo final
de la deuda debía reestructurarse totalmente, y que estas acciones no
solo eran necesarias sino también justas porque los prestamistas habían
incurrido en la imprudencia de riesgos excesivos. Sin embargo, Dominique
Strauus-Kahn, a la sazón director del FMI, no quiso complicaciones y
generó el mayor préstamo de la historia al país Heleno. (...)
Esto indica que a cinco años de haberse esclarecido el crimen original
de la economía Helena, que tuvo toda la complicidad de la banca europea,
la troika no ha hecho nada para salir del pantano en que está
sumergida. Solo ha sabido exigir austeridad, recortes y más austeridad,
asfixiando al pueblo griego y sumergiéndolo en una recesión de largo
alcance, con pérdidas que han debilitado todo el entorno europeo.
Y
todo, por rescatar a los bancos alemanes y franceses que fueron los que
más especularon con los préstamos. La troika ha sometido a Grecia a la
esclavitud de la deuda mediante el chantaje y la extorsión. Lejos de
buscar el alivio, Merkel y Lagardé quieren exprimir al pueblo griego y
ante este abuso se ha levantado Alexis Tsipras en su llamado a referéndum.
La crisis en Grecia, después de años de austeridad y miseria, ha
llegado a su punto de no retorno que pondrá en juego la peligrosa fuerza
del poder económico de la troika, con la fuerza del pueblo griego que
ya ha tenido suficiente castigo.
La troika buscará destruir al gobierno
de Syriza para dar una lección a todos los gobiernos que vayan en contra
de sus dictados. El pueblo griego ha luchado heroicamente pero necesita
un liderazgo claro y audaz sin las vacilaciones que hasta el momento ha
tenido el gobierno de Tsipras.
Para Grecia, puede ser el mejor momento
de abandonar su relación con la moneda única. Como indica Wolfgang
Munchau en Financial Times (traducción aquí),
a corto plazo los costos para Grecia sería enormes, mientras para el
resto de Europa serían despreciables. Pero al largo plazo, la salida de
Grecia de la moneda única permitiría al país superar la crisis
demostrando y confirmando que "hay vida después del euro".
Esto
alentaría a otros países como Italia, España y Portugal, a salir de la
moneda única desmembrando a una Europa que ha carecido de unidad,
solidaridad y justicia social. Prueba de esto es el vergonzoso aumento
de la desigualdad en los países europeos y el alto desempleo que ha
llevado a la miseria a más de 30 millones de personas.
Las políticas de austeridad no han terminado con la crisis sino que la han profundizado.(...)
La troika, en Grecia, no ha cesado de pedir recortes hasta asfixiar
al país e inmovilizar al gobierno. Prueba de ello es que los
pensionistas, que son la principal fuente de ingresos para casi la
mitad de las familias griegas, han visto una caída del 61% en sus pagos
de pensiones.
Antes del estallido de la crisis en 2008 las pensiones
griegas eran muy generosas. En algunos sectores, las pensiones podían
ser el 100% del sueldo final, con algunos trabajadores que se jubilaban a
los 50 años. Esto siempre lo supo la Unión Europea y el FMI. Asi como
también se sabía que más del 20 por ciento de los griegos son mayores de
65 años, el promedio de edad más alto de Europa.
Esto era así cuando
Grecia entró al euro, y nadie puso reparos. Tras el estallido de la
crisis la “generosidad” de las pensiones se ha revertido en forma brutal
y las pensiones son hoy un tercio de lo que eran hace ocho años. Así y
todo, una de la imposiciones de la troika a Grecia la semana pasada era
por aplicar nuevas reducciones a las pensiones.
Si el tema de las pensiones es relevante es porque casi la mitad de
los pensionistas viven por debajo de la línea de la pobreza, con menos
de 665 euros al mes. La pobreza alimentaria está empeorando la salud de
las personas y la tasa de muerte fetal ha llegado al 21% mientras la
mortalidad infantil ha aumentado en un 45 por ciento.
Las tasas de
tuberculosis se han duplicado mientras la malaria ha resurgido después
de casi medio siglo de haber sido erradicada del país. Como la atención
de salud es financiada por el seguro de trabajo, cuando las personas
pierden su trabajo también pierden su atención médica.
Los recortes
presupuestarios en la financiación estatal han obligado al cierre de
hospitales y esto ha destruido la asistencia sanitaria y la economía de
los servicios de salud. Miles de médicos han abandonado el país y los
que siguen reciben un sueldo de unos 12.000 euros al año. Muchas de las
clínicas y hospitales ahora dependen de voluntarios y médicos que
trabajan a cambio de nada. Pero necesitan insumos y equipamiento de los
que Grecia carece.
Esta forma de destrucción del sector público fue implantada en Grecia
por el Fondo Monetario Internacional y seguida a pie juntillas por los
gobiernos de Papandreu, Papademos y Samaras. (...)
De ganar el "NO" (OXi, en griego), en el referendo de este domingo,
Grecia dará un golpe frontal a las devastadoras y brutales políticas
implantadas por Ángela Merkel y Christine Lagardé." (Marco Antonio Moreno , El blog salmón, 03/07/2015)
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